Cambio radical, EU considera invitar a Cuba a la Cumbre
Por Ángel Álvaro Peña
Desde el viernes 20 de mayo las puertas de la Cumbre de las Américas están abiertas a Cuba, tal vez no directamente a Miguel Díaz-Canel, pero sí al Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez. Con esto se muestra una fisura importante entre el presidente y el Departamento de Estado, porque mientras Joe Biden quiere una fuerte participación, Antony Blinken, de esa área, restringe participaciones y no logran ponerse de acuerdo.
Para que el mundo no vea que el gran imperio da su brazo a torcer, se argumenta que se repartirán invitaciones por tiempos y en grupos, porque se prevé que no sólo se convoque a jefes de Estado sino también a empresarios, así como miembros de la sociedad civil, con el objetivo, aseguran, de hacer más inclusiva la Cumbre.
Es decir, con el pretexto de la pluralidad podrían asistir los países que no estaban considerados en la primera lista de invitados, como Cuba, Nicaragua y Venezuela, la advertencia del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador de condicionar su presencia a la invitación indiscriminada de todos los países que tienen su territorio en el continente, los hace ampliar no sólo la lista de invitados sino la visión y perspectivas de una Cumbre reservada, en los nueve encuentros anteriores, a sólo Jefes de Estado.
La pluralidad está de moda y en ella esconden su búsqueda de acuerdos con México.
ASISTENCIA DE LÓPEZ OBRADOR
Por su parte, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, informó que todavía no hay una respuesta definitiva a la petición del presidente Andrés Manuel López Obrador para invitar a todos los países de América a la Cumbre de las Américas, argumentó: «La esperanza de nosotros es que sí vaya México. En la manera en que se trabaje con el presidente López Obrador, con mucho respeto. Ojalá que sí vaya, pero es algo que se está discutiendo».
Es decir, está en debate interno la posibilidad de invitar no sólo a Cuba sino a Nicaragua y Venezuela. Tal vez no con los niveles jerárquicos que debiera ser, pero sí a partir de un representante.
Con Venezuela hay pláticas para que el vecino del norte compre gas a Nicolás Maduro ante el cierre de posibilidades de adquirirlo de Rusia, a causa del conflicto en Ucrania.
Al ser sólo un representante el invitado de cualquiera de estos tres países, o de todos, la categoría del encuentro sería como observadores, lo cual sería calificado de marginación o segregacionismo mayor que el hecho de no haber sido invitados.
En una discusión interna en el gobierno de Estados Unidos de todo o nada, de invitar a todos o a ninguno de los tres y darles la categoría de participantes, la solidez del liderazgo del país anfitrión se deteriora.
En México la simple posibilidad de que sea invitada Cuba a la Cumbre es motivo para seguir cuestionando al Presidente de la República, al decir que al condicionar su asistencia al encuentro busca ser líder de América Latina. Lo que todavía no advierte la oposición en México es que ya está López Obrador en esa posición y que así lo reconocen los países del área.
El hecho de que sea invitada Cuba, aunque se a partir de representantes y en calidad de observador, es una derrota para la oposición en México, aún mayor que el fracaso de la línea política de Estados Unidos, influida por los empresarios y líderes de Florida, que enloquecen con la simple idea que un funcionario cubano pie territorio estadounidense.
Reconsideraron la forma y fondo del encuentro en la Casa Blanca y en el Departamento de Estado, y a causa de la protesta de México por la exclusión original, pensaron que al ser la “primera vez que se realiza la cumbre en Estados Unidos desde el evento inaugural en Miami en 1994”, dicho encuentro debe tener un mayor alcance y una pluralidad que represente a los países del continente.
RESOLVER PROBLEMAS
Por su parte, funcionarios relacionados con el tema, consultados por Ap y Reuters, señalaron que el gobierno de Joe Biden considera invitar a un representante cubano.
Para tratar de armonizar y mitigar lo que se interpreta como una batalla perdida por Estados Unidos, su embajador en México, afirma: «En Estados Unidos estamos poniendo la mirada al sur. Porque si se puede invertir y desarrollar en el Istmo, allí están las llaves para resolver los problemas que tenemos ahora sobre el flujo de la migración».
Resulta por demás probable que no sólo Cuba asista a la IX Cumbre de las Américas, donde estarán centrados los reflectores de los medios, sobre todo luego de que se redujeron las restricciones hacia la isla como ampliar los topes de las remesas enviadas a la isla y la ampliación de los viajes entre Estados Unidos y la Isla. De querer marginar al gobierno cubano, Biden no hubiera tendido ese puente que debe ser transitado en unos días.
Por otra parte, la participación protagónica de Cuba en la 75 Asamblea Mundial de la Salud, en Ginebra, Suiza, del 22 al 28 de mayo, sirve de presión para que Estados Unidos reconsidere su idea inicial sobre la marginación de esos tres países a la Cumbre de las Américas.
Los especialistas señalan que la postura inicial de Estados Unidos respecto a la Cumbre cambiará radicalmente y ampliará los más posible la diversidad de invitados a tal grado que no se advierta como una derrota diplomática la inclusión de Cuba a las pláticas, en una guerra que, por lo menos a nivel mediático, la tiene ganada la isla, pero, sobre todo, Andrés Manuel López Obrador, a quienes los países de América Latina consideran su líder.
Como si se tratara de un termómetro de medición de popularidad y solidez en el liderazgo, la presencia de Cuba en la Cumbre de las Américas, en su novena edición, significaría el reconocimiento de la Casa Blanca de que hay, en realidad, un nuevo orden mundial y que México lidera buena parte del continente, a pesar de las críticas de dentro y fuera de Estados Unidos y México.
Estados Unidos es el lugar donde nació esa Cumbre y de no incluir a todos los países del continente también podría ser el país donde muera.