COLUMNISTAS

Morales Lechuga, el derecho y la libertad de expresión

 

 

Por Ángel Álvaro Peña

El Día de la Libertad de Expresión, del periodista, de prensa que se celebra el 7 de junio esta vez será una conmemoración de luto.

El Día de la Libertad de Expresión instaurado en 1951 por los editores de periódicos y el entonces presidente de la República, Miguel Alemán Valdés. Veracruzano de nacimiento, entidad dónde ha habido más asesinatos de periodistas. Es por eso que de celebrar se pasa a conmemorar, porque ese día es de mártires y no de ídolos de barro.

Los asesinatos de periodistas en México, son un delito que alcanza la impunidad sobre otros muchos en el país. La politización, los intereses por ocultar la verdad y la negligencia de las autoridades encargadas de resolver los casos, arrojan la sospecha histórica de una complicidad, directa, indirecta o por omisión.

El tiempo no es suficiente para olvidar a los muertos, sobre todo a aquellos que trabajaron toda su vida para que la gente ejercitara la memoria.

 

MANUEL BUENDÍA

Uno de los primeros asesinatos de periodistas, saturado de interpretaciones, especulaciones, significados y rumores fue el del periodista Manuel Buendía, ocurrido la tarde del 30 de mayo de 1984.

Con el ejemplo de ese asesinato, el esquema homicida empezó a repetirse cada vez más continuamente contra comunicadores en todo el país, sobre todo porque las sospechas se dirigieron, de inmediato, a las autoridades políticas de México. Las acusaciones volaban muy alto.

Porque si a alguien molesta la verdad en México y en cualquier país del mundo es a los políticos en funciones.

La libertad de expresión es un derecho humano básico, constitucional, fundamental y necesario a la naturaleza humana, consagrado en los artículos 6 y 7 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en el ámbito internacional lo podemos encontrar contemplado dentro del artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos de 1948.

Este 7 de junio, el Club de Periodistas, en la ciudad de Xalapa, Veracruz, develará una placa en la calle que lleva el nombre del periodista Manuel Buendía Tellezgirón, en la colonia Periodistas de esa ciudad. Como un homenaje más a la memoria del comunicador asesinado.

Manuel Buendía murió a los 58 años, acababa de cumplirlos una semana antes, el columnista más leído del país, conferencista, maestro de generaciones de comunicadores, profesor de la escuela de periodismo Carlos Septién, hombre sabio, investigador y periodista cabal. Fue asesinado por la espalda en el estacionamiento donde guardaba su automóvil, apenas le dieron tiempo de tocar la pistola que portaba regularmente. Mientras esto sucedía su oficina fue allanada dejando sin documentos los archiveros y los libreros.

Cinco disparos le quitaron la vida, estrenaba un traje azul regalado por su esposa, Dolores Ávalos, quien posteriormente se hiciera cargo de la Fundación Manuel Buendía, donde se honró la persona de este gran hombre que desenmascaró a la ultraderecha de México.

En esa investigación, uno de los roles más importantes fue la intervención de Ignacio Morales Lechuga, entonces procurador General de Justicia del Distrito Federal, quien ejecutó personalmente la orden de aprehensión contra José Antonio Zorilla Martínez, como autor intelectual del asesinato del columnista, y se le mantuvo varios años inocente. El autor material, Juan Rafael Moro Ávila, confesó haber recibido órdenes de Zorrilla, quien fue detenido en 1989, en su domicilio de Paseo de la Reforma, en Lomas de Chapultepec, luego de oponer resistencia al operativo que encabezó personalmente Morales Lechuga.

 

 

GRAN TRAYECTORIA

Ignacio Morales Lechuga, nació en Poza Rica, Veracruz, también se desempeñó como procurador General de la República y embajador de México en Francia, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Fue rector de la Escuela Libre de Derecho.

Morales Lechuga, fue un procurador singular, su trabajo no dejó huella negativa y trabajó como pocos. Si ahora lo comparamos con la negligencia delictiva de Alejandro Gertz Manero, vendría siendo su antítesis.

La solidez de Morales Lechuga como funcionario público recuerda que en este momento hacen falta personajes de esa valía. Ahora que la oposición anda en busca de políticos serios, sin sombra de corruptelas, el notario está siempre activo y no dudaría mucha gente en fortalecer su regreso a la política activa, si se trata de darle al país un personaje de peso, con la presencia suficiente y la trayectoria necesaria para crear equilibrios, que es la base de la democracia y mostrar contrapesos, que es la esencia de la equidad.

Si algo demostró en todos y a cada uno de los cargos que ocupó fue su amor por México, un afecto sincero que algunos sólo usan en la retórica y que él comprueba con hechos.

Además de los cargos mencionados fue catedrático del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y en la Escuela Libre de Derecho de la materia de Contratos Civiles, subsecretario, y secretario general del Gobierno de Veracruz, coordinador del Secretariado Ejecutivo del Programa Nacional de la Secretaría de Gobernación, candidato del Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México a Gobernador de Veracruz, Presidente del Patronato de la Fundación “Gonzalo Río Arronte”, Presidente del Colegio de Notarios del Distrito Federal, y actualmente continúa ejerciendo la función notarial.

Morales Lechuga es de ideas firmes, posturas definidas, amante y defensor del derecho. Actualmente muestra su oposición a la actual administración pública y da sus razones, hace juicios precisos y puntuales y conserva, al mismo tiempo, su voz independiente.

La libertad de expresión está ligada con todas a las actividades, funestas y festivas, este 7 de junio será un día triste para el gremio periodístico, donde personajes como Ignacio Morales Lechuga también tiene un espacio destacado.

 

PEGA Y CORRE

Todavía no ponderan las ideas en las elecciones en México, continúa la violencia como hace 100 años, lo cual muestra que son más fuertes los intereses que el amor a la democracia. Asesinaron en Juchitán, Oaxaca, a Carlos Eduardo López Martínez, colaborador cercano de Salomón Jara, candidato de Morena, PT-PVEM-Unidad Popular a la gubernatura de Oaxaca, Salomón Jara. En este estancamiento el INE observa pasivamente en una actitud que no pertenece a la realidad…

Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

 

 

 

Este texto se encuentra en el número 295 de la edición impresa de Políticos al Desnudo, publicado el  6 de enero de 2022

 

 

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