COLUMNISTAS

Franco Castán con un pie en la calle

 

Por Ángel Álvaro Peña

Luego de casi dos años y medio en la cárcel, 5 procesos, nueve delitos fabricados, y más de una docena de amparos promovidos ante la justicia federal, Rogelio Franco está a punto de salir de la cárcel donde nunca debió estar.

Acusado, en un principio, de un delito que sacó del baúl de los recuerdos para sancionarlo, ultrajes a la autoridad, y luego, dentro de la cárcel imputarle una serie de culpas en las que nada tuvo que ver, por fin podrá salir en libertad, ante la presión de los medios, la familia, los abogados, que nunca se rindieron por lograrlo.

Detenido con lujo de violencia, con un amparo en su poder, sin delito que perseguir, enviado a un penal lejano sin ser acusado de un delito grave, las anomalías en el caso del ex líder nacional el PRD, continúan.

El viernes 26 fue llevado a una audiencia de cumplimiento de sentencia de amparo, en el penal de Pacho Viejo, donde se dejó sin efecto la prisión preventiva justificada por el delito de violencia familiar impuesta en diciembre de 2022.

En el desarrollo de la audiencia la juez de control levantó la prisión y fijó cuatro medidas cautelares. Desde el principio Franco Castán pudo llevar su proceso en libertad porque ninguno de los delitos que le imputaron es grave.

Todo el tiempo que estuvo en la cárcel sirvió para recibir nuevas acusaciones, delitos nuevos, aplazamientos interminables en las audiencias y un desgaste físico y mental que pocos soportan. La última agresión a sus derechos humanos fue la imputación del delito de retención de un menor, presentada el 11 de mayo de este año, saliendo liberado de este señalamiento el 20 del mismo mes, que fue desechada por absurda y carente de sustento.

La larga injusticia contra Rogelio Franco no ha estado exenta de traiciones desde el momento de su detención, hasta cuando la defensa la toma quien fue su suplente en la Cámara de Diputados, Jesús Velázquez, quien a causa de una pésima defensa del caso ahora es el diputado federal plurinominal del PRD, que debió ser Rogelio Franco. Ahora la pregunta será que si logra la merecida libertad el suplente y aparente abogado defensor dejaría el cargo o continuaría en un alarde de prepotencia y mayor injusticia.

 

PRD A LA DEFENSA

Hace unos días, el dirigente estatal del PRD, Sergio Cadena Martínez, mencionó que la actual defensa legal de Rogelio Franco Castán sabe que no solo debe enfrentar a la Fiscalía General del Estado, sino al aparato político del Gobierno de Veracruz, que impone criterios al Poder Judicial.

Aseguró, además, que el exdirigente perredista y exsecretario de Gobierno saldrá de prisión demostrando que su aprehensión se trató de un tema político y no del ámbito judicial.

Lamentó que su compañero de partido lleva ya más de 2 años en prisión, pues fue el 13 de marzo de 2021 cuando fue arbitrariamente detenido por autoridades estatales y desde entonces ha ido demostrando su inocencia, pero el gobierno de Veracruz no cesa en su intención de mantenerlo encarcelado.

La defensa legal de Rogelio Franco Castán obtuvo todos los amparos de la justicia federal, ya que las autoridades estatales no logran justificar los delitos que le atribuyen.

 

 

Los familiares, amigos, correligionarios y población en general coinciden en que a pesar de los logros legales no hay avances, por lo que aseguran que se trata de un preso político, en lo que han coincidido los medios y los analistas políticos.

Ha llegado el momento en el que los delitos fabricados y las acusaciones artificiales no puede seguir reteniendo en la cárcel a Rogelio Franco. Ha llegado el momento de que la justicia se reivindique con él, quien es una víctima de un proceso amañado que nade desde el origen del conflicto, muy probablemente en su primer matrimonio.

Las movilizaciones que iniciaron prácticamente desde el momento de su detención, cuando en Tuxpan, Veracruz, fue acusado de cometer ultrajes contra la autoridad, una ley que el Congreso local de la entidad desempolvó para aplicársela a quien iba a ser diputado federal plurinominal y así poder sustituirlo por alguien afín a la negociación y los acuerdos en lo oscurito.

Otorgarle vigencia a una ley derogada por violatoria a los derechos humanos y aplicársela unas horas después a Rogelio Franco, llevó a que dentro y fuera de Veracruz, dicha normatividad fuera denominada Ley Franco.

Las posibilidades de retrasar más la libertad de Rogelio Franco se agotaron, las leyes efímeras que intentaron aplicarse contra Franco se acabaron. No hay manera de mantenerlo preso más tiempo. Por lo menos si se trata de engañar a todos de que Rogelio Franco es un delincuente, ya la oposición pública sabe de las jugarretas legaloides de la justicia veracruzana, que actúa por consigna, es decir, por órdenes superiores.

Si Rogelio Franco Castán continúa preso la opinión pública se convencerá que en Veracruz el poder Judicial está supeditado al ejecutivo estatal y que en México hay presos políticos.

 

PEGA Y CORRE

Otro atentado contra un compañero periodista ocurrió en San Martín Texmelucan, Puebla, sujetos a bordo de una motocicleta dispararon durante la madrugada contra la casa del periodista Pedro Alonso Benítez, corresponsal de El Sol de Puebla y director del portal Proyecto Cinco.

 

Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes

 


 

 

 

Comparte en redes sociales