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EN ESPERA DE PROBIDAD EN EL MANDATO

Si bien es cierto que la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo es la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, no menos cierto lo es, que aún no se decide su destino y sobre todo el destino de nuestro México; ella debe saber a la perfección que no queda otra alternativa que cumplir con la ley, acatar el derecho y ser sumisa únicamente al postulado de nuestra Carta Suprema. A nadie más.

Si lo expuesto no resulta ser de su discernimiento por ser prematura su actuación como Primera Magistrada de la Federación, debe saber que tiene en su haber la posibilidad de transformar a México en un país libre de corrupción, de inseguridad, de división, de narco-política. Por eso todas las acciones las debe de dirigir para obtener un futuro promisorio para nuestra República, en el que, con el esfuerzo de todos los mexicanos unidos, nos demos a la lucha de transformar políticamente a nuestra Nación, a fin de sacarla del socavón insertado por pésimos gobernantes del pasado. 

Mientras tanto, la abogacía independiente de la República no olvidará que México requiere una reconciliación, olvidando todas aquellas ocurrencias que conllevaron por parte de malas gobernanzas a faltarle el respeto a la ley.

México necesita acciones muy concretas que nos liberen del fenómeno de la narco-política, sin retoricas ni demagogias, faenas realizables y, por sobre todo, que tengan como postulado fundamental el procurar despertar a la justicia, manteniendo viva la conveniencia de obtener libertad, seguridad y lucha contra la corrupción propiciada por ese fenómeno execrable.

El deseo de la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, de ninguna manera margina a la Primera Magistrada de la Nación del proyecto político de servir a México. Su presencia o su anuencia, en relación a todo lo que surgiera, va a ser determinante para los destinos de esta gran tierra de fraternidad. Como académicos pensamos que su llegada será muy útil para una labor de reorganización y reconciliación política que tanto se requiere para que sean escuchadas todas las voces, incluyendo la de los mexicanos de oposición a las malas gobernanzas.

Como académicos también percibimos que el momento es de acción y no discusión: sabemos también que para la acción vale más una Presidenta Constitucional capaz de levantar una bandera sin demagogias ni promesas por incumplir: la inexperiencia política que nos asiste como puristas del Derecho no nos impide ver con claridad las circunstancias que han quedado expuestas.

Si quiere en su carácter de Jefa Suprema de las Fuerzas Armadas adquirir prestigio como tal, debe demostrarlo accionando, marchando, respetando a la justicia y al Poder Judicial Federal.

 

Es cuánto.

Lic. Alberto Woolrich Ortíz.

 

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