COLUMNISTAS

Colosio es una ideología, no es una marca

Por Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo 

A los verdaderos políticos se les debe distinguir, entre otras cosas, con algo que es de gran valor para su actuación y toma de decisiones asertivas, su inteligencia emocional. Y sobre este tema ya he escrito en otro momento, pero hoy lo retomo. 

La inteligencia emocional (IE), surge como respuesta a lo que por décadas se afirmaba que, el cerebro solo poseía la inteligencia racional, que se medía por el coeficiente intelectual (IQ), descubriéndose posteriormente que existe otra parte que opera los procesos emocionales.  Tenemos 2 funciones en el cerebro y dos clases diferentes de inteligencia: la inteligencia racional y la inteligencia emocional y nuestro funcionamiento en la vida esta determinado por ambos (…) nuestra intención es descubrir el modo inteligente de armonizar ambas funciones” (Golleman D. 1996). 

Luego entonces, una persona con “inteligencia emocional”, posee la capacidad del autocontrol, el entusiasmo, la perseverancia y la capacidad para motivarse, pero también la habilidad para mantener en equilibrio sus propios sentimientos, el carácter, los impulsos, así como de demostrar tolerancia para no perder claridad y en base a ello, tomar decisiones equilibradas e inteligentes. Por lo tanto, la IE, permite a los individuos, controlar sus estados de ánimo, saber responder apropiadamente ante las situaciones fortuitas o complicadas como aquellas que no lo son y desde luego, demostrar una gran capacidad para fomentar equilibrios y empatía con otras personas.  Y ese tipo de habilidades y capacidades son muy importantes en la vida y útiles para saber reaccionar en los diferentes contextos en que todos nos desenvolvemos. 

Y si hay un contexto en el que se hace vital el poseer y aplicar la inteligencia emocional, es el contexto político. Y basta solo ver la actuación de los líderes de Estado, parlamentarios, de los partidos políticos, etc., en nuestro país y en el mundo, para medirlos en sus respuestas y acciones. Particularmente cuando desde los espacios del poder o como figuras públicas, son entrevistados, hacen uso de una tribuna o expresan algún discurso. Y ahí es donde deben estos probar y controlar sus emociones y sobre todo superar sus inseguridades, para no divagar, perder el piso o de plano evitar decir…estupideces. 

Y a que viene mi comentario. Porque lamentable tengo que hacer una seria crítica a la forma en que reaccionó recientemente Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del CEN del PRI, al referirse al hijo de Luis Donaldo Colosio Murrieta, en una entrevista que le hiciera -a inicios del mes de diciembre-, Roberto Zamarripa del Grupo Reforma, y que desde mi particular opinión fue muy desafortunada. Y los medios se encargaron de hacer sus críticas en su momento, como era natural. 

En esa entrevista, a Moreno Cárdenas le ganó la emoción, y sus respuestas en relación con la figura del hijo de Luis Donaldo Colosio Murrieta, no las pensó y demostrando una baja tolerancia- inteligencia emocional-, no dimensionó el alcance de éstas al comentar: “El nombre de Luis Donaldo Colosio es priista. Tu lleva al joven Colosio a Campeche a ver quién lo reconoce. Él tiene el nombre y el nombre es de un priista”. “Ese nombre sale porque tiene reconocimiento del PRI, el joven Colosio puede ir a cualquier lugar de la República y se para y no lo conocen en ningún pueblo (…) Su papá hizo todo en el PRI, el PRI le dio todas las oportunidades a su padre, no entiendo por qué no está en el PRI, aseguró Moreno Cárdenas.

Lamentablemente todas estas frases se interpretaron como ofensa a Colosio hijo, lo que dudo hayan tenido esa intención. Sin embargo, eso pasa muy seguido a muchos políticos. En ocasiones les ganan los nervios, en otras las vísceras, el protagonismo, y en más de las veces la soberbia. 

Pero sea cual fuere el motivo, la realidad es que el resultado es pésimo. Porque una entrevista que fue convocada hacia un tema en especial, – los temas de la 23 Asamblea Nacional, misma que se celebró el pasado 11 de diciembre-, se desvió y cometió el error garrafal de tocar al hijo de Colosio y descalificarlo como una figura con pocas probabilidades de triunfar en el 2024, cuando que algunas encuestas lo colocan en un lugar competitivo. Y lo único que logró, fue, por una parte, darle notoriedad y, por otra, urgir el avispero en el partido MC. 

Yo no dudo que Alejandro Moreno sea una persona inteligente, -lo puede ser para muchas cosas-, pero sí creo que le falla el control de sus emociones cuando se sale del script o le gana el protagonismo y ello, afecta la concentración. Por ello se cometieron 2 errores serios:

1.-Confundir el nombre de Colosio como marca y no como ideología. 

Colosio fue y seguirá siendo una figura extraordinaria dentro del PRI, sin duda. Y es claro que su vida política la hizo en este. Ahí se formó, luchó, aportó y recibió todo, no solo oportunidades sino también el afecto de la militancia y de los mexicanos en general. 

Pero Colosio no trasciende, por su apellido- no es una marca-, sino por el valor de sus ideas y de sus actos en congruencia, en el servicio público, como líder nacional y como un hombre que creyó, idealizó y procuró lo mejor para el país. Y como él existen otras figuras muy importantes en el PRI. Y pongo un ejemplo con otro personaje emblemático, Don Jesús Reyes Heroles, excelente político y funcionario público, cuya figura también ha trascendido por el valor de sus aportaciones en la vida pública, en sus libros, comentarios, frases, etc., y debido a ello, su figura es un orgullo dentro de este instituto político y para México. Y aunque sus hijos quizás no sean priistas, nunca han discutido los méritos que le son reconocidos a su padre, dentro de la institución política en que militó éste. Y es el mismo caso de Colosio Murrieta, como figura de primer nivel en este partido. 

Luego entonces, el considerar el nombre de Colosio como una “marca” registrada por el PRI se me hace un exceso, solo suponerlo. Lo que sí es parte del PRI, sin duda, es su ideario, el IDEARIO COLOSISTA. Porque fueron sus ideas las que dieron forma a un legado que dejo a esta institución para ser utilizado, especialmente cuando el PRI perdiera el rumbo. Aspecto que deberían tomar muy en serio los líderes actuales. No se debe olvidar que Colosio, fue el creador de la Fundación Cambio XXI en mayo de 1991 (hoy Fundación Colosio), que sustituyó a los históricos CEPES (1970-1991), el IEPES (1976-1991) y que fue producto de los acuerdos de la 14ª Asamblea Nacional, instancia que él eligió para dar entrada a sus propuestas de cambio. 

 

2.-La reacción de Colosio Riojas. 

La reacción de parte de Colosio Riojas,  no se hizo esperar y de esta manera contestó: “Asumen ( el PRI) que eso ( el apellido) les pertenece cuando realmente lo han ultrajado en muchas ocasiones y por supuesto que mi padre fue priista y lo que más fue su vocación como militante, incluso como presidente de partido fue reformar ese partido de raíz para realmente llevarlo al siguiente nivel, a una profunda vocación al servicio por México y fue una reforma que le costó muchísimo esfuerzo y que al final del día quedo truncada porque no le permitieron que prosperara”. 

Y como no ha de odiar todo lo que huela al PRI, Colosio Riojas, si desde los 10 años cargó el resentimiento que fue alimentado principalmente, por Agustín Basabe y familia, quien fuera amigo personal y asesor de L.D. Colosio Murrieta cuando estuvo en el PRI y, que después de su muerte no superó la frustración y le alimentó el resentimiento a su hijo, así como a todo lo que oliera a estas siglas. Por lo tanto, la imagen negativa que tiene del PRI, Colosio Jr, es lo que recibió desde que era niño y nunca se dio éste la oportunidad de conocer más a ese partido y menos el ideario que defendió su propio padre. 

Y aquí nuevamente, aludo a la inteligencia emocional de los políticos, que no la usan o no la tienen simplemente. A algunos porque les faltan tablas, y a otros porque en su afán protagónico, nerviosismo o falta de habilidad para controlar sus emociones les hace cometer errores que, en política, cuestan y mucho.  

En fin, los actores políticos -sean mujeres o varones-, deben prepararse siempre y aprender más de sus errores. Deben de dejar a un lado a los aduladores, a los aplaudidores, a los cuates que les dicen que sí a todo y cambiarlos por gente preparada que les hable con conocimiento y con la verdad. Porque oír alabanzas solo refuerza la vanidad de éste, pero no su seguridad personal y menos les asegura buenos resultados. 

Lo que deben hacer es preocuparse por conocer más la realidad, su agenda y entorno; saber discernir, responder y actuar apropiadamente en el ejercicio público y ser sensible a los estados de ánimo, temperamentos, motivaciones personales y deseos de los grupos con quien deben tomar acuerdos-coincidan o no con ellos-; en suma, entrenarse para hacer uso de su inteligencia racional y emocional, porque ello les puede garantizar desarrollar un papel de liderazgo centrado en la capacidad, el equilibrio, la tolerancia , el respeto  y el entendimiento con sus representados. Aspectos que deberían de tomarse muy en serio en la actualidad. 

Gracias y hasta la próxima. 

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