Voto latino, fiel de la balanza en Estados Unidos
<< Dependerá de la fuerza que muestre la comunidad hispana, con mayoría mexicana, la transformación de derecho y deberes de los migrantes del sur >>
Por Ángel Álvaro Peña
El voto latino en las elecciones intermedias de este martes 8 de noviembre se convierte, en primer lugar, en un dique de contención ante la posibilidad de que los republicanos tengan mayoría contra un presidente demócrata con minoría en el Congreso, lo cual impide una dinámica ágil para decidir sobre derechos y deberes de la comunidad.
Todavía no puede hablarse de que la comunidad latina en el vecino país del norte sea monolítica, es decir que se mantenga a favor de un partido, pero no la decisión no es muy complicada, dado que sólo son dos partidos en las contiendas y al parecer así se van a quedar por muchos años. Si hubiera más partidos el voto de los latinos se desmoronaría.
Por si fuera poco, las diferencias de am os partidos respecto a América Latina son cada vez menos y mantienen una estrecha relación de alejamiento, por problemas de migración, discriminación, ideología, y temor a ser rebasados por una comunidad que crece cada día en relación a la demografía estadounidense que prácticamente está estancada.
A la comunidad latina le llaman el “gigante dormido”, que levanta muchas expectativas antes de cada elección, sea ésta intermedia o presidencial. La mayoría de las veces ha mostrado decepción por lo dividido de su posición, pero lo que llama la atención e infunde temor es que no son partidarios del abstencionismo y esto puede arrojar sorpresas el próximo martes, sobre todo porque hay factores en América Latina que obligan a tomar posturas electorales más definidas de los latinos.
Lo que es cierto es que esta vez definirá el control del Congreso y dependerá de la voluntad de latinos que Biden tenga el dominio legislativo. Se vote por quien vote esa comunidad deberá demostrar su peso social y su importancia política, de esta fortaleza dependerá el acercamiento o el alejamiento de Estados Unidos con los países de América Latina, así como la atención que puedan tener los migrantes en su territorio, incluso podrían cuestionar, como lo ha hecho últimamente, el papel de foros internacionales como la OEA y la permanencia de su presidente, en este caso Luis Almagro, quien apoyó el golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales, inventando un supuesto fraude, y, por si fuera poco protagonizó escándalos de faldas en los últimos meses que nadie le perdona.
Ahora la atención política está puesta en la fuerza latina y de su unidad depende su fuerza así como la importancia de los países de América Latina ante los ojos de la Casa Blanca. El dominio de los latinos tendrá como condicionante no sólo del país de origen las circunstancias y situaciones que diariamente viven ellos en un país que no es el propio.
De votar mayoritariamente a favor de los demócratas le darán fuerza a Biden para hacer cambios, si se van con los republicanos estaría creando puentes para el regreso de Trump a la presidencia. Por un lado, está la permanente indecisión de Biden respecto a los migrantes, y, por el otro, la amenaza del gran muro que Trump quiere concluir para cerrar el paso a la migración latina.
En las intermedias de 2018, los candidatos legislativos demócratas ganaron 72 por ciento del voto latino frente a 25 para los republicanos. Así, poco más de 35 millones tienen derecho al voto, 14 por ciento del electorado.
Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados, casi 7 mil de ellos ocupan cargos de elección popular en diferentes niveles de la administración de Estados Unidos, incluyendo seis senadores y 39 diputados, lo cual representa únicamente el 2 por ciento de total de políticos en puestos de elección en Estados Unidos, mientras los latinos representan en la población del vecino país uno de cada cinco residentes.
Los latinos señalan en encuestas que el 77 por ciento no está satisfecho con la dirección que lleva el país y 54 por ciento desaprueban la labor del presidente Biden.
En unas horas el mundo podrá ver la fortaleza o la debilidad del voto latino en Estados Unidos. Su voto es decisivo incluso dividido, porque en caso de repartir simpatías por cualquiera de los dos partidos, les correspondería el 7 por ciento, suficiente para cambiar el destino de elecciones reñidas.
El Senado tiene dos escaños por cada uno de los 50 estados del país y actualmente está dividido a la mitad entre demócratas y republicanos, la situación es una invitación a la comunidad migrante con derecho a voto para cobra facturas y votar en libertad a cambio de mayores perspectivas en su calidad de vida.
En el Congreso hay 220 congresistas demócratas y 210 republicanos. Entre los legisladores de origen mexicano en el vecino país figuran: la senadora por Nevada, Catherine Cortez Masto, primera latina encargada de ganar en el Senado, por el Partido Demócrata.
Nanette Días Barragán, congresista demócrata, nacida en Harbor City, California, de familia mexicana.
Alud Carbajal, congresista demócrata por California. Nació en México, de niño emigró con su familia a Estados Unidos.
Rubén Kihuen, congresista demócrata por nevada. Nació en Guadalajara, México y se mudó a Estados Unidos con su familia cuando era niño. Es el primer hispano en representar Nevada en la Cámara de Representantes.
Lou Correa, congresista demócrata por California. Nació en Los Ángeles, California. Lou, de 58 años, es hijo de mexicanos y vivió parte de su niñez en México. Antes de llegar a la Cámara de Representantes fue durante ocho años senador estatal.
Debemos recordar que las elecciones intermedias tienen un alto nivel de abstencionismo y esto hace que los comicios sean cada vez más reñidos y la votación latina tenga más trascendencia a la hora de votar, pero también a la hora de exigir sus derechos como parte esencial de la política del vecino país.