¿Revés a la Cámara de Diputados?
Por Ricardo Homs
Lo que no queda claro es el fondo de la nueva reforma al Tribunal Electoral de la Federación, que se cocina en la Cámara de Diputados y que en el Senado avisan que no pasará.
El tema es entender qué es lo que motiva esta reforma. Lo curioso es que los dirigentes de los partidos políticos que defendieron “El INE no se toca”, hoy justifican esta reforma, como es el caso de Alejandro Moreno, presidente del PRI, Marko Cortés dirigente del PAN y Jesús Zambrano del PRD y por supuesto, Mario Delgado, dirigente de Morena.
Sólo porque no recibió apoyo de su partido, fue que Marko Cortés acaba de retirar su apoyo a esta iniciativa en contra del TEPJF.
Fundamental en esta reforma es inhabilitar al TEPJF para que pueda intervenir en las decisiones propias de la vida interna de los partidos.
En realidad, el TEPJF simplemente verifica la constitucionalidad de las decisiones de las cúpulas partidistas y cuida que no se vulneren los derechos de las militancias partidistas, ni los derechos políticos de algunos militantes que buscan candidaturas o cargos partidistas.
Recordemos que en el PRI es un conflicto latente los intentos de su dirigente Alejandro Moreno por alargar su mandato en el partido. La reelección de Marko Cortés tuvo cuestionamientos de haber sido desaseada, principalmente, denunciada por Adriana Dávila y por Gerardo Priego, quienes fueron candidatos a la presidencia del PAN.
Además, hoy circula en redes sociales una grabación de agosto del 2020, -dada a conocer en Latinus por Carlos Loret de Mola-, realizada antes de la encuesta con la que Mario Delgado fue designado presidente de Morena. –en esa época dirigente de la bancada de Morena en El Congreso-, en la cual él da instrucciones a la consejera del INE Norma De La Cruz, para que le proteja de cualquier cuestionamiento del instituto electoral.
De este modo, inexplicablemente derrotó a Porfirio Muñoz Ledo a partir de una encuesta amañada.
A su vez, Morena también fue cuestionada por Gibrán Ramírez desde 2022.
Evidentemente los dirigentes partidistas consideran al TEPJF un estorbo a sus ambiciones personales, pues este organismo electoral debe dar certeza a las decisiones de las mayorías.
Evidentemente, esta propuesta legislativa tiene muchos distractores para ocultar las verdaderas intenciones y por otra, una narrativa que rescata los argumentos del presidente López Obrador, capitalizando el resentimiento popular en contra de todo tipo de autoridades, acusándolas de proteger los privilegios económicos de la “mafia del poder”.
Acotar la autoridad de las instituciones, -o incluso nulificarlas-, es lo que el presidente López Obrador quiere hacer con el TEPJF. El argumento del ahorro económico es fundamental, pues distrae la atención de las verdaderas intenciones.
A su vez, el ahorro se vincula con el combate a la corrupción y ambas narrativas canalizan los resentimientos populares en contra de las graves desigualdades económicas que aún hoy prevalecen en el país, pues la Cuarta Transformación sólo ha cambiado a los beneficiarios de la corrupción. Ha sido un instrumento de movilidad y alternancia.
Por otra parte, ya que el presidente no pudo controlar al INE, le conviene controlar al Tribunal Electoral Federal para garantizar que su “corcholata” favorita gane la elección sin impugnaciones. Para ello cuenta con el contubernio de los actuales dirigentes partidistas, -que son su oposición tradicional-, pero que ante este nuevo contexto resultan beneficiados en sus ambiciones personales, -y a partir de ello-, pudieran ayudarle a conseguir este objetivo.
De este modo, -sin una fiscalización de un organismo electoral-, tendrán la oportunidad de manipular las siguientes elecciones, -para cambio de dirigencia-, y poder perpetuarse en el cargo o poner a sus allegados y así seguir teniendo influencia en el partido.
Es importante descubrir ante la sociedad las intenciones mezquinas que están detrás de esta andanada en contra del órgano fiscalizador electoral.
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