Se asfixia Morena
Por Luis Ramírez Baqueiro
“A la república solo ha de salvarla pensar en grande, sacudirse de lo pequeño y proyectar hacia lo porvenir”
– José Ortega y Gasset –
Ignacio Mier Velazco, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados Federal, ya no siente lo duro, sino lo tupido, la presión asfixiante de la oposición literalmente acabó con el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sus intentos por reformar –destruir- para él todas las instituciones del Estado Mexicano, porque simplemente con eso justifica su movimiento basado en que con ello termina de tajo con la corrupción ha sido la gota que derramó el vaso de la tolerancia para los “calificados” como moralmente derrotados.
Así la intención y llamado de Mier Velazco, para que en lo que resta de julio, agosto y septiembre se habrá un intenso trabajo de promoción, discusión, análisis y convencimiento sobre las bondades de la reforma electoral, serán simplemente inútiles.
Y es que la oposición encontró en la propuesta presentada por el diputado Ignacio Loyola Vera la salida a la desproporcionada operación legislativa de Morena, en la que, de manera avasalladora, sin cambiar puntos, ni comas, aprobaba reformas constitucionales sin considerar las iniciativas, propuestas u observaciones de la oposición.
Loyola Vera, propuso para ello el uso de lo que se denomina “moratoria constitucional”, que consiste en “hacer valer el principio de inviolabilidad de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y, no aprobar ninguna Reforma Constitucional hasta diciembre de 2024, o hasta que existan condiciones democráticas para hacerlo en el país, reglamentadas y apegadas a derecho.”
Con la Moratoria se brinda a los ciudadanos mexicanos; certidumbre legal, en un claro mensaje donde se establece que el presidente no puede hacer lo quiera y, se le obligue al respeto irrestricto de las leyes, tal y como lo juró ante el Pleno de la Cámara de Diputados en la Sesión Solemne de Toma de Protesta como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, donde juró, con fundamento a lo establecido en el Artículo 87 de la Constitución Política.
Ahora bien, la Moratoria Constitucional no significa dejar de legislar, sino, el pacto cívico-patriótico entre los legisladores, para no legislar ninguna reforma constitucional que emane del Presidente de la República, el Partido Oficial o partidos aliados que atente contra los principios constitucionales y, la estabilidad nacional y, contra México y los mexicanos. Los legisladores mexicanos continuarán con su trabajo legislativo de manera normal por el bien del país y los ciudadanos, sin la suspensión de sus labores propias legislativas, enmarcadas tanto en la Constitución como en los ordenamientos y reglamentos para el Gobierno Interior de la Cámara de Diputados y el H. Congreso de la Unión.
La Moratoria es una convocatoria pacífica, dentro de los cauces legales, a no aprobar modificaciones constitucionales durante el tiempo que resta del periodo del actual Gobierno Federal.
Ante estos hechos, el llamado de Ignacio Mier, evidencia la presión y la desesperación para encontrar un camino de solución a la parálisis legislativa que la moratoria provocará a toda reforma constitucional.
¿Será acaso que con esto se asfixiará a Morena y sus intentos por destruir todo el andamiaje institucional que demoró 90 años en construirse solo para satisfacer el capricho del actual presidente? Usted saque su mejor conclusión. Al tiempo.
Al tiempo.
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