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Crónica de un crimen de Estado

 

<< En memoria y reconocimiento de los 14 marinos caídos por el desplome del helicóptero en el que viajaban >>

 

Por Jorge Evia Ramírez 

Nada justifica que Andrés Manuel López Obrador como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas en nuestro país, haya decidido no asistir a los funerales de los 14 marinos que fallecieron el pasado viernes 15 de julio, al desplomarse el helicóptero en el que viajaban en apoyo al operativo para capturar a Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara y más aún, cuando el motivo de su muerte se debió a su austeridad republicana.

Si bien es cierto que el ahorro en el gobierno mexicano fue una promesa que realizó Andrés Manuel López Obrador en su campaña camino a la presidencia y le aseguró a la población que se acabaría con el lujo y despilfarro de las instituciones gubernamentales; también es cierto que no es posible que el comando de fuerzas especiales y boinas negras de la Marina hayan encontrado la muerte por la falta de combustible en el helicóptero tipo Black Hawk de la Secretaría de Marina-Armada de México que los llevó al operativo y que los tenía que regresar a casa después de cumplir su misión.

 

Esa malinterpretada austeridad republicana asesinó a 14 integrantes de la unidad militar de operaciones especiales de la Armada de México ante lo cual, estamos ante un crimen de Estado y por ende, tiene que haber responsables.

En nuestro país, esa política de austeridad de Andrés Manuel López Obrador también ha matado a niños con cáncer; ha matado pacientes ante la falta de medicamentos; mató a personas que contrajeron el Covid 19 e infinidad de víctimas mortales ante el cierre de refugios para víctimas de la violencia de género.

Así que un nuevo crimen de Estado se suma a la larga lista de crímenes cometidos durante el gobierno de López Obrador. Si bien es cierto que las operaciones que desarrollaba esa unidad de la Armada de México era de carácter confidencial, por lo que permaneció fuera del conocimiento público, en memoria y reconocimiento de los integrantes del grupo de Fuerzas Especiales de la Secretaría de Marina Armada de México que cayeron en el cumplimiento de su deber, ahora el pueblo de México debe de conocer que la falta de combustible fue la causa de su muerte.

Nueve de las víctimas eran infantes, tres pilotos y dos mecánicos. Sus años de experiencia los respaldaban. 25, 10 y 5 los más jóvenes.

La Unidad de Operaciones Especiales de la Marina en otras ocasiones, ha participado en la Operación Cisne Negro, por parte del Equipo Roble. Dicha operación terminó con la captura del famoso líder del Cartel de Sinaloa Joaquín Guzmán Loera «El Chapo».

Asimismo, el Equipo Puma llevó a cabo la Operación Barcina, la cual se hizo de conocimiento público a causa de un video grabado por un civil en donde se puede apreciar un Helicóptero Sikorsky UH-60 Black Hawk haciendo uso de una M134 Minigun para ametrallar a sicarios de los Beltrán Leyva, la operación concluyó con el asesinato del capo Juan Francisco Patrón Sánchez «El H2».

 

Ese 15 de julio, sin notificar a nadie, como marcan los protocolos, ni siquiera a su familia, 14 marinos Boinas Negras comenzaron con la misión. Como en cada operativo, sabían que iban saliendo a una nueva misión, pero desconocían el hecho de que no regresarían con vida. En su formación y adiestramiento aprendieron paracaidismo, operaciones en montaña, en selva, urbanas, rescate de rehenes, buceo de combate, infiltración anfibia y supervivencia; pero jamás les enseñaron a sobrevivir ante el desplome de un helicóptero por falta de combustible por una mala interpretación de la austeridad republicana ordenada por su Comandante Supremo. 

Tal y como lo expresó en su columna de El Universal, nuestro compañero Claudio Ochoa Huerta el día 22 de julio del año en curso, «Y aunque hacen lo que muy pocos, están condenados al anonimato. Nada de monumentos ni letras de oro. Sus nombres y rostros solo quedarán en los archivos de la institución y en la memoria de las familias porque una regla fundamental de  es mantener en secreto las identidades ante el riesgo que implica su actuación. Estos elementos no utilizan sus nombres sino un mote personal y otro grupal, de acuerdo a su líder. Por ejemplo: equipo rinoceronte, león, tigre.

Uno de sus credos reza: seré el reconocimiento de una estirpe que se hundió en el olvido. Quachic. 

Estos 14 no pueden hundirse en nuestro olvido»

Precisamente, para evitar que esos 14 miembros de la Marina mexicana se hundan en el olvido, hay que difundir y dar a conocer al pueblo de México lo expresado por nuestro compañero columnista de el periódico El Financiero, en su columna Todo es empeorable publicada el 25 de julio: «Los 14 murieron por una razón tan execrable, tan terrible e imperdonable como lo es el hecho de que se les haya acabado el combustible. Eso sí es una responsabilidad difícil de perdonar, de olvidar y que trasciende la mala suerte o la imprevisión».

 

 

Twitter: @EVIARAM

 

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