COLUMNISTAS

La UNAM y el caso Yasmín Esquivel

 

Por Ricardo Homs

Este caso del posible plagio de la tesis de licenciatura por parte de la ministra Yasmín Esquivel se ha convertido en un referente de grandes implicaciones jurídicas, pues ha terminado judicializado, por la gran exposición mediática que tiene la indiciada como plagiaria a partir de su alto cargo.

Sin embargo, este caso al judicializarse rebasa el ámbito académico y termina cayendo en la inconstitucionalidad, pues atenta contra la autonomía de la UNAM. 

Primeramente, el Vigésimo Primer tribunal Colegiado en Materia Administrativa el 21 de abril pasado desechó un amparo solicitado por la ministra Esquivel, tratando de evitar que la UNAM diese a conocer públicamente su decisión respecto a la existencia del plagio de tesis, pues la difusión de su decisión afecta su “derecho al honor”.

Sin embargo, el mismo día, un juzgado civil de la Ciudad de México ordenó a la UNAM abstenerse de continuar con un procedimiento totalmente académico, liderado por el Comité Universitario de Ética e invalidando la decisión del tribunal.

Esta decisión del juzgado civil de la Ciudad de México representa una intromisión en un ámbito totalmente educativo, pues es equivalente a que un juzgado pudiese impedir a un catedrático reprobar a un alumno que no pasó un examen.

Es la comunidad universitaria la que debiese exigir respeto a su autonomía.

Considerando que existe también la presunción de que ella hubiese plagiado en 2009 la tesis del doctorado cursado en la Universidad Anáhuac, comprobándose el plagio de 209 de las 456 páginas que constituyen el total de la tesis, las cuales corresponde a 12 autores muy reconocidos e importante trayectoria, aumentan la expectativa de que se confirme su actitud de predisposición al plagio.

Lo que llama la atención en este caso totalmente académico, es que si bien podemos darle a la estudiante de licenciatura de la UNAM, Yasmín Esquivel Mossa el beneficio de la interpretación relativa a la inmadurez juvenil, como origen del plagio, en contraste a la funcionaria pública que cursó el doctorado en la UNAM en 2009 se vuelve un asunto aún más grave.

Lo que ofende a la sociedad no sólo es el plagio, sino la utilización de las influencias del cargo para defenderse. Esto se vuelve inaceptable.

¿A usted qué le parece?

 


 

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