COLUMNISTAS

El peligro de las elecciones

Por Ángel Álvaro Peña

La fortaleza del partido Movimiento Ciudadano quedó colgada de dos personas, Enrique Alfaro y Samuel García, gobernadores de Jalisco y Nuevo León. El primero hizo la intentona de salirse, huida que negoció por una senaduría y finalmente se quedó. Samuel, no sólo se queda en ese partido sino que espera ser nombrado candidato para la Presidencia de la República, que, aunque no llegue, puede servirle de mucho haber concursado por ese puesto.

Pero Samuel, que quiere ascender en su carrera política, tiene varios obstáculos para lograr ser candidato. Se sabe que de tenerlo como abanderado, Movimiento Ciudadano le arrebataría el segundo lugar electoral a la alianza opositora, que, a pesar de ser tres partidos, no se hace uno.

El primer obstáculo de Samuel es técnico, los diputados locales de Nuevo León, de mayoría de PRI y PAN; cada uno con 14 diputados locales le impiden dejar el cargo. En Nuevo León el PRD no tiene representación en el Congreso ni registro en la entidad, de tal suerte que 29 de los 42 legisladores le negarán el permiso para obtener la licencia del cargo para concursar por la candidatura a la Presidencia de la República dentro de su partido.

Otro de los peligros que habrá que sortear Samuel García es el hecho de que llegue por la puerta grande Marcelo Ebrard y desplace a todos los emecistas, que se ganan a pulso cada candidatura y cargo dentro de ese partido. Porque Ebrard quiere llegar como candidato a la Presidencia, sin mediar encuesta, votación o cualquier tipo de concurso entre los militantes de ese partido.

Ante este último riesgo el gobernador de Nuevo León advirtió que habría pleitos y divisiones si la candidatura naranja se la dieran al ex canciller. Entonces si Alfaro y Samuel podrían crear una división seria en MC, y dejar cuando mucho, con la mitad de la militancia a la franquicia. Lo cual implicaría perder el registro, porque en esa división a la mitad no le alcanza el número de militantes, lo cual le impediría a Marcelo concursar por ese partido, a menos que se una en alianza electoral con algún otro partido con registro.

Actualmente, Movimiento Ciudadano cuenta con 384,005 militantes, si Alfaro y Samuel se llevan la mitad de éstos, le quedarían 192,002 militantes, por lo que no cubren la cuota mínima de 246,270 militantes, que representa el 0.26 por ciento del padrón electoral, y automáticamente se les quitaría el registro. MC sería un partido fantasma técnicamente, aunque pudiera tener muchos votos, en el aspecto de militantes está fuera de la jugada.

Entonces Ebrard se quedaría en el aire. Por eso, desde ahora, el ex canciller debe pensar dos veces unirse a MC y coquetea con la alianza opositora de ultraderecha sin definir nada. Mientras aprovecha para desgastar a Morena que será su futuro contrincante.

Samuel tiene un futuro incierto, Ebrard tiene un futuro incierto, MC tiene un futuro incierto.

El aviso que hizo público el gobernador de Nuevo León lleva implícita la sobrevivencia del partido que lo postuló. Debe tomarse en cuenta que no hay capacidad de negociación cuando está de por medio la candidatura a la Presidencia de la República.

Las leyes electorales tienen sus límites, aunque su aplicación sea parcial, tendenciosa, ambigua, relativa y mal intencionada. Prueba de ello son los cientos de personajes que se inscriben para concursar por un puesto de elección popular, por la vía independiente, con la certeza de que no ganarán, pero es solo intento les sirve para obtener dinero y fama. Después de ese intento no son los mismos que antes, porque fueron placeados en una pasarela que pagamos todos los contribuyentes.

Famosos, intelectuales, empresarios, entran al concurso de las candidaturas independientes, de las vanidades, sabiendo que no ganarán, pero si adquirirán espacios en los medios, su nombre en ellos les costaría millones, y a través de este modelo la población les paga la fama o la difusión de su nombre, además de darle dinero para sus campañas.

Personajes que antes nadie conocía ahora son famosos por haber concursado, por la vía independiente, por diferentes cargos de elección popular, fama cuya imagen fue patrocinada por los contribuyentes.

Es decir, las leyes electorales son plataformas de negocios, como una especie de esquema de emprendedores que lleva a la fama y, ocasionalmente, a la riqueza. Ganar o perder las elecciones para estos candidatos es irrelevante, lo que importa es aparecer en los medios.

Cuando quieren actualizarse, profundizarse, precisarse, reformarse las leyes electorales, de inmediato un segmento de la población, dedicado a que nada cambie en el país, salen de sus confortables rincones a gritar “El INE no se toca”, mientras los oportunistas utilizan a ese instituto como medio para enriquecerse, el caso de Lorenzo Córdova, Edmundo Jacobo, y Ciro Murayama entre otros, es evidente.

Así las leyes se vuelven absurdas, como el caso del impedimento de Samuel García condicionado absurdamente por el Congreso estatal. La inmovilidad de las tareas del Poder Legislativo no es negligencia de los legisladores muchas veces la falta de reformas urgentes, como en este caso sino las reacciones de una oposición feroz o de intereses que disfrazan de lobo los cambios necesarios.

Así las leyes envejecen y se vuelven inoperantes y no hay manera de sacarlas del pasado. De ahí que el Poder Judicial sea un de los más conservadores, porque sus miembros son juez y parte de la reforma de las leyes que muchas veces impiden no sólo la evolución de la democracia sino el desarrollo del país.

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