COLUMNISTAS

¿Reforma barbárica?

Del otro lado

Por Jessica Woolrich

Los países europeos suelen proteger muy bien a los trabajadores con sus leyes laborales, como ejemplo las 39 semanas remuneradas de baja por maternidad, con los 45 días que da Finlandia de baja por paternidad, con las 5 semanas de vacaciones pagadas en Suecia, y así la lista de beneficios y protección para los trabajadores sigue.

Sin embargo, hay países que parece consideran que los derechos laborales deben de ser estrictos y hasta innecesarios, como es el caso de Grecia en donde hace unos días se llevaron a cabo manifestaciones multitudinarias para expresar el rechazo absoluto ante las nuevas reformas laborales que el partido gobernante acaba de proponer. Es que los cambios propuestos a las leyes son tan polémicos, que incluso algunos sindicatos y miembros de la oposición han dicho que, de aprobarse, se podría regresar a una época barbárica en la que los patrones tendrían el poder de casi casi decidir la vida de sus empleados.

Si analizamos las propuestas, fácilmente podemos entender el porqué de tanto rechazo y polémica, y es que el simple hecho de querer aumentar la jornada laboral hasta 13 horas ya es de por sí algo extremo, pero si le sumamos el resto de las propuestas comprendemos la gravedad de la asunto, ya que entre ellas se incluye la posibilidad de aumentar un nuevo sexto día laboral que bien pudiera ser en sábado o en domingo, modificar el horario de los trabajadores con únicamente 24 horas de anticipación y quizás el inciso más grave que es la introducción de los “Contratos para los empleados de guardia” quienes básicamente no conocerían siquiera su horario porque trabajarían cuando el patrón lo decida siempre y cuando le avisen con 24 horas de anticipación, por lo que básicamente tendrían que tener una disponibilidad absoluta ante los requerimientos de sus jefes, sin importar si son sábados y domingos, horarios nocturnos o jornadas de 13 horas.

Evidentemente la polémica es muy grande y pocos son los que consideran que los argumentos del gobierno son suficientes para aprobar leyes que prevén poner en completa desventaja al trabajador, por lo que se espera que las manifestaciones continúen y que las huelgas impulsadas por los sindicatos sean suficientes para que ni los 158 diputados del partido conservador, que apoyan dichas reformas, puedan proseguir con lo que muchos califican como una de las más grandes locuras del gobierno actual, que aparentemente no se detuvo a considerar que la gran mayoría del pueblo forma parte de la clase trabajadora, por lo que su reforma difícilmente podría ser bien recibida, así que tendrían que comenzar a reevaluar la importancia de los trabajadores y escuchar la fuerza de su voz y entender las palabras de Elbert Hubbard, que bien dijo: “Una máquina puede hacer el trabajo de cincuenta hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario”.

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