Miles de personas protestan en Tel Aviv, Israel, por un alto al fuego en Gaza
Unos 300 mil manifestantes salieron a las calles de Tel Aviv para clamar contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, blanco de las numerosas protestas que este domingo han atravesado el país por la muerte de seis rehenes en Gaza unas horas antes de que el Ejército recuperara sus cadáveres.
«Si mi Gobierno no hace todo lo que esté en su mano para traer a los rehenes de vuelta, aunque eso signifique pagar un precio muy elevado, no creo que este país pueda seguir existiendo», dice Tal Horowitz, de 45 años, lamentando sentirse desprotegida como israelí tras casi once meses de guerra en Gaza en los que aún 97 cautivos siguen en manos de la organización islamista Hamás.
Según el diario israelí Haaretz, la cifra de asistencia en Tel Aviv ronda las 300 mil personas. A las afueras de la ciudad, los manifestantes bloquearon las autopistas, llegando a crear barricadas de neumáticos en llamas para ello.
También en la portuaria Haifa, al norte del país, miles de personas bloquearon enarbolando la bandera nacional los accesos a la ciudad.
Las protestas continuarán a lo largo de la semana, ya que la organización de sindicatos más grande de Israel, Histadrut, anunció una huelga general a partir de mañana lunes, que incluirá al aeropuerto internacional de Tel Aviv.
Los jóvenes se suman a las protestas
«Vengo aquí casi cada semana y puedo decir que esto es al menos diez veces mayor que las protestas que hacemos cada sábado», relata Roni Ben Aharon, quien dice junto a Horowitz llevar manifestándose al menos una vez a la semana desde el pasado 4 de enero.
Ambos coinciden en que no solo el volumen de la protesta, sino también su composición ha cambiado este domingo por lo sucedido esta mañana: los dos ven a muchos jóvenes entre la multitud, algo no tan habitual en las manifestaciones que Tel Aviv acoge los sábados, donde los asistentes son mayormente adultos y familiares de rehenes.
Elisa, una anciana de ascendencia argentina, tiene la misma impresión tras llevar acudiendo a las protestas semanalmente desde hace casi un año: «Esto es un terremoto, nunca vi tanta gente en la calle», explica emocionada.