Palabra sin Moral
Por José García Sánchez
Encuestas, testimonios, fotografías, comentarios, análisis etc. dan cuenta de la ventaja de Delfina Gómez en la competencia por la gubernatura del Estado de México, ante su contrincante Alejandra del Moral. Ante este panorama los medios convencionales preferían realizar crónicas de las no siempre concurridas giras de campaña de esta última.
Bastó con una sola declaración de la candidata de la alianza opositora al decir, sin pruebas, que estaba técnicamente empatada con Delfina Gómez, para que una oleada de medios afirmara dicha frase. Portales de internet, medios impresos, radiodifusoras, televisión, Twitter y mucho más secundaron la versión, muy subjetiva, por cierto, de la candidata Del Moral, en su supuesto empate con la puntera, ante quien hay aproximadamente 20 puntos de diferencia.
La evidencia de los medios es su consigna, no la realidad. Desde meses atrás la ventaja es evidente y sólo bastó una declaración, de una de las candidatas, es decir, una de las implicadas en la contienda electoral para que como si se tratara de un nado sincronizado, dieran por hecho una declaración sin comprobar, en lo más mínimo, esas palabras.
Los medios, así como el Instituto Electoral del Estado de México, obedecen una sola voz: la de Alejandra del Moral. Desde la víspera del primer debate, durante el primer debate y las consecuencias de su parcialidad el Instituto se mostró a favor de la alianza opositora.
Los colores de la escenografía en el segundo debate, la parcialidad de la mediadora y las preferencias en tiempos y oportunidades de voz, comprobaron que hay dados cargados en el Estado de México a favor de la derecha.
Ni siquiera puede llamársele desvergüenza al coro de los medios que aseguran que Alejandra del Moral empata por el simple hecho de que ella lo dice. También Monreal dijo que sería presidente de la República y ahora no encabezaría, por elección popular, ni una tortillería.
Esa desfachatez de comentaristas, reporteros, analistas, medios que no se respeta a sí misma quiere influir en la opinión de una población que no sólo está harta de los partidos que representa Alejandra del Moral sino de quienes intentan hacer creer que es una opción, aunque sea de mala calidad.
La versión de un competidor sobre los resultados de su próxima competencia no es válida porque nunca va a decir que entrena o está en campaña, para perder, ya se trae de una justa deportiva o política. Los periodistas, acostumbrados a hacer de la información un espectáculo, y con recompensas de por medio, siguen el juego de la mentira hasta ser desenmascarados con la indiferencia de la población.
Del Moral pudo faltar a la verdad, pero lo suyo es competir, pero los voceros de la derecha, sin más prueba que la palabra de una competidora den como un hecho consumado insumos informativos como si ellos hubieran comprobado las palabras de Alejandra del Moral. Esto sólo puede anunciar un hecho: preparan un fraude electoral sin precedente, con la complicidad del IEEM y de los medios, declarados cómplices del priísmo arraigado en la entidad.
