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Unidad, la condición del triunfo

 

Por Ángel Álvaro Peña

Son tiempos de unidad, no es hora de pelear. El Consejo Nacional de Morena llegó a un acuerdo que parecía tardaría más tiempo si tomamos en cuenta la complejidad del asunto y complicación adicional a que los medios quisieron imponerle a esta reunión.

Hay suficientes rencores como para que la armonía quede en promesa y la convivencia apenas cumpla con los mínimos requisitos que se establecieron en este encuentro. El problema radica en que se violentaron tanto las posturas entre los concursantes a la candidatura, dentro de un mismo partido, que la convocatoria de unidad en la reunión de Consejo, impuso acuerdos que deben cumplirse estrictamente, aunque algunos de ellos parecerían tener dedicatoria sin tener esa intención; sin embargo, no faltará quien quiera interpretarlos de esa manera.

En uno de sus puntos se señala que, para difundir sus proyectos, deberán evitar los medios de comunicación “reaccionarios, conservadores, adversarios de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen”, cuando en las semanas pasadas uno de los precandidatos fue entrevistado por esos medios en varias ocasiones. Y ya algunos de los precandidatos se movieron en más de uno de esos medios.

Los excesos mueven puntos de acuerdo, no deben ser considerados como agresiones personales o alusiones a alguna de las seis figuras que compiten por la candidatura a la Presidencia de la República en una contienda donde el contrincante es lo de menos, aunque haya candidato de oposición, éste se encuentra condenado a la derrota. Su carrera electoral debió empezar desde hace mucho tiempo y todavía no parece haber nacido un cuadro válido de la oposición que pudiera enfrentarse, con competitividad, a Morena.

Se ha considerado la posibilidad de que alguno de esos seis pudiera salir de Morena al no verse favorecido primero en los acuerdos que quedaron muy claros en la reunión del domingo once; ahora falta ver cómo se comportarán ante sus resultados.

Habrá que advertir que las encuestas que hasta ahora existen sobre el tema, fueron realizadas a la población abierta, no sólo a los militantes del partido y no se aclaró puntualmente si sólo los militantes podrán participar. De ser así debe haber un padrón actualizado que no existe en este momento, aunque nadie duda que supera, con mucho, los tres millones.

Es decir, si se vota sólo para que elijan los militantes de Morena a su candidato, habrá quienes se queden afuera por falta de actualización del padrón o quienes digan que están dentro y puedan acreditar su militancia sin estar en el padrón.

Debe aclarase que en este momento ningún partido puede mostrar con precisión el número de militantes. En algunos de ellos la salida masiva de militantes sucede prácticamente todos los días y resulta imposible actualizar estas cifras, sobre todo porque el INE no lo ha solicitado y deberá hacerlo cuanto antes con carácter de urgencia.

Al haberse realizado las encuestas a la sociedad abierta, seguramente habrá cambios en los resultados de las que se apliquen sólo a la militancia, sobre todo en los casos de quienes utilizaron las redes sociales como medio para medir simpatías, pero la mayoría de la militancia morenista no se informa por redes sociales y menos aún para dar a conocer sus preferencias. Habrá sorpresas.

 

 

Los interesados en competir por la Presidencia de la República deberán dejar su cargo a más tardar el 16 de junio. Algunos, quienes fueron electos en las urnas, como es el caso de Claudia Shienbaum, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña, pedirán licencia, de tal manera que si no son elegidos pueden regresar a su cargo sin ningún problema. Para Adán Augusto y Marcelo Ebrard la situación es diferente porque ellos deben renunciar sin posibilidad de regresar a su responsabilidad si no son elegidos. En el caso del senador chiapaneco Manuel Velasco, del Partido Verde ya solicitó licencia.

Para muchos mexicanos la competencia entre seis personas si bien intenta legitimar la democracia interna de Morena, también crea un clima de competencia encarnizada, donde el arma principal es el protagonismo. Difícil entender que esta carrera hacia la Presidencia de la República tiene como móvil únicamente el atender al pueblo y servirle. No es así.

De tal suerte que habrá que poner atención en algunos de los seis que pareciera concursar sin posibilidades de ganar la candidatura; sin embargo, pueden dar un salto a otro partido, y la mitad de ellos puede hacerlo.

En el caso de Manuel Velasco, puede decirse que tiene posibilidades de encabezar algún partido de oposición, incluso la alianza opositora. Es un político inteligente que no se coloca en la línea de fuego gratuitamente.

Podría ser un excelente candidato de unidad en la oposición, y dejar atrás los enconos entre panistas y priístas que quieren el cargo a como dé lugar.

Las casas encuestadoras serán escogidas por cuatro de los mejor posicionados, de tal suerte que habrá encuestas espejo que comprueben la efectividad de sus trabajos y la precisión de sus metodologías. No podrán ser elegidas firmas encuestadoras con malos antecedentes en elecciones anteriores. En total serán realizados cinco levantamientos de opinión.

La oposición tiene números tan bajos que siguen disminuyendo no sólo en la militancia sino en las simpatías de la población, más acendradas con los resultados de las elecciones en el Estado de México. Por ello, la pelea por la candidatura de Morena es la carrera por la Presidencia de la República, pero del plato a la boca se cae la sopa.

Aunque debe decirse que ningún otro partido actual puede darse el lujo de crear una selección de su candidato de manera tan abierta y, posiblemente, democrática.

La unidad es la base de la victoria, la mejor arma para continuar en el poder. Quien quiera salir de esta circunstancia podría ser considerado como alguien que quiere dividir el voto, como sucedió en Coahuila, con las graves consecuencias para Morena que todos conocemos.

El triunfo no se lo dará a Morena el candidato sino la unidad.

 

PEGA Y CORRE

Los delitos electorales vuelven a repetirse, porque al ver los denunciantes que los fraudes no revierten los resultados no persisten en la demanda penal, a pesar de ser delitos graves.

 

Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes

 


 

 

 

 

 

 

 

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