COLUMNISTAS

Crisis policiaca

Por Ricardo Homs

¿De quién es la responsabilidad de las violaciones de derechos humanos realizadas por policías de todo el país?

Continuamente vemos en los noticieros de televisión videograbaciones compartidas por testigos ciudadanos, que exhiben a agentes policiacos municipales y estatales aplicando violencia y rudeza innecesaria en la detención de simples sospechosos que están en posición vulnerable. Las policías hoy generan desconfianza.

Es un hecho incuestionable que la corrupción de todos los días está arraigada en policías y agentes de tránsito. Muchos de ellos ya están en la nómina de los cárteles locales, que incluso les dan órdenes, pues los tienen a su servicio.

Esta es una realidad que evidencia cómo el Estado Mexicano va perdiendo control territorial mientras el crimen organizado va tomando el poder absoluto. Sin embargo, estos problemas son opacados en la percepción pública por la agenda administrativa y electoral de este gobierno, que nos distraen de estos temas que ponen en peligro el patrimonio y la vida de cientos de miles de mexicanos.

La falta de profesionalización de los cuerpos policiacos -así como la ausencia de protocolos operativos- permite la improvisación que generalmente estimula la corrupción y el abuso del poder. A su vez, esto es responsabilidad de gobernadores y alcaldes y en mayor parte del gobierno federal.

El riesgo de dar armamento a personas que carecen de vocación de servicio y que se inician en una carrera policial por simple necesidad económica -afrontando los graves riesgos que hoy esto implica- pone a los cuerpos policiacos en posición vulnerable para ser controlados con dinero por el crimen organizado y, con ello, dejan a la ciudadanía en manos de los delincuentes.

Mientras no se profesionalicen los cuerpos policiacos municipales y estatales en todo el territorio nacional, veremos el empoderamiento continuo de los cárteles regionales que se convierten en un gobierno paralelo como está sucediendo en la confluencia de los estados de Michoacán, Guerrero y el Edomex, donde se ha perdido la gobernabilidad y el estado de derecho.

La profesionalización de los cuerpos policiacos, en el contexto de hoy, debe iniciar desde la selección de candidatos a ocupar una plaza policial, aplicándoles estudios psicométricos donde se evalúe su madurez emocional y sus valores morales, así como exámenes de control de confianza.

Además, la aplicación del polígrafo para asegurar que no tengan vínculos con la delincuencia.

A su vez, es urgente garantizarles un salario digno y prestaciones que compensen el riesgo, como lo es el seguro de vida y el de invalidez, que se vuelven fundamentales para dar certeza emocional a quienes en un contexto de alto peligro deben exponer su vida para dar seguridad a la ciudadanía.

Mientras no tengamos cuerpos policiacos confiables no podremos enfrentar a la delincuencia y el Estado Mexicano no podrá cumplir con su responsabilidad de garantizar la seguridad a todos los mexicanos.

¿A usted qué le parece?

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