El PRD debe ver para adentro
Por Ángel Álvaro Peña
En la discusión interna del PRD sobre su permanencia en el Frente Amplio por México, deberían considerar una variable que les daría dignidad ante los adversarios y el pueblo de México, voltear a ver a las víctimas del autoritarismo y colocarlos como bandera. Incluso como candidatos a altos cargos de elección popular.
Es el caso de Rogelio Franco Castán, considerado un preso de conciencia, por quien supuestamente ha luchado el PRD y permanece preso. A unas horas de ser liberado, según cálculos optimistas, designarlo como posible abanderado perredista para la Presidencia de la República o la gubernatura de Veracruz, impediría que ese partido perdiera su registro, aunque vaya solo en la competencia electoral.
La población empezaría a ver al PRD con luz propia y personalidad definida.
En algún momento de lucidez la cúpula perredista debe hacer un espacio a los fundadores de ese partido que sacrificaron todo y algunos dieron su vida en la formación de su partido que surgió el 5 de mayo de 1989. Es tiempo que su actual dirigencia recuerde a Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez, Andrés Manuel López Obrador, Heberto Castillo, Gonzalo Martínez Corbalá, Gilberto Rincón Gallardo, Amalia García, entre otros. Cada uno de ellos son parte de nuestra historia.
El pragmatismo del PRD le impide ver más allá de su obsesión por adherirse a la derecha. Muchos de sus simpatizantes se consideraron traicionados al unirse el perredismo a partidos tradicionalmente conservadores como el PAN y el PRI. Por eso está ahora a punto de perderse en el olvido electoral de la gente. Espacio por el que debe luchar y no resignarse a la voluntad de los conservadores a quienes regala su destino y sus colores.
Rogelio Franco fue víctima de un encarcelamiento que sólo obedecía a la intención de dejarlo fuera de la política nacional, porque en el momento de su aprehensión era candidato a una diputación federal plurinominal, cargo que le fue arrebatado por un correligionario que, al fungir como su abogado defensor, lo único que hizo fue ocupar su curul a la mala, en la Cámara, a pesar de que Franco Castán había tomado protesta desde la cárcel.
Así, el PRD tiene en la figura del ex secretario de Gobierno de Veracruz, una posibilidad digna, que puede regresarle viejos espacios y lograr triunfos que, con el Frente Amplio, no puede obtener ni por casualidad.
Franco Castán lleva dos años y medio en la cárcel por el delito de ultrajes a la autoridad, normatividad derogada por violar los derechos humanos, pero fue rehabilitada para deshacerse de enemigos políticos, lo cual no convierte en un preso político del gobierno de Veracruz.
El PRD no sólo debe replegarse de nuevo a la izquierda sino recuperar las simpatías de la gente que le dio su confianza. Para lograrlo debe ver hacia adentro y no buscando en la derecha lo que no pudo obtener en la izquierda.
El problema del cautiverio de Franco Castán no sólo es conocido en todo el país sino en el extranjero, de tal suerte que postularlo para competir por la Presidencia de la República o la gubernatura de Veracruz, le daría nuevos bríos al perredismo, que rescataría su dignidad.
Los aplazamientos de las audiencias, las trampas de los abogados, las triquiñuelas de los jueces, el descrédito mediático en espacios del gobierno estatal, confirman que se trata de un preso político condenado a una especie de sentencia sin fin.
Es hora de que haya cambios tan profundos como responsables en la política de todos los partidos y el PRD no debe abandonarse a su agonía sino luchar hasta el final por su sobrevivencia.
Sabemos que, a pesar de las invitaciones del propio Presidente de la República para que Rogelio Franco se integrara a Morena, fue fiel a un PRD que pareciera que le da la espalda en todo momento ya hora que tiene una oportunidad para ganar espacios, dignidad y simpatías debe estar alerta y dejar los intereses personales atrás para luchar como en los viejos tiempos.
PEGA Y CORRE
Al depurar a sus precandidatos el Frente Amplio se debilita, porque las figuras que van quedando son tan frágiles como la credibilidad del método para escoger a sus candidatos.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes