Individualismo opositor
Por José García Sánchez
Los partidos de oposición exigen que las promesas de campaña del actual régimen se cumplan, lo que quiere decir que estuvieron de acuerdo con ellas y tal vez por eso perdieron las elecciones. Porque su obsesión por que se cumplan esas promesas va más allá de una consigna partidista o una estrategia de partido.
Los regímenes anteriores saquearon al país, dejaron una economía de guerra que tardará en recuperar el producto de los robos varias décadas. Y de haber llegado al poder seguirían cometiendo actos de corrupción.
Los hospitales inconclusos redundaron en un gran negocio para los regímenes anteriores, construcciones que estaban avanzadas como para destruirlas pero poco realizadas como para abandonar el proyecto, de tal manera que por un lado los funcionarios cobraron por la totalidad del inmueble y por otro anunciaron la obra pública como concluida, sin ser verdad.
Ante esta situación la actual administración debió concluir esas obras, que desde su inicio eran necesarias, a veces urgentes, pero retrasa la dinámica de un sistema de salud que debió estar en óptimas condiciones a la llegada de la pandemia, no fue así.
Hay quienes consideran que culpar al pasado de las condiciones del sector salud en particular y del resto de la administración pública son pretextos, lo que desconocen es el estado en el que se encontraba esa administración pública, pareciera que la ocuparon delincuentes que la vandalizaron, y abandonaron obras. Dejaron una economía de guerra, y las obras a menos de la mitad de su conclusión asemejan a su destrucción al bombardeo de la corrupción.
En el caso de los hospitales inconclusos sin tantos que no alcanza el tiempo en este sexenio para completar la construcción, se trata de 326 hospitales, planeados en tiempos del despilfarro y ahora en tiempos de austeridad resulta difícil concluir lo que iniciaron y dijeron que estaban terminados dichos hospitales.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, anunció que se necesitan unos 8 mil millones de pesos mexicanos para rescatar las obras abandonadas por las anteriores administraciones. «Hay abandono sistémico, dejaron hecho añicos. Y los escombros cayeron sobre las espaldas de los más pobres», afirmó el funcionario.
Enrique Peña Nieto dejó 306 obras inconclusas, de las cuales, 180 están suspendidas, las demás retomadas como si fuesen propias, a pesar de la crisis mundial, de la pandemia y de las consecuencias de la guerra.
Los hospitales inconclusos son una muestra clara del daño que debe corregirse y que no es suficiente un sexenio para arreglar. Una guerra que devasta aun país implica décadas de rescate, y en México la oposición quiere, por un lado, que se resuelva en tres años y por otro que no se mencione en los discursos oficiales el grave daño de la manera de gobernar de los anteriores funcionarios públicos. Esto es imposible, porque las secuelas son tan graves que incluso el próximo sexenio el Presidente que gobierne, sea del partido que sea, hará referencia al daño impuesto al país por los regímenes del pasado.
Así como los hospitales quedaron en ruinas todos los rincones de la administración pública donde hubo dinero, todos. Un saqueo que se repitió sexenio tras sexenio, donde unos a otros se cubrían para conjuntar impunidades y sellar complicidades.
PRI y PAN se turnaron el poder para renovar votos, para comprometerse en el delito de la corrupción ya hora exigen que todo lo que descompusieron en varias décadas sean arreglado en tres años y medio. Ellos, mejor que nadie, saben el daño que hicieron y son conscientes del tiempo que implica su reparación. Se saben delincuentes, pero se disfrazan de jueces de sus sucesores.
No cambiaron nada en la transición de membretes y colores, ambos partidos engañaron a todos y ahora intentan seguir engañando diciendo que defienden a México, cuando en realidad lo que defienden es su patrimonio individual, porque quienes votaron contra la reforma eléctrica tarde o temprano recibirán la recompensa de las empresas extranjeras, aunque en esto vaya el registro de su partido de por medio.
Twitter: @Josangasa3