Monreal impune, coahuilenses expulsados por el mismo delito
Por José García Sánchez
Los coahuilenses le dieron una gran lección a Mario Delgado, lo cual desestabilizó tanto al visceral líder de Morena que de inmediato propuso expulsar a los causantes de dicho desagravio.
El remedo de selección que se basa en la encuesta a 1,500 personas, por teléfono, que fueron las que en la entidad definieron a Armando Guadiana, como el más conocido, no puede ser un factor determinante para convertirlo en candidato la gubernatura. La encuesta mencionada inicialmente era para definir el delegado en Coahuila y no el candidato, como se plasma en los estatutos.
Lo que hicieron las personas que ahora quiere expulsar Delgado fue pedirle que se apegue a los estatutos. Ni siquiera mostraron simpatías por algún prospecto a candidato, simplemente intentaron que Coahuila no se sumara a los caprichos que ha impuesto el líder nacional en todos los lugares donde hay “consultas” para definir candidato.
A una semana de una marcha multitudinaria en Saltillo, Delgado se inclinó por la persona más proclive a respetar su voluntad y arrojó como resultado al candidato que los coahuilenses no quieren. Las protestas surgieron desde la presidencia del Consejo Estatal de Morena, encabezado por Laila Yamile Mtanous Castaño, para que Remediara el mal que había hecho contra los estatutos, pero el líder nacional lo tomó como una afrenta personal a su poder y convocó a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido la expulsión de 22 morenistas por su apoyo a Ricardo Mejía Berdeja, precandidato del Partido del Trabajo a la gubernatura de Coahuila.
DEFENDIENDO EL ESTATUTO
En ningún momento mostraron simpatías por nadie los acusados sino respeto a los estatutos que son posturas muy diferentes, pero como nunca nadie cuestiona la actuación de este líder desgastado, lo tomó como un reto y actuó en consecuencia.
Consideró que su apoyo a un candidato distinto al de Morena contraviene la normatividad interna, ya que no buscan la unidad al interior del partido. Fue exactamente lo que hizo Ricardo Monreal al apoyar no sólo a un candidato de Fuerza por México sino a todo el partido. Después impulsó a Sandra Cuevas, de quien es mejor no decir nada, no vaya a ser contagioso, pero nunca dijo nada Mario Delgado, ni una amonestación, ni un gesto.
Porque Delgado sólo castiga a quien no está de acuerdo con su liderazgo que se deteriora rápidamente y con severa contundencia, la selección de candidatos a la Presidencia de la república no puede quedar en sus manos por el bien del partido y, sobre todo, de su democracia interna.
Candil de la calle y oscuridad de su casa, es el refrán que puede nombrar a Mario delgado, quien den un alarde de pluralidad y apertura llamó a los simpatizantes del PRD a unirse a la cuarta transformación, luego de que el PAN y PRI excluyeron a ese partido de un posicionamiento en el que refrendaron su alianza para 2023 y 2024.
Los actos de Ricardo Monreal reúnen todos los requisitos para ser expulsado de Morena, no se trata de una purga, en este caso sino de una depuración en nombre de la definición y la coherencia, porque si el zacatecano pugna por la unidad, no debiera defender públicamente a una de las agresoras a sus compañeros de partido, ni hubiera impulsado la candidatura de esa mujer a la alcaldía de Cuauhtémoc, ni la hubiera defendido de los medios en sus múltiples pifias. Esto es peor que la exigencia de los coahuilenses por hacer respetar los estatutos, pero Delgado le teme a Monreal, le guarda consideraciones comulgando en sus traiciones y coincidiendo en la parcialidad de aplicación de las normas partidistas.
La designación de Guadiana por Morena para la gubernatura no excluye que la candidatura de Mejía sea tan propia de la 4T como la de Morena, lo que sí se hace evidente es la parcialidad de Mario Delgado, su traición a la verdad, su deshonestidad, y haberle dado la espalda al pueblo.
Twitter: @Josangasa3