COLUMNISTAS

Obras escondidas

La infraestructura nueva era destinada a grupos de poderosos y poco se pensaba en sus beneficios sociales

Por Ángel Álvaro Peña

Las obras emblemáticas en la administración pública tenían mucho de no existir, las pocas que había, tenían dedicatoria a las élites del poder económico o político. Se construían carreteras, autopistas, hospitales, paredes de refinerías, sistemas de riego siempre en beneficio de un grupo privilegiado de personas, empresarios, latifundistas, inversionistas extranjeros, transnacionales, nunca se construyó un camino para unir comunidades sino para desarrollar el transporte de mercancías de los empresarios.

Las obras públicas en los sexenios anteriores se convertían en el inicio de sociedades corruptas y complicidades evidentes, entre funcionarios públicos y empresarios, autopistas, hoteles, puentes, constructoras, etc. se crearon para beneficiar a todos los que decidían sobre la aprobación y destino de dichas construcciones.

Uno de estos ejemplos es el Tren Maya, cuya construcción ocupó más de 100 mil empleos directos; además, la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, señaló que durante su construcción aumentó la inversión extranjera en la entidad 61 por ciento, equivalente a más de 50 mil millones de pesos.

En Cancún, gracias a esta obra, se abrieron cuatro hoteles en 2023, con más de mil 100 habitaciones, para 2024 se abrirán otros siete hoteles más con más de 4 mil 356 habitaciones. Toda esta inversión significa empleo, derrama económica, desarrollo y prosperidad compartida.

La ruta del Tren Maya comienza en Palenque, en Chiapas, y viaja al noreste hacia Cancún en Quintana Roo a través de dos rutas que rodean la península.

El proyecto del Tren Maya fue financiado mediante un esquema de inversión mixta. Una parte de la inversión, un 10 por ciento, quedará a cargo del Gobierno y el resto de las empresas privadas que resulten adjudicatarias de esos contratos de inversión mixta en los concursos correspondientes.

El proyecto del Tren Maya es el mayor generador de empleos en el sureste mexicano, pues se han creado hasta el momento 100 mil fuentes de trabajo para la construcción de esta obra, además de los 11 mil que se han creado para la fabricación de los trenes, en Ciudad Sahagún, Hidalgo.

La electrificación del proyecto ferroviario la Comisión Federal de Electricidad realizará 53 obras, de las cuales 43 serán subestaciones eléctricas y 10 líneas de transmisión.

El Tren Maya transitará por Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco y Chiapas a lo largo de mil 554 kilómetros; cruzará 40 municipios y 181 localidades; y tendrá 20 estaciones y 14 paraderos. En Yucatán contará con 298 kilómetros, de los cuales 217 serán vía doble electrificada; pasará por 19 municipios y 43 localidades; en este estado habrá cuatro estaciones, tres paraderos, dos bases de mantenimiento, un taller y dos subestaciones eléctricas nuevas. Además, se construyen en la entidad 115 obras complementarias, entre viaductos, puentes, pasos de faunas y vehiculares.

El Tren Maya se convierte en el segundo tren de pasajeros en México, luego de que, durante el sexenio de Ernesto Zedillo, se descarrilara todo el sistema ferroviario del país, para luego de dejar el cargo, se convirtiera en asesor de empresas de ferrocarriles de Estados Unidos.

En septiembre del año pasado, se inauguró la mitad del recorrido del tren interurbano México-Toluca.

Pero el verdadero paso de gigante para la infraestructura ferroviaria de México llegó el 15 de diciembre, cuando entró en funcionamiento la primera etapa del famoso y polémico Tren Maya, en el sureste del país.

Este tren tiene conexión con otra obra emblemática del sexenio que es el Corredor del Istmo de Tehuantepec, que revivirá kilómetros de antiguas vías de tren entre los estados de Oaxaca y Veracruz. Proyecto que tendrá la capacidad para transportar mercancías entre los océanos Atlántico y Pacífico, dado que la línea de tren recorre la parte más estrecha de México conectando ambas costas.

Considerando que el Canal de Panamá, atraviesa por una de sus peores crisis por la escasez de agua que ha llevado a imponer grandes restricciones al tráfico diario de barcos, no son pocos los que han dirigido su mirada a la nueva opción de transporte que se abre ahora en México.

El canal panameño fue el motivo del primer fracaso en la historia del corredor mexicano, porque a principios del siglo pasado, 60 trenes diarios lo recorrían de costa a costa después de que se construyeran los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, y el general Porfirio Díaz lo inaugurara en 1907.

A principios del siglo pasado, 60 trenes diarios lo recorrían de costa a costa después de que se construyeran los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, y el general Porfirio Díaz lo inaugurara en 1907.

Pero cuando en Panamá se abrió el canal solo siete años después, la alternativa mexicana fue quedando en el olvido, hasta que la rescató el actual Jefe del ejecutivo.

El Tren Interoceánico une los puertos de Coatzacoalcos, en Veracruz, y Salina Cruz, en Oaxaca. Lo que significa un recorrido de 303 kilómetros de costa a costa, equivalentes a 6 horas de recorrido con un promedio de 1.4 millones de contenedores. Para crear esta infraestructura fue necesario transformar el puerto de Salina Cruz y darle 24 metros de calado y al de Coatzacoalcos de 14 metros, respectivamente. Además, 2 líneas adicionales lo conectarán con Palenque/Tren Maya y con Ciudad Hidalgo/Guatemala.

Es decir, son sólo dos de las obras majestuosas de este sexenio, que ni siquiera imaginaron los funcionarios públicos de anteriores sexenios, y de cuya grandeza y ventaja nunca nadie habla. Al contrario, condenan al fracaso, así lo han hecho con la Refinería Olmeca de Dos Bocas, con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y otras obras que caminan en los tiempos previstos y que fueron concluidas con precisión.

Debe llamar la atención el silencio al respecto de la mayoría de los medios convencionales, principalmente la televisión comercial, que crea un hueco informativo sobre estos temas. De no ser por la difusión que se da de estas obras en las conferencias matutinas del Presidente de la República, poco o nada se supiera de su construcción, a pesar de su trascendencia.

Para la oposición estas obras sólo son mencionadas cuando tratan de desprestigiarlas, cuando los funcionarios públicos y presidentes de sus partidos ni siquiera soñaron con echar a andar este tipo de beneficios para los mexicanos.

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