LA SOBERBIA E INTOLERANCIA
Las declaraciones de Sergio Gutiérrez Luna, -representante de MORENA ante el INE-, convertidas en amenaza en contra del consejero del INE Martín Faz, de someterlo a juicio político por haber votado en contra de la sobrerrepresentación legislativa que terminaron recibiendo del INE los partidos MORENA y sus aliados, lo que evidencian es la soberbia e intolerancia que se ejerce desde el poder.
Gutiérrez Luna, sintiéndose parte del grupo que hoy constituye la mafia del poder, toma esa actitud antidemocrática que es parte de una nueva cultura política caracterizada por la confrontación y acoso que se deriva de la intolerancia.
Sin embargo no es el único morenista que utiliza este recurso demagógico de la amenaza. El diputado Ignacio Mier y Velazco, coordinador de la bancada de MORENA pretende que el Poder Judicial está cometiendo fraude a la nación por no aceptar la elección popular de jueces, magistrados y ministros, lo cual pretende desgastar la reputación de este poder independiente y así someterlo al escarnio público.
Los políticos de antes posiblemente hayan tenido muchos defectos, -algunos de ellos muy graves- pero debemos reconocer que cuidaban las formas de la convivencia política y el respeto a sus adversarios.
Someter a juicio político a una autoridad por hacer su trabajo no tiene sustento. Del mismo modo que no se puede someter a juicio a un juez por haber emitido una sentencia que va en contra de los intereses, ideas u opiniones de un funcionario de alto nivel, -o incluso del presidente de la república-, a no ser que se le pueda demostrar corrupción como origen de su decisión, de modo fehaciente y contundente.
Hoy la cultura de la amenaza, el chantaje y la extorsión es cotidiana y eso nos debe alertar de que esta forma de actuar es propia de los regímenes autoritarios.
No es primera vez que un funcionario de alto nivel de algún organismo autónomo, -o del Poder Judicial-, es amenazado de juicio político. La intolerancia es la actitud más antidemocrática que puede existir.
También cabe decir que sucede porque quien la practica se siente respaldado por el apoyo popular, que le festeja sus arbitrariedades como si estuviera en el coliseo romano, donde el pueblo aplaudía los excesos crueles del césar, quien decidía entre otorgar la vida o la muerte a un plebeyo simplemente como un modo de entretener a las masas.
Esta actitud popular de apoyo a los excesos del poder, -aunque deriven en injusticias-, fue descrita por Dietrich Bonhoeffer, quien habiendo sido víctima de la dictadura nazi, -que lo sentenció a muerte y por ello fue ahorcado-, cuestionó el apoyo popular que tuvo el führer y desarrollo un planteamiento que se conoce como “teoría de la estupidez”, incluida en su obra “Cartas desde la prisión”.
Dice que la estupidez puede convertirse en un fenómeno colectivo, contagioso, que es independiente de la capacidad intelectual, inteligencia, así como del nivel educativo y cultural. A él le impresionaba que un pueblo educado y maduro como el alemán hubiese caído en un estado colectivo de apoyo a un régimen totalitario como lo era el del gobierno nazi.
Es inaudito que este tipo de funcionarios intolerantes continuamente estén acosando a quienes no piensan igual que ellos, -o se contraponen a su proyecto-, y lo exhiben como una traidor a México, cuando la democracia consiste en eso, en la libre expresión de ideas y proyectos diferentes para encontrar el planteamiento político más conveniente para el país.
Por ello debemos cuestionar… ¿Quién le dio a la 4T el monopolio de la verdad?
No se deben tolerar estos desplantes autoritarios y llenos de soberbia. Nadie tiene la autoridad moral para volver a amenazar a un servidor público en funciones de someterlo a juicio político por ejecutar el trabajo para el que fue designado. Desde la sociedad debemos proteger la libertad.
¿A usted qué le parece?