COLUMNISTAS

El laberinto de la ley en el México de hoy

 

Por Alberto Woolrich Ortíz

Para poder inferir el entorno en el que se desarrolla la presente colaboración es indispensable hablar un poco de la ley, porque en el contorno de imponer, imputar, aplicar, cumplir, interpretar o, incluso, pisotear,  prostituir o eludir  la ley gira la mas honrosa y hermosa profesión: la abogacía. La ley, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el Código Penal Federal o como mínimo, un somero estudio y análisis de ellas, deberían ser materia de aprendizaje de ciertos mal llamados “Siervos de la Nación” de esta Cuarta Transformación de la República, incluyendo en ellos  a nuestro Poder Ejecutivo Federal y al tal Fiscal General de la Federación. 

La Abogacía Independiente de la República, la verdaderamente comprometida con la justicia y con la ley entiende y sostiene que nuestra nación requiere de la aplicación de esta. De ahí que esos que se consideran “adalides de la patria’’ deben de tener presente que su actuar debe de ser siempre encausado a la aplicación de la ley. Con ello esta Cuarta Transformación de la República evitaría la debacle y su fracaso y consecuentemente con ello corregiría el rumbo evitando más yerros que solo conducen a  la sana critica y al repudio internacional.

En nuestra añorada Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, nuestros mas estimados y recordados catedráticos nos iluminaron diciendo: “La ley se encuentra definida por el diccionario jurídico como el precepto dictado  por la suprema autoridad en que se mandata o prohíbe algo en consonancia con la justicia y para el bien de la nación”. Si se cumple con esta exigencia nuestra justicia; dejaría de ser injusticia, impudicia, inmundicia. También es de recordarse que nuestros catedráticos nos enseñaron que la ley, obliga “semper” con la fuerza coercitiva de que el bien de la nación dispone para hacerla cumplir dura lex, sed lex.

Todos los egresados de nuestra  adorada alma mater sabemos y sostenemos que con ese aludido principio general del derecho, que  deviene del derecho romano, se concede a los gobernantes una obligatio que jamás se debe convertir en capricho y que constriñe a todas las personas a dar cabal cumplimiento a la preindicada  enseñanza.

Continuando con el tema la Abogacía Independiente de la República recalca que aquella añejas enseñanzas son y resultan esenciales como ya se ha dicho de manera reiterativa. México requiere y exige el cumplimiento de sus leyes. Lo contrario es fatal. La Cuarta Transformación de la República de Andrés Manuel López Obrador y Alejando Gertz Manero no pueden argumentar que no conocen la ley, aunque lo pretendan, ya que algunos de sus asesores bien intencionados  si conocen de su contenido, si este gobierno persiste en obviar su aplicación tenderíamos a la anarquía y ello México no lo va a permitir. 

Terminemos preguntando ¿Hasta cuándo seguirá la complacencia de la narco-política que empaña a la justicia?

 

 

Lic. Alberto Woolrich Ortíz

Presidente de la Academia de Derecho Penal

del Colegio de Abogados de México, A.C.

 

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