COLUMNISTAS

Mentira, patrimonio de la derecha

ALMA GRANDE

Por Ángel Álvaro Peña

Ante la imposibilidad de que la oposición pudiera tener presencia en la política de México, ahora se dedica a dividir con ayuda de algunos medios y comentadores dedicados a convertirse en una trinchera partidista en lugar de comprometerse con la sociedad mexicana a decir la verdad.

Una prueba de ello es la insistencia de crear una supuesta dependencia entre la actual Presidenta y su antecesor, quienes lucharon juntos por una transformación, como remite la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la transición de un proyecto común no permite las diferencias que los cambios de gobierno afectaban a los sexenios del pasado. Hubo una continuidad que no permite ni ruptura ni plagio, pero esto es difícil entender para quienes viven en el pasado y suspirando por que regresen los días de gloria de la corrupción y la complicidad entre el poder político y los empresarios, cueste lo que cueste.

Por otro lado, la misoginia, el machismo y lo vicios del pasado les Impide percibir la realidad en su verdadera dimensión.

Anteriormente, cada presidente trataba de imponer su estilo propio, cada día más alejados del pueblo e inventaban cosas absurdas para marcar la diferencia, un ejemplo claro en la Torre de luz de Calderón, que no beneficia a nadie, más que a sus constructores y sus socios políticos, obras como esas eran la única manera de hacerse diferentes al resto de sus correligionarios. Lo cual, visto desde la perspectiva que ofrece el tiempo, sólo producen lástima.

Los comentaristas, locutores y chicas a cuadro en los noticieros se radicalizan para recuperar credibilidad aunque para lograrlo es necesario poner la reputación en riesgo. Porque a más de un comentócrata se radicaliza cada vez más ante la fragilidad de una oposición que se diluye cada día más, de ahí que haya que recurrir a un empleado de la CIA, como Andrés Oppenheimer para que le alquile espacios televisivos a emisarios del pasado como Fox y puedan hablar desde el extranjero contra disposiciones del gobierno con el que no están de acuerdo, pero carecen de representantes parlamentarios.

Fox recurre a este medio del extranjero ante el desgaste de los nacionales, que, al igual que la oposición y sus partidos, carecen de credibilidad, pero tratan de ocultarlo calificando de mentira las acciones y disposiciones de gobierno, cuya realidad está a la vista de todos.

Así, solo reconocen su propia decadencia, ni partido político de oposición, ni ciudadano inconforme sin partido, ni lectores de teleprompter habilitados como analistas políticos tienen credibilidad, de otra manera la Presidenta no tendría el 83 por ciento de popularidad dentro de México, sin contar la admiración de gobernantes y sociedades bien informadas, del extranjero.

Lo que no dice Fox es qué le hubiera pasado a México si hubiera ganado las elecciones Xóchitl Gálvez, prácticamente una persona muy común y muy corriente sin preparación, ni inteligencia. Ya seríamos un estado más de la Unión Americana, padeciendo hambruna, y entonces sí, comiendo de la basura.

Pero no tiene la culpa el indio sino quien la hace candidata. Cada medio de información convencional es un frente de guerra contra la Presidenta de quien muchos nos sentimos orgullosos de que nos represente, al igual que la gran mayoría de los mexicanos y otros que todavía viven engañados por los medios convencionales y que al despertar del letargo de la manipulación se unirán.

PEGA Y CORRE.- Poco se difunde que la Presidenta de México, rechazó el bloqueo a Cuba y a Venezuela, en su intervención en la IX Conferencia de la Celac…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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