Proceso judicial inédito y con tropiezos
El pasado 1 de junio se llevó a cabo una elección inédita en Veracruz: la renovación de magistrados y jueces del Poder Judicial mediante el voto ciudadano. Un proceso que, si bien representó un intento por democratizar la justicia, también dejó muchas dudas entre la comunidad jurídica, según lo expresó el licenciado Juan Kilimaco Hernández Bustos, director del Instituto de Capacitación para Abogados en Tuxpan.
En entrevista, el abogado reconoció que este ejercicio fue histórico, pero también “atropellado”, ya que desde el inicio se presentaron irregularidades. “El OPLE detuvo el conteo digital de los votos y reinició el proceso de forma manual, lo que generó incertidumbre. Fue un buen intento democrático, pero mal ejecutado”, señaló.
Hernández Bustos subrayó que los abogados tuxpeños promovieron activamente que los aspirantes a cargos judiciales tuvieran experiencia y trayectoria dentro del sistema, algo que se logró parcialmente. “Afortunadamente, repiten personas muy experimentadas, como la magistrada Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, quien ha trabajado en Tuxpan y actualmente preside el tribunal, y el magistrado Daniel Hernández quien se mantiene en el área penal”, comentó.
Uno de los nombramientos que más destacó fue el del licenciado Eliseo Agustín Torres Bello, quien pasó de ser juez a magistrado del Tribunal de Disciplina Judicial. Este órgano tendrá un papel clave, ya que es el encargado de designar, sancionar o remover a jueces en funciones. “Ahí es donde va a residir el verdadero poder”, opinó.
Pese a algunos aciertos, el abogado también expresó críticas ante resultados que consideró poco creíbles. “Nos sorprendió que algunos magistrados obtuvieran entre 9 mil y 12 mil votos en varios distritos; cifras que, francamente, no corresponden con la participación real ni con el conocimiento público que tienen esos perfiles”, dijo.