Alto a la violencia política de género
Los hábitos de dominio y superioridad sobre la mujer, heredados por siglos, deben desaparecer en todo el mundo
Por Ángel Álvaro Peña
La falta de respeto a la autonomía en las decisiones de las mujeres estaba tan arraigada en el mundo político que hasta el momento hay quienes desconocen que están incurriendo en un delito al marginarlas o considerar sus expresiones como parte de la manipulación de un hombre.
La precisión en los discursos debió ceñirse a un respeto generalizado, que siempre debió existir, hacia las mujeres de la vida política de México.
Así en los últimos cuatro años se sancionó a más de 363 personas por incurrir en Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género, según cifras del INE.
En México, por ejemplo, a la triunfadora en las urnas para la gubernatura de Veracruz, se le dijo de todo, se le colocó en el centro de una guerra sucia impunemente y se esté a favor o en contra de su política, merece respeto. De ella se habló mucho, menos que es la primera mujer gobernadora del estado, lo cual es un hecho histórico, que debe alentar la lucha de las mujeres y la admiración de los hombres dentro y fuera del estado.
El antecedente más reciente de un alto cargo en la estructura política veracruzana es durante el gobierno de Miguel Alemán Velasco, quien designó como secretaria de gobierno a la licenciada Nohemí Quirasco Hernández, licenciada en Derecho, egresada de la Universidad Veracruzana, desde esa época hasta ahora no hubo una mujer en los altos vuelos de la política del estado.
La historia puede esperar cuando se trata de reconocer a las mujeres, lo cual implica una agresión. De los 212 municipios de Veracruz, sólo 51 son gobernados por mujeres. Esto debe ser parte de la reflexión no sólo de los veracruzanos sino de todos los mexicanos, principalmente quienes se dedican a la política.
Es por ello que los datos indican que de los sancionados por violencia político de género del 7 de septiembre de 2023 al 4 de julio de ese año 289 han sido hombres y 74 mujeres. Es decir, entre las mujeres hay misoginia. En el país más de una mujer dijo que México no estaba preparado para tener una mujer presidenta.
Así que debemos poner atención en hechos como el caso de que Oaxaca, sea la entidad con el mayor número de personas registradas, con 142 casos; sin embargo, también establece que, del total de sanciones en las diferentes entidades, 78 han sido aplicadas a presidentes o presidentas municipales; 58 a regidores o regidoras y 14 a síndicos o síndicas.
La agresión hacia las mujeres en el mundo de la política no proviene sólo de los hombres.
El INE señaló que adicionalmente a la inscripción en el Registro Nacional de Personas sancionadas, la autoridad puede imponer sanciones económicas, correcciones disciplinarias o medidas de prevención.
La definición de violencia contra las mujeres, ampliamente legitimada, es la que se deriva de la Declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres y se entiende como «todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada». La violencia de género, es una expresión de la discriminación hacia las mujeres, viola sus derechos y tiene como resultado impedir la participación de las mujeres en las mismas condiciones que los hombres, en la vida política, social, económica y cultural.
Las agresiones políticas de género más comunes son: Discriminación y subordinación; acoso sexual; violencia verbal y psicológica, y Violencia física.
Tras cada agresión se descubre no sólo un impulso de poder y dominio sobre la otra persona sino miedo. Así que desde la perspectiva de una política cada vez más sana en México, se exhiben reflexiones que contribuyan a una verdadera igualdad entre todos los seres humanos sin importar la edad, la ideología ni el género; sin embargo, esto no puede absorber todo nuestro pensamiento político sin dejar de reconocer que en el pasado debieron existir muchos reconocimientos, como los antes mencionados que no sólo todavía, a estas alturas, se evitan sino que se ocultan.
La autora Daniela Cerva Cerna, señala: Más mujeres en la política se percibe como una amenaza debido a que la tradicional competencia que se daba sólo entre varones es suprimida dando paso a que las militantes exijan ser incluidas en los cargos dentro del partido, así como en las candidaturas a elecciones populares. Antes de las cuotas, las mujeres tenían una presencia aislada, sin ningún tipo de poder y en algunos casos -cuando llegaba a figurar- era fruto de la concesión que el partido hacía por su relación familiar con la élite o los grupos de poder. Hoy en día, las mujeres comienzan a «estorbar» porque quieren incidir en la política, con programas de trabajo y propuestas independientes”.
Si bien la violencia política contra las mujeres tiene historia no por ello puede tener justificación.