COLUMNISTAS

El negocio de los partidos políticos

Por: Carlos O. Silva Bandala 

El Presidente de la República ha mencionado que es necesario ganar la Presidencia de la República (MORENA) en el 2024, para continuar con el proyecto de nación de la 4T; insiste en que para ello, también es necesario contar con la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y de Senadores (dos terceras partes de su composición). De ahí su orientación a sus seguidores y simpatizantes para votar en el 2024, en cascada, es decir por todos los abanderados por MORENA; no practicar el voto diferenciado. Todo eso estaría bien, si de manera corresponsable se presentan candidaturas aptas para desarrollar la labor legislativa. Al afirmar el Presidente que el pueblo de México es muy sabio y no se equivoca, es de suponerse que tanto él como Claudia Sheinbaum, habrán de someter al tamiz de confianza en que se reconozcan suficientes competencias para desarrollar la función legislativa, en los candidatos propuestos o de lo contrario en ese voto en cascada, ese “pueblo sabio” sí se equivocará y volverá a llenarse el Parlamento de gritones, montoneros, improvisados, chambones y levanta dedos, como sucede en todos los Partidos, sin excepción. Ahora bien, ¿10,444 MILLONES, DE FINANCIAMIENTO PÚBLICO A LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL 2024? Es demasiado, muchísimo dinero del pueblo para seguir dentro de una democracia cuantitativa, cuando merecemos y con mucha más razón con tanto dinero, una democracia cualitativa en toda su concepción.

EL NEGOCIO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS. – En el presupuesto federal para el 2024, lo correspondiente al financiamiento público a los Partidos políticos PAN/PRI/PRD, conformados en la Alianza opositora Frente Amplio por México (FAM), está señalado radicar las siguientes cantidades del dinero público: PAN $1,904 millones; PRI $1,866 millones y PRD $751 millones. En dichas cantidades quedan incluidas las correspondientes a la campaña presidencial: PAN $613 millones; PRI $600 millones PRD alrededor de $ 250 millones. La pregunta que debiéramos hacernos es, ¿Realmente esos $1,463 millones serán administrados por Xóchitl Gálvez en su campaña? Por supuesto que no. Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano harán de ese dinero lo que a conveniencia les venga, más no lo que Xóchitl Gálvez requiera. Aquí cabe la expresión “ni todo el amor ni todo el dinero”. Xóchitl Gálvez es un instrumento político de esa Alianza. Le obsequiaron la candidatura presidencial, pero el dinero al que tiene derecho para la campaña, ni de locos se lo darán. Entre estirar la mano y regateo en los gastos, Xóchitl Gálvez dará cada día más tumbos en su probable derrota.

En MORENA ese tema es diferente, pues el Presidente, al entregarle el mando político del Partido, le asiste a Claudia Sheinbaum el control casi absoluto del financiamiento público para la campaña. Mario Delgado se convierte en subalterno y dependiente político de Sheinbaum. Lo que no es de esa manera de dependencia política y subordinación de la Alianza opositora FAM a Xóchitl Gálvez. En los Partidos políticos, no solo es la lucha por el poder político, sino por el control del dinero del financiamiento público. Por eso debemos entender que la lucha de las cúpulas políticas se centra en el control del dinero y no solo de las candidaturas plurinominales. El dinero público que se les otorga es uno de los principales negocios de quienes alcanzan la dirigencia nacional.

LO QUE LOS COLECTIVOS CIUDADANOS DEBEN CONOCER. – En este contexto, hay un asunto de información política que ocultan las dirigencias políticas partidistas a los Colectivos Ciudadanos. El 70% del financiamiento público a los Partidos políticos, se calcula por el número de votos adquiridos en las elecciones federales inmediatamente anteriores y el número de curules otorgadas en la Cámara de Diputados para cada Partido político, principalmente. Los Colectivos Ciudadanos por sí mismo no están autorizados a proponer candidaturas. Es una asignatura pendiente de la democracia en nuestro país. A mayor explicación: en la actualidad, en vías a la elección presidencial, situación que debiera revisarse, como sucedió en el 2021, el PAN/PRI/PRD, lograron una votación importante que los llevó a conformar un bloque opositor de Diputados Federales tan importante, que MORENA y aliados no pudieron sumar las dos terceras partes para poder modificar la Constitución, de acuerdo con los criterios políticos en iniciativas presidenciales (AMLO). El punto es que PAN/PRI/PRD con sus militancias y simpatías, no lograrían conformar un verdadero contrapeso en el Congreso de la Unión sin los Colectivos Ciudadanos, estos mayormente configurados por la clase media y alta, y de manera concurrente, obtener un financiamiento cuantioso de $4,521 millones entre los tres Partidos. Por una y más razones en la clase media es necesario que voten inteligentemente. Su voto cuenta y cuenta en alto grado en la democracia, pero también influye sobremanera en las cuotas del erario para los Partidos políticos. ¿Ciertamente los Colectivos Ciudadanos y las clases medias en general, lo saben?

Al revisar los números electorales para renovar la composición de la Cámara de Diputados en el 2021, MORENA obtuvo 16 millones 759 mil 917 votos; PAN 8 millones 969 mil 288 votos; PRI 8 millones 715 mil 899 votos; PRD 1 millón 792 mil 700 votos. En consecuencia, MORENA alcanzó 199 Diputados por mayoría relativa y de representación proporcional; de la misma manera el PAN 111, el PRI 70 y el PRD 15. Lo que pudimos observar en esas elecciones, fue un comportamiento marcado por la división entre pobres y clase media y alta. La inmensa mayoría de votantes por MORENA, fueron los pobres, entre ellos, millones de beneficiarios de los programas asistencialistas del Gobierno Federal, lo que la gente tipifica como “la pensión del Presidente (AMLO)”, “la beca del Presidente” “el apoyo del Presidente” y por el lado opuesto la clase media y alta que no simpatizan con la forma de gobernar del Presidente y en consecuencia con MORENA. El punto es, que con la sola militancia y simpatía del PAN/PRI/PRD, no es, ni con mucho los más-menos 19,477,000 de votos que obtuvieron a su favor en el 2021. Hoy por hoy, esas militancias y simpatías panistas, priístas y perredistas, son pírricas, real y verdaderamente insignificantes para representar un verdadero contrapeso del poder en el sistema político mexicano; por ello se cargan en los Colectivos Ciudadanos, que en sí mismo representan un cheque en blanco para esos Partidos, de cientos de millones de pesos como lo apuntamos en párrafos anteriores. Es más, los Colectivos Ciudadanos, en el desconocimiento analizado, ni siquiera le cobran la factura política representativa camaral, porque al menos, las candidaturas plurinominales, deberían ser exigidas y conformadas a propuesta ciudadana, más no militante, como sucede actualmente a modo de grupo de interés y particular.

Para terminar, la desvergüenza de Alejandro Moreno no tiene reparos; le parece no ser responsable que durante su gestión como presidente del CEN del PRI, se hayan perdido 12 gobernaturas priístas, ahora morenistas. Les echa la culpa a los exgobernadores. Es un caso para loqueros, o psiquiatras. Presume que el PRI está fuerte en su gestión al haber logrado 70 Diputados Federales y 8 millones de votantes. Toda una desmesurada mentira, pues en su gran mayoría esos votos provienen de la clase media que detesta al PRI, que, sin embargo, al no encontrar otra manera para manifestar su inconformidad con el régimen del Presidente AMLO, lo hicieron por el PRI y también por el PAN. Dieron palos de ciego. Ahí vienen las elecciones del 2024. Si la clase media y los Colectivos Ciudadanos no reclaman su cuota electoral en la conformación de las Cámaras de Diputados y de Senadores, vía plurinominales, como parte y comparte del dinero público en el financiamiento a los Partidos PAN/PRI/PRD, o se las regatean o niegan mayormente, más le vale ir pensando en otro Partido que los represente, consustancialmente, mejor.

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