COLUMNISTAS

México apuesta por los uniformados

  • El Ejército y la Marina realizan tareas que anteriormente se otorgaban a la iniciativa privada menos costosas y en menor tiempo

Por Ángel Álvaro Peña

La transformación, como todo cambio, tiene sus detractores, sobre todo en partes de la población que aprovecharon el estancamiento y lo confundieron con estabilidad, a pesar de las diferencias marcadas entre la sociedad que ahora quieren denominar polarización.

Lo cambios dejan ganadores solamente, los perdedores no existen cuando se transforma pensando en todos y se guardan los equilibrios, la estabilidad no puede existir con abismales diferencias económica dentro de la población de un país como sucedía antes sin embargo, los que vieron aparecer la igualdad entre mexicanos fueron los primeros en estar en desacuerdo con todo, lo que se hacía en favor de reducir las emergencias entre la población, que es la responsabilidad original de todo Estado que se respete.

Los excesos fueron muchos en el pasado, y quedaron impunes, sobre todo en el rubro de la obra pública que se tardaba muchos años, con materiales si calidad, que implicaban un mantenimiento no permanente, trabajo que otorgaba el gobierno a la misma constructora que había realizado la obra y el negocio de las concesiones se convertía en un círculo vicioso que nunca terminaba.

Fue por eso que la 4T otorgó a las fuerzas armadas la responsabilidad de encargarse de la construcción de la infraestructura del país, dándole toda la confianza a su eficiencia, talento y honradez. Lo cual se cumplió cabalmente, pero no solo eso fue exhibida la manera en que gobiernos anteriores gastaban el dinero de pueblo indiscriminadamente con sobreprecios y aplicación del presupuesto y fecha de terminación de las obras.

La inconformidad surgió desde el momento en que las grandes obras del sexenio de López Obrador se anunciaron el AIFA, el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Tulum, el tren Interoceánico entre otras obras encomendadas a las Fuerzas Armadas mostró la corrupción de regímenes anteriores de manera clara.

Sin embargo, los miembros de nuestras fuerzas armadas no solo cumplieron con la encomienda del Comandante Supremo sino que al mostrar el talento que por generación fue oculto por los mandos civiles que relegaban a los militares a funciones muy limitadas, surgió el gran talento que siempre ha existido en la milicia mexicana.

Las obras sirvieron para descubrir verdaderos artistas y genios que se ocultaban tras el uniforme y un ejemplo de ello es el Ingeniero General Ricardo Gustavo Vallejo, constructor del Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, de tres tramos del Tren Maya y del Aeropuerto de Tulum, fue quien fuera ascendido a Divisionario, junto con un grupo de militares que participaron en la obra.

El general Gustavo Vallejo, que a los 18 años entró como cadete a la Escuela Militar de Ingenieros, se comprometió ante el presidente López Obrador el 17 de octubre de 2019 a inaugurar el AIFA el 21 de marzo de 2022.

Ahora ha recibido el reconocimiento Prix de Versalles como uno de los aeropuertos más bellos del mundo. El AIFA compitió con otros de gran belleza y funcionalidad, como los de Singapur, Bangkok, Boston, Abu Dhabi, entre otros, claro con una identidad nacional y un acento de modernidad con tecnología de punta y la utilización de inteligencia artificial.

El general de división, diplomado del Estado Mayor, Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, ingeniero y comandante del Agrupamiento de Ingenieros de la Secretaría de la Defensa Nacional, manifestó que el reconocimiento Prix Versailles Airports 2024 al AIFA es una muestra de que en México se pueden crear “grandes obras de infraestructura”.

Es un logro del país. Es un reconocimiento de México ante el mundo; de que los mexicanos sí podemos construir grandes obras de infraestructura de gran valor, a bajo costo, y en tiempo récord”, aseguró Vallejo Suárez.

Sobre el reconocimiento explicó que la propia asociación que entrega los galardones hace una investigación, por lo que no es necesario inscribirse. Es decir, nadie buscó el reconocimiento sino que es producto de la calidad del aeropuerto.

En México hay un talento que por muchos años se impidió conocer para tener pretexto para depender de la tecnología extranjera y dar la impresión de que en otros países se hacían mejores cosas. El malinchismo y los intereses de unos pocos no quisieron que México fuera una potencia. Ahora algunos países que nos eran indispensables por su comercio y relación amistosa ahora carecen de importancia.

El AIFA se realizó a muy bajo costo y entiempo récord. Cada mes rompe su propio récord y su elegancia y comodidad lo convierte en uno de los mejores puertos aéreos del mundo.

Este premio deja sin argumentos a los detractores de este aeropuerto. El descontento surgió manejado por los medios en defensa del poco práctico aeropuerto de Texcoco, donde estaban implicados intereses de políticos y empresarios que basaban sus ganancias en el mantenimiento permanente, ya que desde ahora el lugar donde se iba a construir ahora está totalmente inundado. Es decir, el negocio radicaba en sacar el agua de ese lugar ya que se quería erigir en medio de un lago. La ganancia estaba en el mantenimiento constante y cada día más costoso. Esto sin tomar en cuenta los accidentes, probablemente fatales, que hubieran ocurrido en nombre de las ganancias de unos cuantos.

La participación de las fuerzas armadas en tareas fundamentales no implica la militarización que algunos pregonan, porque la militarización es el control total y absoluto del Ejército sobre la sociedad. Y nuestro Ejército y Marina no son solo integrantes del pueblo con uniforme, como es el caso del general Vallejo Suárez, sino un grupo de hombres y mujeres que probada lealtad y honestidad.

Cuando los mexicanos son libres de crear siempre levantarán sorpresas del resto del país y del mundo. Más aún entre los integrantes de las fuerzas armadas cuyo potencial no tiene límites y su lealtad está a toda prueba.

Comparte en redes sociales