Gana Maduro la reelección
La oposición de derecha asegura que su candidato Edmundo González Urrutia ganó las elecciones a pesar de la diferencia del 7 por ciento
Por Ángel Álvaro Peña
La historia se repite, la derrota de los medios convencionales también sucedió en Venezuela, donde a pesar de los anuncios de una victoria de los opositores, resultó ganador en su reelección Nicolás Maduro.
Con el 51.20 por ciento, contra el 44 por ciento del competidor de la derecha encarnada de manera improvisada por Edmundo González, en auxilio de Marina Corina, quien no pudo competir por no cumplir con los requisitos elementales para concursar.
De nada sirvieron las visitas frustradas de los panistas mexicanos que querían adueñarse de una victoria electoral ajena a cambio de la agonía de la derecha que fenece en América Latina.
La derecha intentó apropiarse de la democracia, como si su pasado fuera una sola razón para creerles. Así voluntariamente un grupo de derechistas de algunos países fueron como observadores sin ser invitados a la jornada electoral de Venezuela.
Para ser observadores deben registrarse y la decisión la toma un grupo integrado por todas las fuerzas políticas, con derecho a decidir. Un ejemplo claro de este proceso es el rechazo del grupo que registra los observadores a la presencia de Alberto Fernández, ex presidente de Argentina, ubicado dentro de la izquierda latinoamericana, a quien le negaron la posibilidad de asistir porque no serían imparciales sus observaciones.
Para ser observadores lectorales debieron realizarse trámites desde meses atrás para que la decisión de aceptarlos fuera totalmente transparente. Hubo más de 1,000 observadores internacionales para calificar las elecciones
Los medios de Venezuela son muy similares a los de México, forman parte de los partidos políticos de las oposiciones y publican consignas en lugar de noticias y destilan manipulación en lugar de información. Para esos medios, visitantes como Cayetana Álvarez de Toledo, quien fuera corrida de la UNAM por dar conferencias con un claro tono golpista o Fox, que todo mundo rechaza, son ilustres golpistas que pueden restarle fuerza a Maduro en la jornada la electoral, tenían la intención de distraer sobre la realidad electoral, menguar la debilidad opositora y sustituir, con su presencia, la falta de proyecto político para Venezuela.
Los intentos de ex presidentes de países latinoamericanos por desestabilizar las elecciones que fue desde el intento de hackeo contra el Consejo Nacional Electoral de Venezuela y sabotajes contra la red eléctrica.
El corte definitivo de datos del Consejo Nacional Electoral, CNE, mostró un total de 21’620,705 electores en el país, incluidos 228.241 extranjeros que no pueden participar en estos comicios por tratarse de elecciones presidenciales; que ejercieron el voto en otros países.
La presencia de personajes que son rechazados en todo el mundo significa meter ruido en unas elecciones que debían ser muy claras, así como sus resultados, pero desde el principio la derecha sabía que iba a perder.
La denigrante derrota electoral de la derecha mexicana ahora busca una tabla de salvación para su sobrevivencia con la ultraderecha, por eso que mantuvo una reunión a puerta cerrada, Marko Cortés con Henrique Capriles, autor intelectual de varias muertes de sus contrincantes, vinculado estrechamente con Oderbrecht, lavador de dinero y vinculado al narcotráfico, entre otros miembros de la derecha pero sin partido porque sus organizaciones han desaparecido y no precisamente por la voluntad del gobierno venezolano sino porque carecen del apoyo popular que necesitan para seguir siendo asociaciones, sociedades o partidos.
También lo intentaron los exmandatarios Moscoso, Miguel Ángel Rodríguez, de Costa Rica, y Jorge Quiroga, de Bolivia, miembros de la derechista Iniciativa Democrática de España y las Américas del Grupo IDEA y otros golpistas. Todos ellos, sin excepción, relacionados con golpes de Estado en América Latina, en los últimos años.
La derecha en América Latina está más sola que nunca y los mexicanos que trataron de colgarse de una victoria que no les costó ningún trabajo, simplemente fueron a ver qué podían hacer contra la voluntad popular.
Desconocedores de la historia mexicana, de la Doctrina Estrada, de la convicción de otorgarle libertad a la voluntad popular, los mexicanos del PAN que trataron de desestabilizar la reelección de Nicolás Maduro, intentaron entrometerse en las elecciones de otro país impunemente, como si fueran internacionalistas y no personas bien identificadas con la derecha, incluso con la ultraderecha.
Un comentarista de la CNN, llamado Daniel Zovatto, convocó a la población a reclamar el conteo de las actas a pesar de que Maduro había anunciado que se presentarían mesa por mesa, es decir cada una de las casillas, a compararlos con los datos que cualquiera pudiera contrastar. Por si fuera poco, proclama que en Venezuela hay dos presidentes electos.
Por los que dudan sobre este triunfo, Maduro anunció que ninguna autoridad electoral es la más supervisada y auditada el mundo; sin embargo, ante la imposibilidad de que el candidato de la oposición Edmundo González Urrutia, pudiera hablar debido a su edad, María Corina Machado, se declaró ganadora de estos comicios y anunció.
Se anunciaba que ante una victoria oficialista la opción argumentaría un fraude electoral, a pesar de que las actas están a disposición de la población.
Hará falta una auditoría adicional al Consejo Nacional Electoral para legitimar ante los ojos de todos, la victoria de Maduro. Porque en la comunidad internacional, el izquierdista Gustavo Boric, presidente de Chile, duda de los resultados electorales.
La radicalización de la derecha en Venezuela anuncia días aciagos para los venezolanos, lo se descarta un golpe de Estado que pueda tratar de desestabilizar el gobierno legítimamente decidido por la población.
La convocatoria de la oposición para salir a las calles, en lo que puede llamarse su marea rosa, que sólo sirve para obstruir el tránsito y la versión de los medios convencionales de que hay dos presidentes electos, se desvanecerán en pocas horas.
La oposición no niega el triunfo a Maduro sólo quiere que lo compruebe una auditoría independiente.