Tuxpan, puerto de libros
Por José García Sánchez
La visión de la existencia de una polarización social proviene de una parte de la sociedad. Cuando en realidad existe esta situación entre la población el antagonismo se siente en las calles, hay choques en cualquier lugar. No es el caso. Ahora, puede decirse que únicamente, y de manera aislada, hay rechazo a ciertos grupos que no logran identificarse con el grueso de la población.
Si tomamos en cuenta la aceptación que tiene el Presidente de la República resulta lógico que haya municipios enteros donde prácticamente todos están a favor de la Cuarta Transformación, esto sucede es en el norte de Veracruz.
En Tuxpan, por ejemplo, la sociedad participa en armonía para la satisfacción de necesidades comunitarias, no sólo contribuye a solucionar su propia problemática sino que ayuda a mantener una ciudad limpia, en más de un sentido, de tal suerte que es la propia población la que impide que haya malos elementos.
Limpiaron unidos grades extensiones de playa antes de Semana Santa, coordinados por el alcalde, quien metió los pies en la arena para realizar esta labor, como sucede en otros ámbitos del trabajo comunitario donde se unen espontáneamente personas de municipios aledaños, acompañando a marinos, soldados, empleados del gobierno local. La polarización no existe, tampoco el rechazo contra quienes piensan diferente. Llegan visitantes como nunca antes y admiran paisajes que comparten no sólo el espacio sino los sentimientos. Porque no puede haber diferencias entre quienes contemplan un mismo amanecer.
Tuxpan es un lugar lleno de historia en general y revolucionaria en particular, de sus playas salieron Fidel Castro y el Che Guevara en el Granma a Cuba para iniciar la Revolución Cubana, el museo de sitio que da cuenta de esta hazaña, ha sido restaurado, su remozamiento renovó la memoria de gestas de hombres y mujeres que, en ese lugar, hicieron historia unidos.
Es uno de los puertos más importantes del continente y tiene atractivos profundos. La ciudad, –rodeada de agua, porque hay playa, río y laguna en su alrededor–, acaba de concluir una administración panista, que dejó malos recuerdos. Es probable que esto haya contribuido a la unidad tuxpeña que da la cara a la historia transformando su hábitat entre todos, e impulsando su tierra para que el turismo siga sumando números y rompiendo límites como sucedió en días pasados cuando sus playas se abarrotaron de visitantes.
La singularidad del lugar se renueva siempre y esta vez muestra un apego a la historia, por convicciones individuales presentes, hoy, su nombre se escucha fuera de México como un punto en la historia de cambios. El Fondo de Cultura Económica abrió una librería en La Habana, le llamó como debería: Tuxpan.
Así los libros serán una ventana que comunica a los vecinos con una misma historia, los hermana y fortalece.