Manuel Huerta y Marcelo Ebrard
Por Luis Ramírez Baqueiro
“El sacrificio agiganta las almas”
– René Bazin –
Vaya que en los tiempos de la 4T las hazañas políticas no dejan de sorprendernos, pues todos los actores identificados con la visión transformadora del presidente Andrés Manuel López Obrador están desatados en alcanzar nuevos escalones políticos, la batalla por los cargos es lo de hoy.
Y bueno si a nivel nacional las famosas “corcholatas” están recorriendo el país presentando sus ocurrencias para intentar dar continuidad al proyecto del tabasqueño, los actores locales en Veracruz, también hacen lo propio para intentar ganarse la posibilidad de suceder al actual gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
La más reciente declaración del Delegado del Bienestar, Manuel Huerta Ladrón de Guevara evidencia dos cosas: la desesperación política de algunos actores y el evidente antagonismo de los grupos morenistas que no se toleran, ni en pintura.
La arremetida de Huerta Ladrón de Guevara en contra de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle García aparentase ser la evidencia de saberse superado e intentar alcanzarle en las encuestas a como dé lugar.
El reproche y el reclamo respecto a porque hasta hoy no ha bajado el costo de las tarifas eléctricas para Veracruz es la excusa perfecta para tirarse a matar a fondo en esta lucha por el poder.
Su reclamo a tener piso parejo respecto al proceso de elección de las “minicorcholatitas” jarochas recrimino el dispendio que los demás actores políticos de su partido emplean en la pinta de bardas y contratación de espectaculares en los que hacen muestra de todo menos mantener los principios de austeridad republicana que el mismo presidente López Obrador enarbola.
Pero quien se bolo la barda fue el ex canciller Marcelo Ebrard Casaubón quien en un ejercicio de genuflexión política lanzó la brillante idea de que si él es él ungido, propondrá la creación de la Secretaría de la Cuarta Transformación, en donde se buscará garantizar la perpetuidad del proyecto transformador del presidente AMLO, y quien mejor para conducir ese esfuerzo que el propio José Ramón López Beltrán –hijo del presidente-.
Evidenciando una vez más su desesperación al saberse no socorrido por el manto protector del gran tlatoani para sucederlo, le importó poco lanzar al aire la oferta succionadora que para su tristeza fue rechazada horas más tarde por el mismo vástago del presidente, excusándose de la oferta con un, no gracias, pero no.
Así dos ejemplos de los tiempos transformadores que vivimos todos los mexicanos, ahora usted solo concluya, si la genuflexión es la herramienta que garantice el triunfo de algunos personajes en donde la democracia es restringida al nulo debate, a negativa de la confrontación de las ideas, pero así son los tiempos en la democracia mexicana.
Al tiempo
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