Mediocracia contra la Cuarta Transformación
Por Herlindo Robles
Aunque la manipulación de los medios hacia las clases populares deviene de años posrevolucionarios, en la historia reciente tenemos un caso que se actualiza día a día, con toda crudeza y sin recato en contra la persona y proyecto político del presidente Andrés Manuel López Obrador, muy en especial desde el periodo del 2006.
Los consultores Dick Morris, crearon una historia en la que vinculaban a López Obrador con Hugo Chávez de quien decían financiaba al de Tabasco dándose rienda suelta los medios de comunicación y con la operación de un fraude electoral, surgió el triunfo de quién se dijo y prometió ser el presidente del empleo.
Para alcanzar el logro de la oligarquía, se ocuparon los medios de comunicación al servicio de los dueños del dinero y es lo natural, pues tener una concesión de radio o televisión es un gran negocio en México y en el mundo. Así los mandatarios de las naciones democráticas se enfrentan al poder mediático que el mismo Estado concede a los oligarcas.
Una contradicción que se desmenuza con la frase de José López Portillo: “no pago para que me peguen”.
La derecha entrena sicarios del micrófono, que como cancerberos se encargan de proteger las puertas de la infame industria de manipulación y desinformación, sin miramientos éticos y acuñan la frase de “tienes el valor o te vale” dando cuenta de programas carentes de todo principio y valor ético y mucho menos moral tomando en cuenta que esta es para muchos tan solo: “un árbol que da moras”.
Luego entonces, la capacidad de construir y destruir la fama pública de las personas, radica ya no en su conducta, sino en que la persona, sea palomeada por los voceros de la cúpula del dinero, como “artículo de necesidad”, para de inmediato el amplio ejército lisonjero que se mantiene en la estructura informativa, haga eco y apuntalen la opinión y deseo del vocero oligárquico en turno. A que grado de contradicción es posible llegar, cuando ante el manejo de una sana economía el peso mexicano se fortalece y le gana camino al dólar norteamericano y hasta al euro, tratan de que el pueblo olvide la cauda de “gasolinazos”, en la época de Peña Nieto, que sin rubor alguno se mantenía en avance, si subía el precio internacional estaba caro, si bajaba, pues a subirlo por las perdidas del erario.
El caso es que, entre aumentos de gasolina, aumentos de impuestos, reformas “estructurales” para desfondar el patrimonio nacional, los medios de comunicación se mantenían aplaudidores y sus sicarios listos para atacar en cuanto se advirtiera la debilidad del presidente en turno y doblegarlo a conceder mayores prerrogativas a los oligarcas ambiciosos.
La prueba de esta grave complicidad y amasiato, en contra de la Cuarta Transformación se ha venido demostrando con los “montajes” realizados por personal de empresas televisivas, muchas veces para encumbrar algún personaje de la vida política o en otras como es el caso del presidente López Obrador, denostar su ejercicio de gobierno, pues al parecer la oligarquía se resiste a perder sus fueros.
En el cambio sexenal que se avecina, es muy importante valorar si definitivamente, el pueblo retrocederá a perder lo ganado y entregarse de nueva cuenta a sus fustigadores con reducciones de salario, desaparición de políticas sociales, la privatización de CFE, de Pemex continuar con la indiscriminada concesión de minas, entre otras graves acciones de entreguismo que acostumbran los aburguesados conservadores como los del Cártel inmobiliario de la Benito Juárez, una mafia perfectamente delineada para enriquecerse desde el ejercicio del servicio público.
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