INE: el oscuro y seguro objeto del deseo presidencial
Por José Ureña
El equilibrio es precario. Deficitario para la democracia, más bien.
Entre los viejos y los nuevos consejeros del INE hay una barrera muy frágil y casi ninguna consistencia ni resistencia al poder presidencial.
Son ocho recién nominados contra tres y la antigüedad y posición independiente de la minoría no garantiza neutralidad ni independencia para las siguientes elecciones.
Esos elementos están bajo análisis de los partidos de oposición y por supuesto vale la pena entrar a un análisis profundo para saber desde ahora cuál será el comportamiento del árbitro electoral para 2024.
El punto de partida es la dirigencia anterior del Instituto, satanizada de palabra y por hechos desde Palacio Nacional hacia el presidente Lorenzo Córdova y el consejero Ciro Murayama.
Se fueron esos incómodos porque se acabó su período legal y el siguiente paso fue sustituirlos con candidatos afines al Gobierno.
Consecuencia: la nueva presidenta del INE y gran amiga del tabasqueño de Palacio, Guadalupe Taddei, organizó la cita con el Ejecutivo y fueron el martes y todos salieron sonrientes con un falso discurso de libertad y autonomía.
LOS OCHO AFINES
Los momios están con el Gobierno. Es decir, Andrés Manuel López Obrador tiene mayoría de consejeros impulsados por Palacio y designados por las bancadas del Gobierno.
Sólo así se explica la reunión.
Lea esta lista: A Morena y sus satélites le deben el cargo Norma Irene de la Cruz Magaña, quien entró en funciones el 23 de julio de 2020.
Con ella llegaron también en la misma fecha y por nueve años Uuc-kib Espadas Ancona, Carla Astrid Humphrey Jordan -esposa del exencargado de la UIF, Santiago Nieto- y Martín Faz Mora.
A esos cuatro se suman cuatro más, llegados el 3 de abril pasado y con cargo garantizado hasta el 4 de abril de 2033.
¿Quiénes son? La presidenta filomorenista Guadalupe Taddei Zavala, Rita Bell López Vences, Arturo Castillo Loza y Jorge Montaño Ventura.
En suma elemental son ocho de 11… Y tres son herederos del viejo INE, pero minoría ante cualquier votación para hacer respetar las leyes electorales y la Constitución General de la República.
Esos herederos del Instituto diabólico a ojos lopezobradoristas son Diana Paola Ravel Cuevas, Beatriz Claudia Zavala Pérez y Jaime Rivera Velázquez.
Ocho contra tres.
MINISTROS LIBRES
Números contrarios, casualidad aritmética, a la Suprema Corte. Ahí hay tres ministros incondicionales, votos a la orden del dictado del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador: Arturo Zaldívar, Loretta Ortiz -esposa de José Agustín Ortiz Pinchetti, su secretario de Gobierno en la ciudad- y Yasmín Esquivel Mossa.
Aunque fueron propuestos por López Obrador, no siguen sus dictados los ministros Ana Margarita Ríos-Farjat y Juan Luis González Alcántara, por lo cual ha explotado el Presidente y ayer escuchamos una condena más.
De malagradecidos y traidores no los baja y lo mismo sucederá si algún consejero electoral designado en este sexenio se manifiesta, por ejemplo, contra la violación de tiempos electorales por las corcholatas.
Los consejeros, como los ministros señalados, se enfrentarán a la censura cotidiana de Palacio Nacional como ahora la padecen Luis María Aguilar, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Javier Laynez Potisek, Alberto Pérez Dayán y Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Un aplauso para ellos.