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Rectorado porril en la UV

Por: Luis Ramírez Baqueiro

“No basta con adquirir la ciencia, es necesario también usarla.” – Marco Tulio Cicerón.

Con la llegada de la 4T a las vidas de los veracruzanos, retornaron prácticas que parecían haber sido extintas al menos en el Sistema de Educación Superior Pública de la entidad.

La Universidad Veracruzana (UV) se erige como la máxima casa de estudios del sureste mexicano, y su educación de excelencia ha sufrido el trastoque que imponen los tiempos transformadores, provocando una severa crisis institucional.

La llegada a la rectoría de la UV, Martín Aguilar Sánchez -un incondicional ideológico de la 4T- ha dado al traste con el trabajo transformador que este centro de enseñanza había venido ejecutando en los últimos 25 años.

Para muestra un botón.

La reciente determinación del Consejo Universitario General es la prueba, al pretender vender como un logró, un fracaso en el tema de la entrega de recursos que por Ley correspondía a la Universidad por parte del Gobierno del Estado.

Así, se apuñala vilmente la autonomía y la capacidad de acceso a recursos de la institución.

Se ha podido saber, que al interior de la UV, existe ya un malestar generalizado entre académicos, estudiantes y personal administrativo y de intendencia, pues las acciones directas de Aguilar Sánchez pretendiendo informar del fracaso de sus negociaciones con el Gobierno del Estado, vendiéndolo como un falaz triunfo después de incansables negociaciones, resulta de risa.

Miembros del Consejo Universitario le han confirmado a este reportero, que solo se logró el 3.2% del presupuesto General que el Gobierno del estado ejercerá en el 2024; tal y como lo han documentado los medios de comunicación; de este modo, no se logró el 4% que establece la Constitución del Estado; como tampoco el pago de los más de 2 mil millones de pesos que el gobierno adeuda a la UV; incluso para este 2024 estarían faltando más de 900 millones de pesos de entregar a la máxima casa de estudios.

Se comenta que el desarrollo del Consejo Universitario General fue simplemente un circo de 3 pistas, donde todo iba preparado para acallar las voces de los consejeros inconformes.

El mecanismo para el uso de la voz es a través del Secretario Académico, es él quien da la palabra a Consejeros Universitarios. Pero llegado el momento de las últimas dos rondas de intervención, prácticamente solo dio la voz a puros directores y directoras de facultades, centros e Institutos de Investigación, a quienes se evidenció habían ya amenazado o comprado, con el único objetivo de sacar adelante el acuerdo de conformismo y no hacer nada, incluso nada legal, para asegurar se cumpla con lo que la Constitución de Veracruz precisa en cuanto al presupuesto de la UV.

Hay quien incluso asegura que, al parecer, les fue entregado un guión de 5 puntos los cuales serían solo los temas a tocar durante sus intervenciones.

El operativo porril implementado por el rectorado evidencia que aquellas acciones que emprendía el Gobierno en antaño comprando estudiantes para reventar los acuerdos y las negociaciones, ahora se hace desde la misma rectoría, en donde porros profesionales conducen los destinos de la Universidad.

Al final, no se retomó ninguna propuesta universitaria más allá de las presentadas por la Rectoría y se votó; llegando al conveniente acuerdo de aceptar el 3.2% del presupuesto de egresos estatal (3 mil millones de pesos aproximadamente); no tomar acciones legales respecto al ejercicio 2023 y 2024; todo mientras se continúa con las negociaciones por el 4% y no interponer demandas, ni juicios de amparo para que el tema no llegará a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Cabe resaltar que apenas inició el Consejo con el Quórum mínimo requerido del 70% para sesionar, cuando se llegó a la votación del acuerdo, ya muchos Consejeros Universitarios se habían retirado, indignados por lo que estaba sucediendo más por el insulto a la inteligencia universitaria, que por las marranadas con las que se desarrolló el mismo.

Solo queda pensar que, como la Leyes de la Física a toda acción, vendrá una reacción, por lo pronto, la resistencia de la clase universitaria será expresada en el repudio a esta banda porril que opera desde el rectorado.

 Al tiempo.

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