Caso Motozintla y la seguridad nacional
Por Ricardo Homs
La detención de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum por supuestos autodefensas en la sierra chiapaneca de Motozintla tiene graves implicaciones que parecen no ser comprendidas en su justa magnitud.
Esto que debiese ser una llamada de atención respecto a las graves fallas en la seguridad de quienes contienden por la presidencia de la república, -en lugar de generar acciones para prevenir riesgos futuros-, sólo ha merecido descalificaciones por parte del presidente López Obrador.
Hablar de un “montaje” armado por Latinus es frivolizar el hecho y tratar de sacarle “raja política” a un asunto de suma gravedad, que compromete la “seguridad nacional”.
Es inaudito que sin ningún control, -en la época de mayor violencia que ha vivido nuestro país durante los últimos cien años-, alguien pueda detener contra su voluntad a una candidata presidencial.
El asesinato del candidato presidencial de Ecuador, -Fernando Villavicencio-, acontecido el 9 de agosto del año pasado en plena campaña electoral, -perpetrado por el crimen organizado-, ya debiese haber generado acciones preventivas en nuestro país.
Esta llamada de alerta que nos llega de Motozintla, Chiapas, evidencia falta de planeación e improvisación por parte del equipo de seguridad de la candidata, pues exhibe ausencia de protocolos preventivos.
¿Qué hubiera sucedido si un cártel la hubiese secuestrado para exigir liberación de prisioneros? … ¿O para pedir rescate? … o imponer cualquier otra demanda. Seguramente este gobierno entraría en crisis y se cancelarían las elecciones como primera reacción.
Si este riesgo está latente para la candidata del partido en el poder, ¿Cuál es el nivel de riesgo de los candidatos presidenciales opositores?
Es más, el presidente López Obrador no ha dimensionado que frente al mínimo evento que comprometa la seguridad de alguno de los dos candidatos opositores, siempre recaerá sobre este gobierno la sospecha de un montaje oficial, o entonces la suposición de que fue realizado en contubernio con algún grupo delictivo y no habrá mañanera que logre controlar los daños dentro y fuera de México.
En esta campaña 2024 continuamente vemos amenazas a candidatos, secuestros y asesinatos por parte del crimen organizado, que pretende influir en las elecciones que se llevarán a cabo en su territorio. Esto quiere decir que el gran elector en muchas zonas del país no serán los ciudadanos, sino la delincuencia.
Sin embargo, lo más grave es la actitud gubernamental. Frente a una delincuencia armada que muestra lo más sofisticado de la tecnología global, -que utiliza drones y vehículos de guerra-, equipos que superan a los que poseen todas las policías estatales y municipales del país, vemos a nuestras Fuerzas Armadas con actitud tolerante y despreocupada.
¿En qué se está utilizando toda la infraestructura de inteligencia militar y sistemas de alta tecnología como Pegasus?
El sistema de espionaje Pegasus, -comprado a una empresa israelita, líder mundial en su mercado-, ha sido un escándalo que viene desde el sexenio de Peña Nieto, pero se ha reafirmado en este gobierno del presidente López Obrador.
Sin embargo, la respuesta oficial siempre ha sido que su utilización está enfocada al combate al crimen organizado, aunque los resultados nunca se han visto.
En los tiempos neoliberales de las Guardias Presidenciales ésto no hubiese sucedido. Ellos verificaban con anticipación los lugares donde se realizarían eventos, así como el recorrido de los candidatos.
Este acontecimiento sucedido en Chiapas exige un replanteamiento de toda la política de seguridad pública, pues nos exhibe a un gobierno vulnerable, indolente e incapaz de garantizar protección a toda la ciudadanía y menos aún, paz para todo el país, sin excepciones. Ese es el mensaje de tolerancia que recibe la delincuencia organizada que opera en todo el territorio nacional.
¿O es que la tolerancia evasiva de “abrazos y no balazos” debiésemos interpretarla con otros parámetros?
LA PAJA EN EL OJO AJENO
El reporte anual sobre derechos humanos editado por el Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos, -que alerta sobre graves problemas que afectan este derecho universal en nuestro país-, ha generado una respuesta reactiva y defensiva de nuestro presidente, que acusa injerencia de esa importante dependencia gubernamental en los asuntos domésticos de México.
Sin embargo, nuestro presidente se siente con la libertad de erigirse en juez y criticar a los gobiernos de Perú, Ecuador, Argentina y a los que le viene en gana; ¿Eso no es intervencionismo?
¿LOS VOTOS PERDIDOS?
La noticia del sobrerregistro de 4.7 millones de electores del INE es un dato que no debe pasar desapercibido. Desde que salió la noticia de que la lista nominal de electores supera a la población en edad de votar de todo el país, hay una alerta que no podemos dejar pasar, pues esos votantes desconocidos que emitirán su voto el próximo dos de junio podrían ser los migrantes centroamericanos, caribeños y sudamericanos que este gobierno de la 4T asiló en México sin mayor control y seguramente tramitándoles credencial para votar.
Lo más probable es que este contingente migrante ya esté bajo control de la 4T y listo para emitir su voto a favor de MORENA. Con este número de votantes “fantasma” la 4T puede construir su “segundo piso” sin problema.
Estamos a un mes de la elección y convendría vigilar el estatus legal de estos migrantes y verificar si la nacionalidad mexicana se entregó fast track, -o incluso-, aún sin nacionalidad ya tienen credencial para votar.