El destructivo legado
Por Ricardo Homs
La noticia sobre la cancelación del presupuesto para el mantenimiento de carreteras federales pasó desapercibida. Sin embargo, anticipa el gran problema que viviremos los próximos años.
La Secretaría de Comunicaciones y transportes del gobierno federal ha cancelado el presupuesto de once mil millones de pesos asignado al mantenimiento de carreteras federales durante el periodo del 2024. Sin embargo, no explica a dónde irá a parar ese dinero. Seguramente llegará a los proyectos personales del presidente López Obrador o quizá servirá para comprar votos en esta elección.
Esto trae varias implicaciones. La primera de ellas es la falta de respeto que este gobierno tiene por la legalidad.
Los presupuestos que el gobierno federal ejercerá en el ejercicio del siguiente año siempre es asignado por el Congreso de la Unión etiquetando los recursos directamente a cada proyecto y es un abuso de confianza destinarlos a un fin diferente a aquel para el que fue asignado.
Sin embargo, este gobierno actuando como la “cueva de Ali Babá” cambia el uso del dinero y luego lo desaparece, lo cual constituye un delito. Por tanto, esta noticia referente al mantenimiento de carreteras, es una ofensa a nuestro Estado de Derecho por una parte, y al Congreso por otra.
Sin embargo, la bancada de MORENA, -como cómplice de este latrocinio-, se ha quedado callada frente a los abusos del Poder Ejecutivo.
Se ha vuelto práctica común en el gobierno de López Obrador confiscar presupuestos asignados por el Congreso para proyectos específicos o instituciones, así como muchos fideicomisos.
Sin embargo, además del abuso presupuestal y de la falta de transparencia en la utilización de estos recursos, – podríamos suponer que serán utilizados en las próximas campañas en que competirá MORENA, infringiendo la ley electoral.
Preocupante es el deterioro que dejará este gobierno en la infraestructura de obra pública, pues representa el riesgo de accidentes futuros con la posibilidad de costo en vidas humanas. La falta de mantenimiento en el “metro” de la Ciudad de México ha sido la condicionante que ha provocado los accidentes en este sistema de transporte colectivo, por poner un ejemplo.
El envejecimiento de la infraestructura pública de nuestro país representará un retroceso que impactará negativamente la competitividad de México. Sin embargo, los daños no serán visibles y evaluables sino hasta el futuro de mediano plazo.
Esto es un crimen en contra de las próximas generaciones de mexicanos, que serán quienes pagarán las consecuencias del capricho de un proyecto de gobierno fallido y destructivo.
Lo que este gobierno está dejando de invertir en mantenimiento de hospitales, centrales eléctricas, aeropuertos tradicionales, -o sea los que no fueron realizados por este gobierno-, sistemas de transporte colectivo, así como carreteras y autopistas, además de escuelas, terminará por frenar el desarrollo del país.
Tanto el aspecto económico que rodea a estas nuevas costumbres gubernamentales de disponer del dinero asignado por el Poder Legislativo a las diferentes dependencias del gobierno federal, -como lo relativo al caso específico de no dar mantenimiento a la infraestructura de servicios ciudadanos-, representan una negra y sombría herencia de esta administración, lo cual debe investigarse a profundidad para en un futuro fincar responsabilidades.
¿A usted qué le parece?