COLUMNISTAS

¿Justicia o cacería?

 

Por Jessica Woolrich

Si observamos a detalle el ambiente político en Latinoamérica, podemos notar un creciente enfrentamiento entre la izquierda y la derecha, los países se encuentran divididos y parece que la justicia se encuentra sumergida en una enorme cacería. Sin embargo, nada como lo que hoy ocurre en Argentina, en donde los últimos años, las dos corrientes políticas más importantes que son el Macrismo y el Kirchnerismo se enfrentan directamente, por lo que más que una lucha por la justicia, parece ser una lucha por el poder, ya que las acusaciones hechas por ambos bandos son constantes y fuertes. Y en este último capítulo se marcó un precedente histórico, ya que es la primera vez que se juzga y sentencia a una vicepresidenta en funciones. Lo que sucedió fue que desde hace unos años Cristina Fernández de Kirchner, venía enfrentando un proceso judicial en el que se le acusaba por actos de corrupción por un monto superior a los 1,000 millones de dólares, ya que según la fiscalía, Fernández, junto con su difunto esposo Néstor Kirchner, días antes de asumir el poder crearon una constructora a la que le otorgaron el 75% de la obra pública del municipio de Santa Cruz, donde tienen su residencia. Y de la obra otorgada sólo dos fueron terminadas a tiempo, y la mitad de ellas ni siquiera fue terminada, pero sí se pagó a sobreprecio por ella, razón por la cual el director de la empresa fue condenado a 12 años de prisión, y el pasado 7 de noviembre un tribunal criminal argentino, condenó a la vicepresidenta a 6 años de prisión y la inhabilitó de por vida de cualquier cargo público.

Pero ¿está sentencia significa que la Vicepresidenta va a entrar a la cárcel próximamente?, y no, la respuesta es negativa, desafortunadamente la justicia no siempre alcanza a los culpables, primero que nada porque hoy ella puede apelar la sentencia, pero sobre todo porque como vicepresidente tiene fuero y culpable o no, ella simplemente  no puede ser detenida, y según algunos analistas argentinos, para evadir a la justicia incluso podría, antes de que termine su mandato, lanzarse por un nuevo cargo público, para obtener fuero nuevamente, y así evitar la cárcel eternamente, aun cuando ella ya ha afirmado categóricamente que ésta no es una opción que pase por su mente. Así que si es verdad lo que dice, otra forma de no poner un pie en prisión podría solicitar prisión domiciliaria, ya que  al estar próxima a cumplir 70 años es un derecho que tienen las personas de esa edad en Argentina, claro, esto en caso de que la sentencia quede firme, y entre una opción y otra, la realidad es que  es casi imposible que en algún momento se le vea tras las rejas. 

Lo que podemos concluir es que, es lamentable que así se maneje la justicia en gran parte de Latinoamérica, que los culpables puedan esconderse entre fueros, poderes, y demás, y que después de tantos años de iniciado el caso, no haya nada que devuelva al pueblo lo tomado, algo que a los ciudadanos les haga saber que el daño ha sido resarcido, porque el tiempo pasa y casi nada cambia y como bien dijo Seneca nada se parece tanto a la injusticia, como la justicia tardía”.

 

 

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