Cárcel a 223 diputados, contumaces traidores a la patria
Por José Lima Cobos
Por más que escondan el cobre, la realidad está a la vista, así que, lo mejor, o pudiera considerarse menos peor, es pedir perdón y aceptar que actuaron de manera sumisa y servil contra los mexicanos y se definieron los 223 diputados federales, a favor de los intereses extranjeros, al votar en contra de la empresa productiva del estado mexicano, como es la Comisión Federal de Electricidad, que constituye esencia de la nación, en detrimento de la economía nacional, ganándose, con creces, el signo y el estigma de “traidores a la patria”.
La amenaza contra la patria y la nación se anunció con toda antelación. Si con desgarrarse las vestiduras, para aparecer como víctima de ese señalamiento creen que van a limpiar su desvergüenza, verdad de Dios, que no les queda y aunque, dentro de su hipocresía se arrodillen ante la virgen de Guadalupe y se comprometan que ya no actuarán en contra de los bienes de la nación, es mejor su confesión lisa y llana, es decir, con la “autenticidad” que les caracteriza, que se manifiesten, corruptos y corruptores de su patria, para que se sepa de que catadura están hechos y que no niegan la cruz de su parroquia.
El Código Penal en su Artículo 123 es preciso y determinante en los delitos que se cometan en contra de la seguridad de la nación: I) realicen actos contra la independencia, soberanía e integridad de la nación mexicana con la finalidad de someterla a persona, grupo o gobierno extranjero; XII.-Trate de enajenar o gravar el territorio nacional o contribuya a su desmembración; XIII.- Realice cualquier beneficio , o acepte promesa de recibirlo, con el fin de realizar alguno de los actos señalados en este artículo; XIV.- Acepte del invasor un empleo, cargo o comisión y dicte, acuerde o vote providencias encaminadas a afirmar el gobierno intruso y debilitar al nacional, -Calderón y su secretaria de Energía-, por ejemplo.
Si existe precisión en el Código Penal, mal haría el presidente de la República, responsable del poder ejecutivo federal y de la integridad de la nación, no denunciar a quienes, amparados en que no pueden ser reconvenidos por sus expresiones y al garantizarse el derecho a la manifestación de las ideas, deba desdeñar cuando se afecte de manera significativa al país, habida cuenta que tiene sustento en principios que están al margen de pretensión de perversidad al existir reglar definitorias de los delitos que dañan y obstaculizan el bienestar social y más, como en el caso, se trata de áreas que no se pueden desdeñar por quien ejerce la máxima responsable, como lo constituye el presidente de la república, a riesgo de ser señalado de cómplice, complaciente o tolerante, luego entonces, le queda el camino de hacer que se cumpla la constitución general de la República y sus leyes.
Ese organismo político de oposición y su nuevo aliado -que ha traicionado los principios que Lázaro Cárdenas y López Mateos enarbolaron para rescatar para la nación la industria petrolera y eléctrica-, mal quedaría el presidente si con el bono de apoyo popular, si se guardara el silencio cómplice con el argumento que se polariza a la sociedad; hay que tomar conciencia que existe el peligro latente y está a la vista, que los enemigos de la patria, heridos como lo están ante el desbastador triunfo de López Obrador, -más de 31 millones de votos- están al asecho para retornar al pasado ominoso del quebrantamiento social ,que nadie quiere ver, sin embargo, la oposición ahora reluctante, no ceja en detonar lo que sea, con tal de no perder privilegios, aliado con intereses más nefastos de grupos extranjeros y los mas oscuros intereses mexicanos, para actuar como esquiroles contra México.
Volver al pasado que fue de sangre, lágrimas y dolor sería abominable, pues ya se vio que las invasiones que México ha sufrido y afrontado es porque malos mexicanos– entre ellos los panistas príistas y perredistas- han salido a buscar al extranjero a los atracadores y saqueadores de la nación que, de ninguna manera deben volver, a riesgo de sumir , de nueva cuenta, en la ignominia más espantosa de la que aún no salimos, por lo arraigado que la dejaron tantos años de criminalidad.
Es aceptable y tolerable que se hayan quitado la máscara los panistas, príistas y perredistas, y que se salgan de su emboscamiento, pero que vayan en busca de empresarios extranjeros y que le prodigan todo género de apoyos, – como ya se vio con la secretaria de energía de Calderón y este mismo, han prestado servicios a Iberdrola- que ahora maneja la industria eléctrica nacional, como monopolio inexpugnable, con el subsidio que el gobierno le entrega- para medrar a los mexicanos y empobrecer a la nación, o bien el caso de Calica en Quintana Roo que autorizó a una empresa extranjera, de manera criminal, una tal Carabia , que se encontraba en la secretaria del medio ambiente,- por cierto esposa de quien fue el primer presidente del hoy vapuleado INE- para explotar y exportar piedra calisa del mar y atracar al medio ambiente, destrozo que no tiene nombre, a ciencia y paciencia de los gobiernos corruptos y corruptores que ha soportado el país y que, hecha excepción de Fox, todos- Salinas, Zedillo, Calderón y Peña Nieto-, están cubiertos por los organismos electorales que tanto elogian, por el hecho de haber contribuido en los fraudes electorales.
Con un país así, no vamos a ninguna parte y menos si toleramos o somos cómplices de las atrocidades, de ahí que es necesario actuar de manera enérgica si no queremos, que a la larga o a la corta, suframos las consecuencias por la tolerancia , indolencia o el silencio cómplice de las corruptelas y, hay que ser claro :Ahora o nunca señor presidente López Obrador, o el país se salva, o se hunde, sin se tolera a los culpables y responsables .
El profesor Carranca y Trujillo establece la diferencia entre Estado, Patria y Nación, lo que nos llevaría a la inevitable conclusión- purista si se quiere- de unos son los delitos contra el Estado, otros contra la nación y otros contra la patria, por ejemplo el fraude al fisco, es un delito contra el Estado; la traición lo es contra la patria y el espionaje, por ejemplo contra la nación , lo que visualiza los elementos constitutivo del tipo: a) que el activo haya cometido un acto u omisión, es decir, una conducta; b) que concretamente ellos generen una situación de peligro para la independencia, soberanía o integridad territorial de la nación mexicana; e) que tal peligro obedezca, como efecto, a la conducta del activo; y d) que el activo, al producir su conducta, haya querido crear tal situación.
Todos estos elementos se dan para el enjuiciamiento y castigo de los 223 diputados que, sabedores del daño que con su conducta producían, – su negativa a aprobar reformas constitucionales de largo alcance para proteger la economía nacional y con ella a todos los mexicanos- , en base a un chantaje político-, conlleva a que se inicie el juicio de procedencia en observancia al capítulo establecido en los artículos 108, 109, 110, 111, 112, 113 y 114 constitucionales, suficiente material jurídico para que nunca más, la nación y la patria, vuelvan a ser rehén de ambiciones criminales. Moches o cochupos- pero se requiere, con urgencia, voluntad política para que las consecuencias se hagan efectivas en la practica, de manera que el precedente quede en los anales de la historia . O la patria es primero, o la miseria llevara al país a su hecatombe.
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