El Mecanismo de Segob se suicida
Por Ángel Álvaro Peña
En momento en que por lo menos tres funcionarios de primer nivel están bajo la lupa, las reacciones al interior de la Secretaría de Gobernación chocan en la profundidad de sus oficinas.
Mientras uno de los presidenciables, Adán Augusto se muestra de frente y en armonía ante los medios, otros, dentro de su mismo partido, le ponen piedras en el camino.
Su relación con los comunicadores, donde ha sido tan cuidadoso el encargado de la política interna lo echan por la borda algunos con el mal trato que dan a los comunicadores desde el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, con el mal servicio y regateo que acostumbra el Mecanismo, poniendo en peligro la vida de los periodistas.
Al respecto, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se confirmó que el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas es importante, pero actualmente está rebasado y tiene insuficiencia a nivel de recursos humanos y económicos.
Cualquier que sea el motivo de la ineficacia en la Segob, los mexicanos saben que tiene una gran deuda con los derechos humanos. Desde los desaparecidos hasta la investigación de Ayotzinapa, las interrogantes se multiplican junto con la incertidumbre de los familiares sin que haya fuerza humana que eche a andar la maquinaria de una Segob que pareciera ser saboteada desde adentro.
ONU Y ERRORES
Por lo pronto, el llamado internacional de atención proviene de la ONU que hace un llamado a corregir los errores, en un documento denominado Diagnóstico Sobre el Funcionamiento del Mecanismo, donde se señala que parte de las desventajas que aún tiene el Mecanismo es en recursos humanos, ya que desde 2014 el número de funcionarios se ha mantenido en 36, lo que resulta insuficiente para darle seguimiento a las personas beneficiarias.
“Por ejemplo, cada persona que opera funciones de seguimiento debe atender un promedio de 155 personas beneficiarias y al 24 de abril de 2019 estaban pendientes 114 reevaluaciones y 22 evaluaciones, equivalente a poco más de tres meses de trabajo de acuerdo al ritmo actual del equipo que realiza los estudios de riesgo. Por otro lado, el Mecanismo carece de suficiente personal especializado en materias como comunicación pública, gestión de recursos humanos, tecnologías de la información o gestión de medidas políticas y vinculación con autoridades”.
Si a esto se añade lo más importante que es el continuo asesinato de comunicadores, encontramos que se trata de un área que debería erradicar vicios y despedir personal.
Porque desde la subsecretaría, hasta cada uno de los integrantes del mecanismo que encabeza Enrique Irazoque Palazuelos, pasando por Luis Pablo Ballesteros Sosa, coordinador de riesgos del Mecanismo, considerado uno de los puntos más vulnerables del mecanismo por su apatía e irresponsabilidad, hasta el área de Evaluación de riesgo, que adolece de una burocratización fuera de toda lógica.
PERIODISTAS Y CAMBIOS
El Mecanismo está tan mal que el propio Enrique Izaroque Palazuelos comentó que, “A 10 años de su creación, y en las actuales condiciones, el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas es insostenible y está condenado a desaparecer”.
Irazoque Palazuelos consideró “La problemática es que pareciera que es una responsabilidad federal solamente y eso le da una zona de confort a las demás autoridades. Entonces, el hecho de que un presidente municipal, una policía municipal agreda, hay veces que ni siquiera es nota, y a esta autoridad local no le genera un costo político y, a veces, ni jurídico”.
Se insiste desde hace años en que el Mecanismo debió nacer y desarrollarse con la idea de la prevención; sin embargo, los trámites para lograrlo se quedan estancados en la oficina de Ballesteros Sosa, quien llega al absurdo de exigir a los afiliados a este mecanismo de adelantar con 72 horas de anticipación los viajes que pudieran realizar los periodistas para otorgar viáticos a los guardias.
El periodismo es una actividad que cambia cada minuto y no es posible adivinar un accidente, ni un conflicto, ni la erupción de un volcán con tanta anticipación. La dinámica de la información requiere de inmediatez y rechaza, por sí sólo, la burocratización de un grupo de empleados enquistados en las oficinas de gobierno desde sexenios anteriores.
Es absurdo que el mecanismo cuente con una oficina llamada Unidad de Recepción de Casos y Reacción Rápida, cuando es identificada por su lentitud. También hay otra contradicción que exige su refundación, en una oficina denominada Unidad de Prevención, Seguimiento y Análisis, porque no previenen, ni dan seguimiento y menos aún existe un análisis mínimo de las tareas que realiza ese mecanismo.
En la carrera por la candidatura a la Presidencia de la República por Morena se habla de la necesidad de piso parejo, equidad, aunque también deba hablarse de igualdad de circunstancias y de erradicación de la guerra sucia.
La vida de los periodistas no puede formar parte de ningún otro acontecimiento político. Se trata de vidas humanas que finalmente deterioran a toda la sociedad y afectan, de manera sensible, la democracia en la que dicen creer quienes compiten por el poder.
PEGA Y CORRE
Mientras Alejandra del Moral anuncia que morenistas se pasaron a la alianza opositora para apoyarla, sin prueba alguna; más de 10 mil docentes, estatales y federalizados mostraron sus credenciales acreditando su salida del partido Nueva Alianza y apoyando a Delfina Gómez.
Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes