La derecha retrocede, gana Lula en Brasil
<< A pesar de tener a los medios en contra la victoria es incuestionable por los conservadores de ese país >>
Por Ángel Álvaro Peña
La victoria del obrero metalúrgico, hijo de padres analfabetas, marca una parte de la historia del continente que debe tomarse muy en cuenta, porque, como sucede en México, toda la campaña se mantuvo una férrea difusión de mentiras para desgastar la imagen de Luiz Inacio Lula da Silva, a grado tal que se aseguraba que de triunfar Lula cerraría las iglesias. A pesar del absurdo, hubo quien les creyó, tal y como sucede en México.
La intensa campaña de mentiras de los medios debe tomarse en cuenta ante estas aparentes competencias cerradas, porque de no existir esas Fake News en los medios convencionales de Brasil, que infundían miedo, la victoria del Partido del Trabajo hubiera sido no sólo mayor sino libre de temores.
Las empresas de medios están íntimamente relacionadas con los empresarios de dentro y fuera de Brasil. Las propias transnacionales de la información están totalmente instaladas en América Latina, donde, por muchos años, mantuvieron al pueblo engañado.
Así, con el triunfo de Luiz Inacio Lula se rebasa el 86% de la población de América Latina y el Caribe gobernada por regímenes que no son de derecha.
Estamos hablando de 569 millones de personas. Desde luego que no faltarán quienes endilguen adjetivos a estos sistemas de gobierno que por su novedosa y creativa incursión en las administraciones públicas del continente no saben qué calificativo ponerle.
Los medios convencionales dentro y fuera de Brasil, tratan de hacer ver en el tercer periodo de gobierno de Lula da Silva, una especie de reelección como si se tratara de un hecho antidemocrático y así descalificar su triunfo.
LA DERECHA MUERTA
La derecha es un sector de la población que se parece en todo el mundo, su desprecio por la cultura y la historia nacional, regional y universal, es tan grande que llegó el momento en el que desconocen cómo puede llamarse un régimen como el de Lula o el de Alberto Fernández, en Argentina o Gustavo Petro, en Colombia. Lo cierto es que la pobreza no la produjeron los actuales regímenes y es con los pobres con los que se ganan las elecciones democráticas.
Las tres economías más grandes de América Latina están en manos de sus pueblos. Argentina, Brasil y México escogieron su propio camino dejando atrás y para no volver a repetir los errores del pasado Donde un grupo de privilegiados dominaba y engañaba a las mayorías.
Lula fue presidente de 2003 a 2010, en ocho años o dos periodos, y su sucesora y correligionaria del Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff, en un mandato completo y otro que falló en completar porque se le destituyó a los 20 meses. Reelecta en 2014, fue sustituida por el Senado de Brasil en un ficticio lío político y hacendario.
Lula también venció en la primera ronda, el 2 de octubre anterior, pero sin el porcentaje de la mitad más uno de los votos.
Los delitos inventados por Sergio Moro, en su gestión como juez general inculpó a Lula de corrupción, por la supuesta aceptación de un departamento de interés social durante su gestión, acusación que le sirvió para descarrilar la carrera política del próximo presidente de Brasil. Ahora Moro, convertido en Ministro de Justicia, amenaza con seguir desde la oposición su persecución.
Lula, de 77 años, asumirá su cuatrienio el primero de enero de 2023 y podrá reelegirse en 2026 y, con 81, jurar en 2027 para otro mandato de 48 meses. Brasil sólo permite una única reelección seguida.
A Lula, López Obrador y Fernández se añaden otros líderes del continente como Miguel Díaz-Canel, de Cuba, Gustavo Petro, de Colombia, Nicolás Maduro, de Venezuela, Gabriel Boric, de Chile, Pedro Castillo, de Perú, Luis Arce, de Bolivia, Daniel Ortega, de Nicaragua, Xiomara Castro, de Honduras, y Mohamed Irfaan Ali, de Guyana, y el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.
En un rincón de centro y centroderecha quedarán los mandatarios Rodrigo Chaves, de Costa Rica, Luis Lacalle, de Uruguay, Guillermo Lasso, de Ecuador, Laurentino Cortizo, de Panamá, Luis Abinader, de República Dominicana, y Mario Abdó, de Paraguay. Desde la actual perspectiva no es difícil anunciar que de estos países por lo menos en Uruguay, Paraguay y República Dominicana regresará la izquierda a gobernar, principalmente por la represión que sus gobiernos ejercen contra la población.
En la centroizquierda del subcontinente se encuentran John Briceño, de Belice, Andrew Holness, de Jamaica, Keith Rowley, de Trinidad y Tobago, Roosevelt Skerrit, de Dominica, Philip Davis, de Bahamas, Gaston Browne, de Antigua y Barbuda, Mia Mottley, de Barbados, Philip J. Pierre, de Santa Lucía, Tarrance Drew, de San Cristóbal y Nieves, y Dickon Mitchell, de Grabad, y el presidente de Surinam, Chan Santokih.
Es innegable la recuperación de América Latina, incluso de Venezuela, país al que decían perdido en su economía, porque, a pesar del bloqueo que vive ese país, muy similar al que padece Cuba, logró crecer en el primer semestre de este año,12.3 por ciento, en su Producto Bruto Interno.
EL CRECIMIENTO
Entre instituciones y expertos en economía existe un consenso casi unánime en torno a la posibilidad de que la economía venezolana seguirá creciendo en 2022.
Poco a poco, pero constantemente la recuperación de las economías que eran satanizadas por los medios convencionales y los poderosos de costumbre, empiezan a quedarse sin argumentos a la hora de ver la realidad de países que, a pesar de bloqueos y sanciones, siguen creciendo, en muchos casos más que los países que en algún momento fueron poderosos. Un ejemplo de ello es Alemania, que se proyecta como una colonia estadounidense con una economía en quiebra y una inflación de más del 10 por ciento sin precedente en su historia.
El caso de México es muy sintomático porque pasa a ser la economía número 15 del mundo y deja en el lugar 16 a España. El FMI prevé que el valor de la economía mexicana será de 1.42 billones de dólares este año, mientras la española valdrá 1.39 billones. Así, los bienes y servicios que va a producir México a lo largo de 2022 serán más valorados por el mercado que los generados por el país europeo.
Por otra parte, las exportaciones de México rompieron récord en su historia al llegar a los 51 mil 449.8 millones de dólares, lo que significa un crecimiento de 4.98 por ciento y desmiente las versiones de la oposición que asegura que la economía de México está castigada y que retrocede.
La llegada de Lula da Silva a la presidencia de Brasil, crea expectativas para los regímenes populares, democráticos y progresistas, pero encienden los focos rojos de una derecha radicalizada ante las constantes derrotas electorales en esta parte del planeta.