COLUMNISTAS

La naturaleza exhibió los 36 años de corrupción e impunidad en México

Por Jose Lima Cobos

Si algo demostró el huracán categoría cinco que azoto a Guerrero, particularmente en Acapulco, es el grado de corrupción e impunidad que ha existido en el país, de manera tal que evidencia que desde Miguel de la Madrid -que autorizó el fraude electoral del 88- Salinas, Zedillo -beneficiario del crimen de Colosio- Fox y Calderón, panistas de extrema religiosidad y desfachatez, y Peña Nieto -retorno del priismo experto en la trampa y triquiñuelas-, que quieren volver para elevar el nivel de “bienestar, saqueo y atraco de las minorías insaciables” y que la sociedad en general, vuelva a ser la única  víctima de la  pobreza, algo similar a lo que acontecía en el porfiriato.

Al observar la desolación que se ve y se vive en Acapulco, -es garantía para que retorne la corrupción que se está tratando de desterrar en el actual gobierno-, luego entonces, la carroña electoral tiene que orientarse a culpar que el Fonden y demás organismos autónomos, tienen que fortalecerse para legitimar el robo, lo que se ve todos los días; aunque inventamos y organizamos que supuestamente fiscalizan las finanzas públicas que no sirven para nada, ahí están, por ejemplo los fideicomisos, nido de trapiceros inmunes que piden más presupuesto que se embuchacan y no devuelven a la Tesorería de la Federación.

No hay recursos para sanear, lo que es producto de tantos años en que se expolió al país y, si ayer los bancos nacionalizados por López Portillo, han retornado al negocio de la especulación y el robo, en descarado apoyo de quien gobierna, las condiciones pueden ser propicias para que, la  monumental obra del tren maya y sus agregados beneficios que servirán de soporte al desarrollo del sur de país, deben de trasladarse a la iniciativa privada porque ella si sabe administrar y gobernar y se haga a un lado al Estado, -porque solo tiene que servir para proteger a las minorías- pero ahora para siempre, pues el populismo es ramplón, que solo sirven para entregar migajas, en síntesis, que si tiene que nacer un Fobaproa, y que el Estado reconstruya los hoteles y los bienes concesionados a los particulares, porque es su función, en tanto que la miseria que se observa, es que se trata de personas sin oficio ni beneficio.

Nada que contribuya a apoyar y a que medio coman tres veces a día los pobres es bueno,  porque de ahí que los seiscientos mil millones de pesos que reciben más doce millones de mexicanos, -apoyo a los adultos mayores-  se destinen a que se fortalezca la iniciativa de los empresarios porque si propicia el empleo, ya que lo que no se obtiene con el sudor de la frente, alimenta la ociosidad y la mendicidad que se acumula, en síntesis, si el país solo tenía un empresario multimillonario que era de Monterrey, en los años 70,  ahora tenemos a veinte grandes millonarios  que a partir de que Salinas, concesionó los bancos, carreteras, petróleo, electricidad, atención médica, educación, minería, etcétera, han expoliado a la nación y la llevan a su hundimiento, total, ellos viven fuera de país.

Con el rescate  bancario de un vil, servil, perverso y traidor como Ernesto Zedillo, -se enorgullecen los gringos de tenerlo como su empleado- llevó al país a un endeudamiento, que endoso a los mexicanos por el término de cincuenta años, ahora solo falta que llegue un presidente de la República que reconstruya los hoteles de Acapulco con el dinero del pueblo y como se ha entregado todo, en bandeja de plata, retorne a sus propietarios, para que se vea la grandeza del país que tenemos, esto es, de gobiernos corruptos como los ya señalados que ni siquiera han perdido su honorabilidad; señalarlos significa que estamos en contra del desarrollo del país.

Lo rebelado por la naturaleza con el huracán en Acapulco, -viviendas mal construidas, hoteles de oropel, sistema eléctrico desordenado, caminos descuidados, etcétera, lleva a confirmar que la corrupción nunca se ha atacado a fondo, porque si bien la naturaleza hizo lo suyo al demostrar que estamos en el camino equivocado, no se fincan responsabilidades de manera abierta y sin contemplaciones, con los fraudes inmobiliarios que, en connivencia con el gobierno no se supervisa, con rigor técnico las edificaciones, que cumplan con parámetros estrictos, pues tenemos el caso de los ministros de la Corte  que comen y viven del gobierno y sin embargo, sirven a los particulares -no a cualquier particular- porque el caso emblemático de Salinas Pliego
-pariente de ya usted sabe quien- se niega a pagar veinticinco mil millones de pesos de impuestos evadidos al Estado, y el ministro Luis María Aguilar, que fue presidente de ese tribunal, atrae el expediente y lo guarda en el cajón por ocho meses  y no es  hasta que se alerta el presidente López Obrador y lo reclama, cuando se somete a consideración y se niega esa petición que no es fortuita, sin que se finque castigo consistente en obstrucción a la justicia, abuso de autoridad y lo que se acumule.

No hay que olvidar, que Raúl Salinas, -hermano de quien ya usted sabe- intervino durante el gobierno de presidente de triste memoria, aportó cerca de setenta millones de dólares para que se comprara al gobierno el canal 13, y al verse involucrado en un crimen y atracos – le decían el 10 por ciento- miles de millones de dólares le fueron embargados, sin embargo, el gobierno de México se le condenó por el Poder Judicial a que se les devolviera, así, que poco importa la ley, si la influencia rebasa la justicia, luego entonces, hay que esperar la justicia divina y la impunidad eterna.

Ahora, vamos a esperar si no se abre otro Fobaproa -como epónimo Zedillo- con el huracán categoría 5 que atacó Acapulco y los gananciosos son los grandes empresarios que, con un amparo -ahora que la Suprema Corte de Justicia está solicita a brindar protección a los desprotegidos- y obliguen al gobierno de la República a indemnizarlos por negligencia u omisión en la vigilancia de las construcciones que fueron destruidas, al no cumplir con los parámetros de la materia o bien los seguros reclaman deducciones mayores.

Ya se vio que todo puede suceder, pues en tanto en la Constitución se señala que la corrupción es un delito grave y otros más, hay que ver si el juzgador así lo percibe, al existir precedentes, en la corte como el caso de que los ministros de la primera sala : Pérez Dayan, Franco, Laynez, Esquivel y Medina Mora aprobaron una tesis en contradicción en el sentido que el gobierno de México no puede congelar cuentas de los que cometen delitos -olvídese cuales-  si no existe una solicitud de un gobierno extranjero, así la delincuencia está protegida y, el proyecto de la misma estuvo a cargo de Medina Mora, que fue solapado por el gobierno cuando se descubrió que había hecho transferencias  bancarias de procedencia dudosa,  siendo embajador de México y Estados Unidos , propuesto para ese cargo  y de ministro por Peña Nieto, otra fichita de la honestidad y de la verdad histórica de Ayotzinapa.

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