Van 30 muertes por la guerra de baja intensidad tras la captura de El Mayo Zambada
Más de 30 homicidios se registran en Sinaloa desde que Ismael El Mayo Zambada fue detenido por el FBI. La mayoría de estos son ejecuciones con similitudes en el modus operandi: hombres muertos con signos de tortura e impactos de bala que aparecen en lugares poco poblados, principalmente en la periferia de Culiacán.
El gobernador Rubén Rocha Moya y el presidente López Obrador aseguran que no existe conflicto en Sinaloa tras el presunto secuestro de Ismael El Mayo Zambada orquestado por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, pero una guerra de baja intensidad empezó a un mes de que el avión turbo hélice aterrizó en un pequeño aeropuerto de Doña Ana, Nuevo México.
“Hubo dos, y el sábado hubo seis, y el viernes cuatro. Estos seis y estos cuatro sí tienen que ver con relaciones de las organizaciones del crimen organizado”, señaló el mandatario.
El sábado 17 de agosto, Martín Corrales García, alias El Tano, fue encontrado asesinado y con signos de tortura en el poblado de Conitaca, ubicado en el municipio de Elota, con las manos atadas y los ojos encintados, junto a otros dos hombres. Esta persona había sido boletinada por el Gobierno de Estados Unidos; se le señalaba por traficar armas, así como por la producción de fentanilo y metanfetamina, por lo que la DEA ofrecía cuatro millones de dólares.
Este arranque de agosto es uno de los periodos más tranquilos de este año
Miguel Calderón Coordinador Del CESP
Otro asesinato relacionado con el crimen organizado fue la ejecución de Juan Carlos G, conocido como El Vampi. Fue asesinado el 14 de agosto en el poblado La Campana, en Villa Adolfo López Mateos. Había asistido a un funeral en Badiraguato y al llegar a la capital sinaloense fue interceptado por sujetos armados que lo persiguieron y lo asesinaron junto con su acompañante.
El Vampi estaba vinculado con la facción de El Mayo, tras su muerte comenzó a circular una foto de él junto a Vicente Zambada, Ismael Zambada Imperial, Eliseo Imperial Castro, El Cheyo Ántrax, sobrino de El Mayo, Francisco Arce Rubio, Pancho Arce; por la relación con estos dos últimos personajes, los cuales fueron ya asesinados por civiles armados, se asume que El Vampi era miembro de la fracción de Los Ántrax.
Aunque en estas primeras cuatro semanas las calles de Sinaloa no han sido escenario de enfrentamientos entre civiles armados, sí existen choques al interior del Cártel de Sinaloa.
En 2008 cuando Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, desató una disputa contra El Chapo y El Mayo, el conflicto se gestó en tres meses, desde el 21 de enero en que fue detenido su hermano Alfredo, hasta el crimen de Atanasio Torres Acosta, Tachío, lo que inició el conflicto.
En 2016, la guerra de Dámaso López Núñez contra Los Chapitos fue por quedarse por el control de la organización que dejó El Chapo y fue escalando poco a poco, ya que se gestó desde marzo de ese año, con escaramuzas en Villa Juárez y las afueras de Culiacán, hasta que en enero de 2017, explotó la violencia.
Los homicidios registrados han sido principalmente ejecuciones; el único enfrentamiento ocurrió en Loma de Reda, Quilá, donde fueron abatidos cinco civiles armados y un hombre que pasaba por el sitio. Las bajas fueron del lado de los Zambada.
Destaca la fuerte presencia militar, sobre todo en las sindicaturas de Culiacán. Días después del arresto, 400 elementos de Fuerzas Especiales llegaron al territorio, y casi un mes después 600 soldados más se incorporaron al operativo de seguridad.
Durante estos últimos días se han llevado a cabo diversos operativos; uno de los más destacados fue el aseguramiento de un inmueble en la colonia Huizaches, donde fueron detenidas cuatro personas, se aseguraron armas largas y varios vehículos blindados.
Durante los primeros días después de la captura, Miguel Calderón Quevedo, coordinador general del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), consideró que en el estado prevalecía una extraña paz.“Los registros nos dicen que este primer arranque de agosto ha sido uno de los periodos más tranquilos de este año”, dijo.
Recordando la última vez que hubo roces entre las fracciones de los grupos generadores de violencia en Sinaloa, Quevedo destacó que los primeros seis meses del año fueron tranquilos, pero la paz se vio perturbada después de la captura de Ismael; nuevamente hubo tranquilidad al inicio de agosto, pero los asesinatos relacionados con el crimen organizado perturbaron la calma.