COLUMNISTAS

El poder por el poder y el derecho 

Por Raúl López Gómez

Los desencuentros y desacuerdos entre el senador Ricardo Monreal y el presidente Andrés Manuel López Obrador, son parte de una nueva cultura democrática en el país de libertad.

En el fondo AMLO, le reconoce al senador zacatecano la fuerza de su carácter y de dignidad.

En esta ocasión, una abstención de Monreal en la votación para del tema del control del ejército para la Guardia Nacional, fue parte de un debate mediático entre dos políticos de altura, sin llegar a las ofensas como parte del discurso. 

El presidente AMLO, en la conferencia mañanera del viernes, se le vio con el rostro descompuesto, por la osadía del senador Monreal, de su abstención y el zacatecano, anduvo contento visitando librerías.

Dos palabras quedaron en el aire que se deben de analizar de los dos políticos, dichas en sus peroratas.

AMLO, uso el descalificativo de conservadurismo para Monreal, y este el de ingratitud para el tabasqueño.

Al final, se descargan emociones y la realidad de ambos, seres humanos tozudos de carácter y firmes en sus convicciones.

El presidente AMLO, no le reconoce al senador Monreal, la cuota aportada a la Cuarta Transformación de los avances legislativos aprobados en el senado, durante los cuatro primeros años de cambios estructurales.

Ricardo Monreal, por su formación de abogado y de doctor de derecho y de orgulloso maestro de la UNAM, no cede a continuismos del pasado, que tanto costó quitar.

Tampoco, válida el desconocimiento de la Ley, la falta de respeto a la Constitución y a los poderes soberanos, ante la imposición de las ideas por encima del marco legal.

Monreal, defiende al Poder Judicial y al Poder Legislativo, que se esfuerzan en resistir embates,  y de  ceder ante el titular del Poder Ejecutivo, por temor y vulnerabilidad al principio de la división de poderes.

La militarización de las instituciones es el tema de debate a causa de un gobierno civil, impotente a resolver el rubro de la inseguridad, “herencia del pasado”.

Hay ejemplos históricos en el país de estas trágicas situaciones en diversas épocas, sobre todo en la época reciente con EPN y los 43 jóvenes estudiantes normalistas, visto ahora como un crimen de Estado.

Que sea la historia la que decida y juzgue al final el destino del país. Y de ambos personajes luchadores sociales en desacuerdo.

En el fondo, nadie quiere el retorno de los tiempos de Felipe Calderón y de Genaro García Luna, y retorne ese estilo de gobernar.

Ahora, el PRI de Alito, aporta su cuota, pidiendo que el ejército siga ejerciendo funciones de policía en las calles hasta el 2028.

Monreal, tiene 25 años de amistad y de alianza política con AMLO, y es fundador de Morena.

Ojalá y pueda resistir a los embates del poder en su contra, que intentan quitarle por decreto, brillo y prestigio profesional de abogado constitucionalista.

Con el entonces presidente Miguel de la Madrid, aquel 19 de septiembre de 1985,  ante la contingencia por el sismo de la ciudad de México , el ejército sólo ejerció labores de vigilancia para mantener el orden  Público ante la emergencia. 

Ahora, las funciones de seguridad nacional, crecen en administración pública, seguridad pública y todas las que se les encomienden.

Todo por la supuesta debilidad, inconsistencia y falta de honestidad o eficiencia de las instituciones civiles, en duda y bajo la lupa.

El soldado en la historia del país como defensor de la patria, realiza mayores funciones específicas de responsabilidad y por eso ahora se les agradece y respeta siempre en asumir otras misiones más a su nivel de competencia. Así las cosas.

 

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