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¿UNA NUEVA ERA?

La duda que flota en muchos sectores de la sociedad mexicana que hemos reprobado la visión populista de la gestión del presidente López Obrador es … ¿Qué tanto podremos esperar el surgimiento de una visión de gobierno orientada hacia la eficiencia en la administración pública encabezada por la presidenta Sheinbaum?

Durante la campaña presidencial, -y el periodo de transición de la presidenta electa-, vimos a un presidente López Obrador que parecía dejar su lista de pendientes a su sucesora, -algo nunca visto en el país-, pues siempre hubo respeto del presidente saliente hacia su sucesor.

En este caso vimos la actitud tomada por quien se siente dueño del país y pretendía dejar un encargado del despacho. Por otra parte, vimos que quien recibía el poder lo tomaba respetando la encomienda con disciplina y diligencia.

Sin embargo, a tan solo unos días del nuevo  gobierno Sheinbaum, se perfila un nuevo estilo de gobernar, muy diferente y con una visión propia, pero cautelosa en las formas para evitar una ruptura abrupta y peligrosa.

Seguramente ella entiende ya que le dejaron graves problemas que ella tendrá que resolver y por ello ya sacó una emisión de bonos de deuda por 18 mil millones de dólares a los mercados internacionales, para solventar gastos inmediatos, lo que significa que el presidente López Obrador dilapidó todos los ahorros que le dejaron sus antecesores.

Seguramente podremos esperar una visión económica disciplinada, con la ayuda cercana de su esposo, -Jesús María Tarriba-, matemático y economista especializado en protección de riesgos financieros, quien tiene un alto cargo en el Banco de México.

Es evidente que las circunstancias propias de cada quien marcarán a mediano plazo las diferencias entre ambos presidentes.

Mientras uno, -López Obrador-, tomó un país financieramente sólido y tuvo el capital para malgastar a capricho y sin disciplina financiera, -sólo para ganarse la admiración de las clases vulnerables-, ella tendrá que administrar con mano dura aprovechando la gran credibilidad y solvencia moral que aún tiene México, heredada de los gobiernos neoliberales, que fueron dirigidos por una tecnocracia muy eficiente.

Además, es evidente que ella no tiene el carisma popular que posee López Obrador, lo cual le permitió a éste, tomar decisiones irresponsables y aún así mantener la lealtad de sus seguidores.

En contraste, ella tendrá que justificar su gestión a partir de generar buenos resultados.

En unos cuantos días hemos visto indicadores simples, pero significativos respecto a decisiones propias, como lo fue el saludo amable a la ministra presidenta de la SCJN Norma Piña el día de su investidura como presidenta de la república, mientras el presidente López Obrador groseramente la ignoraba cada vez que se encontraban.

Otro aspecto, estratégicamente importante parea el país, ha sido la policía energética, que para López Obrador siempre tuvo condicionantes ideológicos que le impulsaban a defender la primacía de la producción de combustibles fósiles, ignorando la tendencia mundial hacia las energías renovables, lo cual significaba seguir apoyando a un PEMEX  de modo incondicional, la presidenta Sheinbaum ha declarado su compromiso con las energías limpias, para lo cual trabajará para cumplir con los compromisos internacionales que el presidente López Obrador ignoró.

Ya se comprometió para que en 2030, -o sea al terminar su gestión-, tengamos una participación del 45% de la producción energética, – respecto del total de la generación eléctrica de nuestro país-, además de rebajar el límite de producción de petróleo de México a sólo 1.8  millones de barriles al día, cuando anteriormente había un objetivo de 3 millones.

Las condiciones que enfrentará la presidenta Sheinbaum serán adversas, pues la administración del presidente López Obrador dilapidó recursos para comprar lealtades populares. Sin embargo, ella parece tener la disciplina, el carácter y los conocimientos para sacar adelante los compromisos con el país y para ello tendrá que deslindarse del presidente López Obrador y mostrar a todos los seguidores de la 4T que ella tiene el poder legítimo para guiar democráticamente el destino de nuestro país.

¿A usted qué le parece?

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