Se manifiestan en España contra nuevo gobierno de izquierdas
Centenares de miles de personas se manifestaron por las calles de Madrid en el marco de las protestas convocadas por la derecha y la extrema derecha españolas para repudiar al nuevo gobierno de coalición de izquierdas, que preside el socialista Pedro Sánchez, y a su pacto de alianzas estratégicas con los partidos independentistas vascos, catalanes y gallegos. La protesta de este sábado es la más multitudinaria hasta ahora desde que un sector de la población española, el más conservador, decidió expresar en la calle su indignación y rabia ante cuatro años de gobierno de la izquierda.
Con las consignas que se han popularizado en los últimos días, como “Pedro Sánchez, hijo de puta”, “Puigdemont a prisión”, “No nos engañan, Cataluña es España” o “Unidad nacional”, las calles del centro de Madrid se volvieron a llenar de ciudadanos indignados, que portaban sus banderas españolas o carteles en los que se atacaba directamente a la figura de Sánchez o de sus aliados en el Parlamento. Según la Delegación del gobierno en Madrid, que depende de la administración central, la manifestación congregó a más de 170 mil personas, más de 100 mil que la registrada el domingo pasado y si se toma como referencia el calculo de esta dependencia oficial.
En esta ocasión la convocatoria la lanzaron una serie de plataformas de la sociedad civil, algunas de ellas asentadas en Cataluña y que se han convertido en los principales opositores al proyecto independentista de los partidos nacionalistas catalanes. Los plataformas que llamaron a esta movilización masiva fueron Foro Libertad y Alternativa, Unión 78, Foro España Cívica, Cataluña Suma, Pie en Pared, S’ha Acabat!, NEOS, Asociación por la Tolerancia, Convivencia Cívica Catalana, De Español a Español por la Constitución, OLE (Otra Ley Electoral), Resiste España, Nuevo Espíritu de Ermua y un centenar de organizaciones más.
Los políticos de la derecha asistieron a la manifestación, como el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, del PP, o Santiago Abascal, de Vox, pero ninguno de ellos tomó la palabra durante el mitin, que estaba reservado para representantes de la sociedad civil convocante. En cualquier caso, ante los micrófonos de la prensa, Núñez Feijóo, instó a Sánchez “no levantar muros ni tensionar más a la sociedad porque una cosa es tener el poder y otra muy diferente tener razón”.
Pero los discursos más aplaudidos fueron lo de los representantes de la sociedad civil, como la catalana Julia Calvet, de la organización S´ha Acabat!, quien apeló a “las instituciones con poder suficiente para que actúen: Que no nos abandonen, que levanten el teléfono y detengan el golpe”. El escritor y periodista Félix Ovejero señaló que “el PSOE está ideológicamente muerto, y bien muerto. Hoy todo ha cambiado y las leyes las escriben los delincuentes”. El también escritor Andrés Trapiello advirtió que “a Pedro Sánchez le espera un imposible, convencer a los españoles de que lo blanco es negro. Ya que la amnistía es una burla moral e indecente. Ese atropello, ¡no en mi nombre! Ni amnistía, ni autodeterminación”.
El dramaturgo catalán Albert Boadella señaló por su parte “España va camino hacia una dictadura. Y me jode que primero tuve que luchar contra una dictadura militar y ahora tendré que batallar contra una dictadura progre”. El filósofo Fernando Savater cerró los discursos apelando a mantener las movilizaciones ante lo que definió como “el primer paso de una resistencia que tiene que continuar” e ironizó sobre la versión que han dado sobre la ley de amnistía: “¿A quién le vamos a creer, a Felix Bolaños (ministro de la Presidencia), al diario El País (periódico afín al gobierno y del que él mismo el articulista), o a los jueces?”
Al final de la manifestación, un grupo de unas 300 personas intentaron protestar frente a las puertas de La Moncloa, la residencia oficial del presidente del gobierno, para lo que llegaron incluso a bloquear durante casi 30 minutos la autopista de comunica Madrid con A Coruña, una de las más transitadas de la ciudad. Finalmente la policía los disolvió y se liberó la circulación. También se volvieron a registraron concentraciones de centenares de personas en las inmediaciones de la sede central del PSOE en Madrid.