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Mario Delgado se niega a entregar Morena

TELÉFONO ROJO

Por José Ureña

No quiere irse.

Mario Delgado se niega a dejar la presidencia del nuevo partido de Estado, Morena, porque se cree, al menos, ser estrella y con poder para decidir las candidaturas para 2024.

No a la Presidencia de la República, pues esa se decidió con encuestas inducidas desde Palacio Nacional a favor de Claudia Sheinbaum y sólo le falta la formalización.

Un simple trámite, pues.

Tampoco la decisión sobre la Ciudad de México, pues esa la negoció la exjefa de Gobierno a favor de Omar García Harfuch en acuerdo con el Presidente de la República, su patrón, gran amigo y eterno impulsor.

Él no ensombrecería en las encuestas, y lo sabe, la imagen del exsecretario de Seguridad Ciudadana y tal vez ni a Clara Brugada, la más seria de las aspirantes morenistas desde hace tiempo.

Pero Delgado quiere lucirse, y ahí está su sensación de poder, con los otros ocho postulantes a gobernadores en los estados donde habrá renovación de poderes ejecutivos locales.

Ellos, las 64 fórmulas para el Senado de la República, para 500 diputados federales, alcaldes de las principales ciudades, diputados locales y, de premio, quienes contenderán por regidurías.

Quiere llevarse el mérito político.

Pero no será así.

Ha aprovechado su negativa a partir de la ausencia de Adán Augusto López, quien ha desaparecido luego de ser designado coordinador político de la campaña de Claudia Sheinbaum.

Anda de vacaciones.

EN ESPERA DE ADÁN

Él será el operador más importante de la exjefa de Gobierno, mientras de la organización territorial -regiones, estados, municipios- se encargará el zacatecano Ricardo Monreal.

Pero necesita volver.

Adán Augusto es el gran amigo de infancia de López Obrador, su compañero en toda la carrera política, jugador de inicio en la aventura morenista y por lo tanto digno de mejor suerte.

Pero no fue el ungido y se espera su regreso para recibir los grandes premios de consolación: dirigente de Morena, influyente en muchas postulaciones, coordinador proselitista de Claudia Sheinbaum, factor en decisiones estatales y candidato presidencial sustituto.

NO HABRÁ RESPIRO

Nadie parará la embestida contra Xóchitl Gálvez.

Hace bien en prepararse a acusaciones mayores a las del fiscal de Morelos, Uriel Carmona, quien no verá la paz en este sexenio porque fue marcado por el dedo presidencial hace tiempo, hoy su encarcelamiento lleva la intención de proteger a Cuauhtémoc Blanco y en parte él contribuyó a esa sevicia.

Cuando Claudia Sheinbaum fue a Morelos a hacer campaña, mandó un contingente de agentes de la Fiscalía Estatal de Morelos so pretexto de garantizar su seguridad.

El reporte a Palacio Nacional del equipo de seguridad de la elegida -del Ejército Mexicano, la Marina y la Guardia Nacional- fotografió a todos ellos y descubrieron presuntos integrantes del crimen organizado.

Hoy esos datos sirven como elementos de acusación contra Carmona junto con otros bastante dudosos, como haber ordenado torturas a quienes participaron en investigaciones y detenciones.

Así pues, Xóchitl, a aclarar todo y a no dejar dudas.

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