Monreal en su laberinto
Por José García Sánchez
Cuando el senador de Morena dijo que no le interesaba ningún puesto de consolación que quería sólo la Presidencia de la República, los simpatizantes de Marcelo Ebrard subieron considerablemente dentro y fuera de Morena, lo que sucede es que se asociaba al secretario con el ex gobernador, como fórmula electoral.
Se había considerado una fórmula convenida con anterioridad que si Ebrard iba a la Presidencia de la República, Monreal se encaminaría a la Jefatura de Gobierno de la CdMx. Esto se había convertido en un lastre para el secretario de Relaciones Exteriores, tanto que le impedía subir en las encuestas.
El 15 de julio, Ricardo Monreal anunció interesarse por la capital del país, ya que parte de su vida la ha realizado en la entidad, sin embargo, posteriormente reiteró que buscará la candidatura para suceder al mandatario Andrés Manuel López Obrador, y aseguró que no iría por ningún otro cargo que no fuera la Presidencia de la República, convirtiendo así a su aliado Ebrard, en su contrincante, a pesar de la desproporción en las encuestas que conoce de sobra, sabe que no llega ni al 10 por ciento tanto dentro como fuera de la militancia de Morena.
Por ello, descartó estar en algún tipo de negociación para otra candidatura que no sea la presidencial, en la que será el primero en inscribirse para el proceso interno cuando Morena emita la convocatoria; sin embargo, Morena ya tiene proyectado el método de selección por encuesta, el cual rechaza Monreal porque asegura estará manipulado. Difícilmente cambiarían de posición Morena o Monreal, de tal suerte, que ésta puede considerarse fuera del partido.
Monreal ha militado en todos los partidos menos en el Verde y en el PAN, en este último su líder nacional, Marko Cortés le acaba de cerrar las puertas por considerar que sólo busca intereses personales en la postulación hacia la Presidencia de la República.
Lo cierto es que Ricardo Monreal ha hecho montajes, pagando espacios en los medios, forzado apariciones públicas, pagado porristas, y manipulado encuestas. La intención del voto real hacia su persona es muy raquítica y esto hace que todo partido político lo rechace, porque podría dejarlo sin registro en 2024.
Hay una conducta que practican muchos militantes en Morena, que creen que por ser fundadores merecen el mejor cargo, cuando en realidad no están preparados para ellos. Participar en la fundación de ese movimiento los convierte en militantes destacados con virtudes y defectos, fortalezas y debilidades, las cuales se ponderan a la hora de exigir un cargo cuyo perfil personal no satisface las necesidades de una responsabilidad mayor.
Ser fundador de este u otro partido político no los conduce a una candidatura forzosamente, menos aún a la Presidencia de la República. El partido debe considerar principalmente la aceptación de la gente y en el caso de Ricardo Monreal no es muy aceptado por la población, su antipatía puede ser uno de los obstáculos que el impidan ocupar la plataforma de lanzamiento al puesto político más importante del país.
Al competir por la Presidencia de la República, Monreal fortalece al resto de los contrincantes, principalmente a Marcelo Ebrard, a quien se le adjudicaba una sociedad encaminada a una simbiótica fórmula electoral. Al aclarar que no quiere otro cargo más que la candidatura a la Presidencia tranquiliza a otros precandidatos de todos los partidos, y a la sociedad, porque fuera de Morena no hay cabida, la única alternativa sería Movimiento Ciudadano, donde, desde ahora están apuntalando al hijo de Colosio, que pareciera no tener el peso suficiente para competir ni la fuerza necesaria para ganar. Por un lado, está quemado y por el otro crudo.
El hecho de que el PRD lo invitara a ser su candidato a la Presidencia de la República lo coloca en el sótano de las aspiraciones y en el último lugar en las preferencias electorales. Una especie de suicidio político masivo.
Si Monreal no tiene participación en esta contienda como candidato a la Presidencia de la República puede decirse que su carrera política terminó, ahora sólo falta encontrar l partido que con el suficiente espíritu aventurero como para cargar con su obsesión.
Ricardo Monreal se fue cerrando las puertas al agotar alternativas, caminos, partidos, cargos, ilusiones.
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