Tres partidos nuevos
Por José García Sánchez
La postura de los medios respecto a los migrantes oscila en los extremos, dependiendo de sus intereses y consignas, pero muy alejados de la verdad. Por ejemplo, en un mismo noticiero de CNN, con el mimo personaje a cuadro, dijo que cómo era posible que se le diera curso libre a la migración en México, desconociendo u olvidando, que la migración es un derecho humano, calificándolos de punto menos que delincuentes.
Una semana después, el mismo noticiero, el mismo personaje a cuadro señaló que debieran tomar en cuenta que se trata de mujeres y niños, de hombres que buscan salvar sus vidas y alcanzar la libertad. La postura al respecto depende del objeto de la crítica y de la intención de desgaste mediático contra las autoridades migratorias.
Ejemplo de posiciones mercenarias esta cadena de noticias no es muy diferente a otros medios en México que adoptan la realidad como campo de batalla y a los vulnerables como armas para disparar contra todo tipo de autoridad, haciendo de los medios un partido político de oposición.
México tiene tres partidos políticos nuevos que no necesitan colocar al escrutinio de la población su registro, simplemente lo toman por asalto y se desarrollan como tales desde sus diferentes trincheras. Esos tres partidos políticos que no necesitan organizar asambleas ni mostrar la honorabilidad de sus líderes para comportarse como tales son los medios de comunicación, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los consejeros electorales del INE.
Los tres tienen en el origen de su descontento un común denominador, la exigencia del dinero. El primero porque se le quitó un subsidio que consideraban patrimonio de su empresa; los otros porque alguien tuvo la osadía de intentar reducirles el salario, y esto fue motivo suficiente para colocarse en la oposición, cual líderes de la oposición, que cancelan y sabotean todo acto de gobierno que esté en sus manos tumbar.
En los tres casos es el dinero el origen el descontento, pero no se trata de un dinero destinado a una causa social o a un programa de gobierno, sino un recurso que afecta sus bolsillos y que fue y sigue siendo privilegio de unos cuantos. De ahí el origen y desarrollo de estos tres nuevos partidos políticos que anteponen el interés personal a los de la sociedad, como sucede con otros partidos.
Hubo quienes desde los medios aplaudían el retiro de subsidio al campo, pero en silencio y discretamente celebraban que a ellos no se les quitara un peso de su subsidio. Al contrario, pedían aumento de recursos, los gobiernos los otorgaban como una especie de inversión para darle más luz al efímero brillo de su imagen.
Así los medios reproducían una realidad inexistente a cambio de dar una visión equivocada de un país que nunca existió. Prueba de esa inexistencia es la realidad lejana y ajena que viven los ministros de la Suprema Corte de Justicia que ajustan los delitos a su mundo y absuelve a los que siente hermanados en los privilegios y castiga a los inocentes que creyeron erróneamente que podrían encontrar e justicia y legalidad en ellos.
Los otros que desde el INE tratan de inventar sus propios conceptos de democracia, creando una democracia con privilegios, empezando por sus intereses personales, y luchando por fusionar privilegios propios con democracia, en una combinación que es excelente pero que combinan con calzador en beneficio propio.
Así estas tres instancias muestran que viven en el pasado y lo que es peor muestran la miseria de su existencia, viviendo del dinero de los mexicanos y protestando sólo para tumbar al actual gobierno en busca del rescate de los privilegios que consideran patrimonio propio.