Errores es de humanos, reconocer es de sabios
Por Carlos O. Silva Bandala
TOZUDO. Persona que se mantiene firme o inamovible en su actitud, aunque le den razones en contra. Al Presidente le resulta desagradable recibir críticas, incluso aunque sean constructivas. Le cuesta mucho reconocer sus errores. El Presidente no es infalible, no es dueño de la verdad toda, solo porque lo dice él, aunque no le asista. Recurrentemente habla de la felicidad interna, la no material. Si de la espiritual. Al reconocer nuestros errores y hacernos responsables de ellos, mejora tanto nuestro estado interno, como nuestras relaciones personales. Muchas veces nos negamos a mirar nuestros defectos en un intento por preservar nuestra estima. Sin embargo, cometer errores es humano. La imagen del Presidente de la República y de cualquiera que lo suceda no ha de estar basada en una imagen ficticia de creerse ser seres perfectos. Entender que, cuando una crítica les afecta, es porque está tocando un punto que necesita de reflexión y corregir. De manera genuina se requiere coraje y humildad. De ahí el siguiente análisis.
El Presidente AMLO en un intento por democratizar la candidatura presidencial morenista, 2024-2030, sostiene que ahora, ya no hay dedazo. Que el Presidente no decide; que quien toma la decisión para elegir al candidato es el pueblo, no el Presidente, porque de esa manera no falla, pues el pueblo es muy sabio. En su tiempo los Presidentes de la República (priístas), ciertamente con su dedo índice señalaban a quien deseaban los sucediera en la Presidencia de México, sí, pero era uno solo. Hoy en Morena vemos a tres que el Presidente coloca para que uno de ellos lo suceda en el gobierno. Los otros tres se sumaron fuera de la decisión primordial de AMLO. En el juego de Morena/AMLO para elegir a quien los represente, se juega con las fichas del Presidente. Ha sido un error criticar al PRI al decir que el dedazo con él al frente del Gobierno de la República, desapareció. El Presidente tiene en su espíritu un alma priísta. Fue parte militante y dirigente del mismo.
En la opinión generalizada de los medios de comunicación y de la gente, se asevera que Claudia Sheinbaum es su preferida y a quien quisiera que fuese la futura Presidenta de México. La Sra. Sheinbaum, desde siempre, aún antes de colocarla el Presidente como precandidata, se comentaba a lo largo y ancho del país que era ella la posible sucesora presidencial, pues apoyan sus comentarios en la cercanía emocional y política.
La CdMx además de ser el centro del país y la sede de los tres poderes federales (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), desde el punto de vista económico es el epicentro neurálgico de la actividad financiera y los negocios. Representa un poder e imagen fundamental en el Presidente de la República. De ahí la importancia de pertenecer al mismo partido político. De ahí la importancia de ser plataforma para lograr la Presidencia de la República. En los hechos es mucho más importante que cualquiera de los Secretarios de Estado. A estos los nombra el Presidente. Son sus colaboradores y pueden ser removibles a discreción de él. El Jefe/a del Gobierno de la CdMx se elige por los ciudadanos. No es empleada ni subordinada del Presidente.
Si hacemos memoria, recordemos que el viable candidato al Gobierno capitalino en el 2018, era Ricardo Monreal. Fue sacrificado para darle paso a la Sra. Sheinbaum y él recibió como compensación el liderazgo parlamentario morenista en el Senado de la República. Se intuye que el Presidente ya tenía en mente y corazón, para encauzarla a la candidatura presidencial. La Jefatura del Gobierno de la CdMx sería su plataforma y su catapulta política. El punto es, que, Claudia Sheinbaum siempre ha estado muy arriba en las preferencias ciudadanas y no se ve por donde puedan alcanzarla, Ebrard (9 y 11 puntos menos) o Adán Augusto (hasta 20 puntos menos) y derrotarla. La intensión y ánimo del Presidente se ha venido confirmando cada vez más, contundentemente.
En los 70 años en que gobernaron los Presidentes de filiación priísta, nunca, el susodicho dedazo, llevó para instaurar un gobierno autocrático. Tenemos una Constitución Política republicana y las decisiones presidenciales están sujetas a mecanismos regulativos de control popular (Cámara de Diputados y Senadores). El dicente sostiene que el dedazo presidencial, llevaba una profunda convicción patriótica para inclinar la balanza sucesoria. No fue jamás una decisión de efectos autocráticos, pues debía confirmarse en las urnas electorales. Lo que en los hechos se hace presente en un régimen democrático, como es nuestro caso, con características muy particulares, tal es el presidencialismo (decisiones centralistas).
RESPONSABILIDAD IMPLÍCITA
El dedazo fue un procedimiento de responsabilidad implícita al liderazgo ciudadano del Presidente en turno. Evaluaba entre sus Secretarios de Estado, colaboradores de primer orden, quien en su criterio debería alcanzar la Presidencia de la República; políticos muy inteligentes, preparados y conocedores del ejercicio de gobierno nacional. Los Secretarios de Gabinete, también llamados de Estado, eran a su vez consejeros del Presidente. Nunca en la historia política de la sucesión presidencial (priísta) llegó a la candidatura un improvisado, mucho menos un payaso o burlón. Fueron personalidades que profesaban respeto y lo exigían para ellos. La gran mayoría de los mexicanos conocían de ellos por su trayectoria como exgobernadores y como Secretarios de Estado, entre otras características curriculares. El gen priísta en el Presidente, dice mucho del por qué “destapo” dos secretarios de Estado, exgobernadores, uno de Tabasco y otro de la CdMx y a la gobernadora de la Capital de la República, personalidades de primerísima categoría, a contrario sensu de lo que acontece en la oposición Va por México.
LAS SEÑALES
Solo a una de los 6 precandidatos, el Presidente le ha levantado la mano en varias ocasiones, a Claudia Sheinbaum (señales inequívocas) Por sentido común de los 5 precandidatos abajo en las encuestas, debieran dictarles que Sheinbaum será la candidata presidencial. El sentido común debiera indicarles que es la que está mejor posicionada desde siempre, tanto en el ánimo del Presidente y los ciudadano. Ya llegaron muy lejos, muy alto, con el hecho de ser precandidatos presidenciales con la venia del Presidente ¿si no cómo? Ya tocaron techo, no dan para más en sus aspiraciones por la candidatura presidencial. Como el calesero político que es el Presidente en la candidatura morenista, y, dentro de un sistema presidencialista, el mismo que ejerce con todo el poder a su alcance, es un error no reconocer su responsabilidad y corregir para dar señales más claras de a quien considera ser el candidato/a presidencial a sucederlo. Los trae embroncados, la confusión en los morenistas es obvia; la división interpartidista es cierta. ¿Qué acaso no alcanza a ver el Presidente lo que está sucediendo? Claudia Sheinbaum ha sido objeto de burlas, ofensas y maltratos. ¿acaso eso no lo ve el Presidente?
La responsabilidad y sabiduría de los expresidentes (priístas) les mandataba de cuidar del respeto al candidato presidencial, de suyo propio. Claudia
Sheinbaum lo es de AMLO. Era imprescindible para la respetuosa y buena semblanza en la personalidad a que obliga el ejercicio presidencial, profesarle respeto y si al caso fuese, exigirlo, desde la candidatura presidencial (la importancia del Estado Mayor Presidencial). No es cualquier hija de vecino la científica Claudia Sheinbaum, pues tiene amplias posibilidades de ser la futura presidenta de México. No puede haber tanto descuido, el cale no va por ahí.
SUBIR LA MIRA
La planificación y guía para elegir mediante encuestas de opinión pública, a quien represente a Morena como candidato/a presidencial, para lo único que ha servido es, confrontar a sus propios aspirantes, a los llamados “hermanos” del Presidente, sembrando en el camino rencillas y división partidista, situaciones que están siendo aprovechadas por la oposición Va por México, demostrando más inteligencia estratégica/política con una precandidata, ya en campaña como candidata presidencial. No se están peleando entre ellos, no se están dividiendo, los demás precandidatos opositores están reconociendo y apoyando a quien lleva la delantera entre ellos. El Presidente tiene el poder superior en la dirigencia de Morena dispone de poner orden y dar el manotazo para respaldar de una vez, a quien ha llevado a la delantera desde siempre y se le reconozca por los demás el liderazgo, pues en la otra pista se le están creciendo los enanos.
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