Guerra sucia de oligarcas narcos contra México
Por José Lima Cobos
Si Antonio López de Santa Anna no hubiera muerto, México sería un país más pequeño, por eso la oligarquía criolla, tan pronto se daba una crisis social –un levantamiento armado–| iban a buscarlo para que viniera a apaciguar el país, –pese a que solo tenía una pata– que perdió, por cierto –entre las tantas aventuras que vivió de ir y venir por once años– para ensangrentar a la nación y someter a un pueblo rebelde y no sumiso, hasta que llegó un mediano nacionalismo renovador y creó un sistema que, si no era del todo justo, al menos sentó las bases para hacer lo que hoy ya se puede hacer, en la incipiente democracia que alumbra la nación, como es, incluso cuestionar al presidente de la república o que un Ministro de la Corte Suprema, Luis María Aguilar guarde un expediente de defraudación fiscal por diez meses y tenga en su mente la posibilidad de integrar una resolución para destituirlo del cargo, tamaña osadía de atentar contra la seguridad nacional, al poner entredicho la dignidad del que representa al Estado mexicano.
Lo que hoy vemos, apenas hace algunos años –seis años, por cierto– no se podía hacer, pues el Estado Mayor Presidencial –brazo armado del presidente de la república, 8 mil soldados a su servicio– daba cuenta de inmediato y además, la Dirección Federal de Seguridad, dependiente de la Secretaría de Gobernación, en claro contubernio con el ejecutivo federal, mantenía el silencio cómplice para no saber lo que hoy se sabe y se difunde con creces todos los días, como es el pacto de silencio para medar y atracar al país, o que ahora se ha desterrado pero que inconforma, al zaherir la sensible piel de la oligarquía.
No es casual que la riqueza que acumula, de manera criminal, la minoría que se benefició de las concesiones de Salinas de Gortari y la privatización de los bienes nacionales entre sus cómplices, que ahora derrochan, los recursos extraídos del pueblo, para invertirlos en una campaña negra y sucia, execrable diría, contra el país, para desprestigiarlo y que la inversión extranjera no fluya más, para que exista empleo y sobre todo que la economía no se prenda con alfileres y que al final del sexenio suceda, lo de siempre, como es una devaluación de su moneda y la escasez de medios para que la miseria no se siga enseñoreando por el país, de ahí la molestia que zahiere la conciencia de nuestros oligarcas criollos, ahora unificados en el PRIAN para hacer su agosto, quitándose la careta o mascara de honestidad y democracia y justicia social, es decir, se han definido como son y que escondieron durante tantos años.
Jamás Carlos Slim tendría los bienes y recursos descomunales que posee, –si Salinas de Gortari no le hubiera concesionado Teléfonos de México, que pudo ser negocio de explotación a los mexicanos por un particular, pero no aceptable en manos del gobierno, porque los empresarios son emprendedores hábiles– si el gobierno está a su servicio, como lo estuvo y está aún, en menor proporción, pues lo mismo acontece con los bancos, electricidad, petróleo, carreteras, ferrocarriles, minas, agua, etc., en síntesis, que controlaba el Estado y que ante la crisis, el Estado –que el pueblo todo– tiene que salvarla como es elocuente el Fobaproa, con Zedillo -príista renegado– o bien Fox y Calderón –panistas emblemáticos– que alega democracia cuando, las concesiones y privilegios a los particulares están a la vista, en electricidad, petróleo, carreteras y demás bienes de la nación.
Si el cambio, o la transformación tiene que ser profunda, a fondo, no hay duda, pero la resistencia es brutal también, si ve cómo, sin escrúpulos de ninguna índole se busca socavar la paz interna mediante actos de provocación muy anunciados, al contratar a los medios de desinformación nacionales y transnacionales de manera tal, para generar miedo y desconfianza cuando se magnifican los actos de violencia y se hace alarde tan crispante que hace temblar a los timoratos y más cuando el bloque opositor –PRIAN–, que anuncia que no se viva con miedo y que se defienda la democracia, algo que antaño nadie conocía, pero que ahora son sus defensores epónimos, como es, por ejemplo, del bienestar de los adultos mayores –que deben, trabajar, porque son huevones–, dice la señora de las gelatinas, o también la salud para que trafique con medicinas y hospitales que alquilan al gobierno o quienes construyen carreteras para que después rescate el gobierno, donde están involucrados políticos de todos los niveles y sobre todos los dueños y empleados de medios de difusión para alertar y estimular la mentira y el año.
Al quedar en claro que la guerra sucia continuará hasta el final y cada vez más encarnizada, pues los intereses económicos que están en juego, es el país mismo, hasta que termine la jornada electoral, –acusando al Presidente de la República de narco, al igual que la candidata de Morena–, ahora podemos afirmar, sin exageración alguna, que existe democracia al no darse la represión del fraude electoral del 88, con Salinas a la cabeza o bien con Fox –para incrustar a Calderón en la presidencia y llevar a forma parte del “estado narco”, y que está refugiado en España, por Iberdrola–, pero que pende su tranquilidad de lo que en su momento diga García Luna, es decir, si se come el pastel solo o lo comparte como testigo protegido por el gobierno de Estados Unidos, que es muy dado a privilegiar a los narcotraficantes que venden su complicidad y destapan la caja de pandora aunque no existan elementos más que el interés político del momento.