COLUMNISTAS

Huipil o tilma

Por José García Sánchez
La infinita riqueza cultural de nuestros pueblos originarios no puede ser violentada por el oportunismo de una mujer no tiene claro ni el desarrollo de su infancia. Una doña nadie, que en la mediocracia panista pudo arribar a ser alguien con la ayuda de sus cómplices. Ahora, intenta erigirse como la mejor persona para dirigir los destinos del país.

El hecho de intentar ser parte de una comunidad indígena, sin serlo, es un insulto para todos los mexicanos, el habitual desprecio por los pueblos originarios de algunos segmentos de la sociedad mexicana lo impulsa a considerarla una nueva virgen de Guadalupe. La desesperación de una derecha que se ve desaparecer en el panorama político permite mentiras y peligros, porque la poca fuerza que tiene se ve compensada con intereses radicales poco nacionalistas.

La perorata de esta mujer lleva a extremos insospechados, el odio hacia el actual gobierno a través de mentiras como el hecho de decirles a empresarios de Chihuahua que el Presidente los odiaba, o proponer que los empleados de gobierno paguen su seguro de gastos médicos por 70 mil pesos mensuales, la permanente trampa de la violencia política de género donde espera que cualquiera caiga.

Se trata de un híbrido electorero al servicio de intereses particulares, no sólo de la derecha nacional sino de un proceso de enajenación de intereses, riquezas naturales, explotación, etc. A pesar de que su irrupción en la política que pasa ser payasa a gerente del circo.

La señora X no sabe distinguir un huipil del norte de la República de otro del sur. Nada tiene de indígena y su mentira se desinfla a pesar del gran aparato que utilizan los medios convencionales de que es la mejor para representar al país. Su ignorancia supina sobre cualquier tema, incluyendo la ingeniería de computadoras, será exhibida en el primer debate.

Los reenvíos de mensajes por celular pululan anónimamente como es su costumbre tratando de defender los datos de esta mujer diciendo que se trata de una persona moral, que dentro de la jerga fiscal debe tener sus datos con discreción y se violenta su privacidad como empresaria, pero se olvidan añadir que se trata de una servidora pública, que debe tener todos esos datos que los lambiscones quieren tener guardados y deben ser públicos. Al conjuntarse su calidad de empresaria como persona moral y el servicio público se viola le Ley de Responsabilidades Administrativa, lo cual debe ser conocimiento de un estudiante de leyes de primer semestre o bien quieren confundir a la población.

La cobardía que representa el envío de mensajes sin firmar por celular ha sido una de las herramientas más insistente de la campaña sucia de la señora X, quien se dice mártir de un atentado creado, como ella, por los medios.


 

Twitter: @Josangasa3

 

 

 

 

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